El organismo de control de competencia de Reino Unido actuará por si el acuerdo perjudica a los consumidores.
La compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft sigue dando que hablar. El acuerdo, cerrado en unos 68.700 millones de dólares a principios de este mismo año, se encuentra actualmente pasando una serie de controles y, aunque desde la compañía aseguran que el proceso avanza rápido, hay nuevos impedimentos en el camino.
Tal y como informa CNBC, el canal estadounidense centrado en noticias de economía, el organismo de control de competencia de Reino Unido ha abierto una investigación sobre la operación anunciada en enero, estableciendo una de las primeras investigaciones importantes por antimonopolio.
El organismo considerará si daña a competencia y consumidores
Aseguran que el acuerdo puede tener un fuerte impacto en la industria de los videojuegos por el hecho de entregar grandes franquicias (Call of Duty, Candy Crush) a una de las compañías tecnológicas más grandes del mundo, y la autoridad responsable de mercados y competencia analizará la situación "considerando si el acuerdo puede dañar a la competencia y conducir a peores resultados para los consumidores como, por ejemplo, precios más altos, menor calidad u opciones reducidas".
Por el momento, en la CMA han fijado como fecha límite el 1 de septiembre, cuando deberán anunciar su decisión inicial. El organismo regulador ha comunicado que aceptará recibir comentarios de parte de las partes interesadas, con una consulta abierta hasta el día 20 de julio.
Si la operación sale finalmente adelante sin ningún impedimento de este tipo, Microsoft y Xbox tendrán que gestionar la situación de Bobby Kotick, el CEO de Activision Blizzard al cargo durante las graves acusaciones de acoso que se han dado en la compañía, así como decidir qué juegos serán exclusivos o se incorporarán a su servicio de suscripción, Xbox Game Pass.