La industria de los semiconductores se enfrenta a un presente inmediato incierto que, por otra parte, debe convivir con un futuro esperanzador. Fenómenos como la recesión económica o la inflación han golpeado de lleno a un sector con la vista puesta en qué pasará en los próximos años. Por ello, Pat Gelsinger, director general de Intel, ha hablado en una reciente entrevista con The Wall Street Journal de cómo va a confrontar su compañía ambas situaciones.
La crisis de los semiconductores, que ha afectado en la industria del videojuego a compañías como Nintendo, PlayStation y Xbox (e incluso a las GPU), es una de las mayores preocupaciones del mundo tecnológico. Desde hace un tiempo, muchas compañías se han visto en la complicada tesitura de no poder satisfacer la demanda actual del mercado. Sin embargo, Gelsinger destaca que esta demanda se ha suavizado a raíz de la recesión económica de ciertos países, una situación que ha dado un “respiro” a compañías como Intel. Por ello, aunque hay que indagar aún más en sus declaraciones, de las afirmaciones de Gelsinger se puede extraer que el crecimiento a medio/largo plazo es esperanzador, pero que a corto plazo este sufre una ralentización de la que le será difícil (que no imposible) escapar.
La independización de China puede ser la clave
Intel no es la primera que expresa su preocupación por la crisis de semiconductores a la vez que confirma un futuro positivo. Hace poco más de dos meses, AMD reveló que se preparaban para dejar atrás una época tan convulsa. E Intel, de la mano de su director general, ha confirmado que son positivos de cara a 2025, año en el que esperan tener la mejor tecnología de integración del mundo, los mejores transistores y otros aspectos tecnológicos relevantes. No obstante, el propio Gelsinger destaca que para ello será necesario, además de pasar por un futuro inmediato de escasez, llevar a cabo el plan de Estados Unidos de independizarse de China.
Como destacan nuestros compañeros de Xataka, la intención del Gobierno estadounidense es frenar la dependencia del país asiático. Para ello, planean destinar 50.000 millones de dólares para llevar sus fábricas desde Asia hasta su territorio. Para Gelsinger, esta maniobra es crucial de cara a reconstruir la cadena de suministros y, a la postre, gozar de un nuevo crecimiento post-recesión. Sin embargo, también hace hincapié en la inflación, un factor que provoca que aumenten los costes de producción para las empresas y el valor final de venta para los usuarios. Aún así, Gelsinger retira que 2025 será la clave tanto para ellos como para la recuperación.
Imagen de Slejven Djurakovic (Unsplash).
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