Una de las ventajas de bucear entre las ofertas de las tiendas digitales es la posibilidad de descubrir tu próximo juego favorito. En el pasado, tuve la oportunidad de descubrir la saga Uncharted gracias una oferta de la Nathan Drake Collection, situación similar a la que viví con otras experiencias como Canis Canem Edit, Spec Ops: The Line, Alan Wake u otros títulos que he podido adquirir a precios de risa. Sin embargo, y he de admitir que este es uno de esos casos que puedo resumir con la frase "ya sabía a lo que venía", la situación es diametralmente opuesta cuando me atrevo con propuestas como Lady in a leotard with a gun.
Para mi desgracia —o fortuna, según se vea—, no es la primera vez que me adentro en uno de esos "experimentos" que inundan las tiendas digitales. En el pasado, ya probé suerte con los títulos de Kimulator's Films, una desarrolladora indie que puede presumir de estar detrás de los juegos más raros de PlayStation. De hecho, tal es mi pasión por este tipo de propuestas que firmé el artículo de los juegos más raros de 2022 (una selección compuesta por títulos de lo más variopintos) y también me atreví a sumergirme en Gas Station Simulator. Pero, pese a mi bagaje previo, nada me había preparado para Lady in a leotard with a gun.
La versión de Hacendado de Returnal
Han pasado casi 3 años desde el estreno de PlayStation 5 y sigo sin conectar con ningún juego de la consola como lo hice con Returnal. Gracias a su jugabilidad frenética, a la variedad existente entre cada partida y a la forma en la que fue capaz de exprimir el DualSense, el título de Housemarque está marcado en mis libros de historia como la propuesta más interesante del sistema de Sony. Y por ello, si quisiera resumir lo que es Lady in a leotard with a gun con solo cuatro palabras, lo haría utilizando la siguiente frase: "Un Returnal de Hacendado".
La propuesta de The Voices Games, un desarrolladora británica con multitud de propuestas similares que comparten en su canal de YouTube, guarda ciertas similitudes con el trabajo del estudio finlandés. En esencia, ambos títulos están protagonizados por un personaje femenino que, a través de distintos escenarios, acaba con sus enemigos a punta de pistola, un requisito indispensable para poder superar el nivel y avanzar al siguiente. Y, para fortuna de los integrantes de Housemarque, la comparativa entre ambos proyectos no va más allá de todo lo mencionado en este párrafo.
Como es evidente, es imposible esperar que un juego experimental desarrollado con Unity esté a la altura de una superproducción con decenas de millones de euros detrás. Y, quizás sea por este aspecto, he de reconocer el encanto que tiene Lady in a leotard with a gun. A estas alturas y con tantas propuestas en el mercado, asomarse a este tipo de experiencias es una oportunidad a la que solo acceden las mentes más curiosas o, en los casos más extremos, aquellos que se sienten identificados con la frase "café para cafeteros". Yo, después de mucho analizarlo y tras repasar la afición que estoy despertando por este tipo de propuestas, creo que encajo mejor en el segundo grupo que en el primero. Y, por ese motivo, he encontrado cierto encanto en una propuesta como esta.
Jugabilidad básica con una increíble variedad de enemigos
Aunque la propuesta de The Voices Games dista mucho de los estándares de calidad mínimos, razón por la que algunos incluso se lo pensarán dos veces a la hora de gastar los 49 céntimos que cuesta (o, en mi caso, los 24 céntimos que invertí al tratarse de una oferta), es innegable que los responsables detrás de este proyecto han hecho todo lo posible para que, como mínimo, sea un título muy variado. A lo largo de 11 niveles, esperé toparme con una repetición constante que convirtiese una experiencia tan breve en algo tedioso. Pero, para mi fortuna, las mentes detrás del título demostraron que sus ideas alocadas van acompañadas de propuestas acorde a las mismas.
Aunque pude terminarlo en 10 minutos (y sacar el platino en unos 20), el desafío que supone conseguir todos los trofeos es una gran excusa para su rejugabilidad. En esencia, superar el título no es complicado, pero sí lo es finalizar cada nivel sin recibir daño, un requisito imprescindible para obtener los trofeos con los que lograr el platino. Y, teniendo en cuenta que cada escenario cuenta con una sorprendente variedad de enemigos —llegué a contar 7 de ellos en un total de 11 niveles—, lo cierto es que Lady in a leotard with a gun puede presumir de ser, como mínimo, una propuesta interesante.
No obstante, ni siquiera las virtudes mencionadas hacen que merezca la pena la inversión. Su premisa es tan básica que cualquier jugador experto conseguirá exprimir al máximo todo lo que tenga que ofrecer el título en menos de media hora. En él, las únicas opciones posibles son disparar, rodar y saltar, y todas ellas son tan básicas que la experiencia general recuerda a aquellos primeros títulos 3D pioneros de los 90 que nos hacían alucinar y pensar en las posibilidades de la industria. Pero hoy, tres décadas después, la existencia de Lady in a leotard with a gun solo tiene sentido si se ve como un experimento divertido.
Puedes comprar unos chicles o este curioso videojuego
En resumidas cuentas, el título de The Voices Games está pensado para un público muy concreto. En la actualidad, multitud de propuestas similares gozan de éxito instantáneo por razones de todo tipo, como sucedió con Pineapple on Pizza u Only Up!, uno de los juegos más particulares del verano. Y, en favor de Lady in a leotard with a gun, he de admitir que sorprende con su variedad de enemigos, con la introducción de un inesperado nivel en 2D y con detalles tan curiosos como mostrar el daño en decimales. Pero, pese a ello, no consigue siquiera llegar a ofrecer una experiencia que, a diferencia de los otros dos ejemplos señalados en este párrafo, merezca la pena recordar.
En mi caso, comprar el título me costó la friolera de 24 céntimos en la PS Store, un poco menos de la mitad que si lo hubiese comprado a precio completo (49 céntimos). Si soy sincero, lo hice porque es una cantidad tan ínfima que en lo único que me afecta es en tener que despedirme de un par de chicles; pero, en honor a la verdad, no sé si habría preferido unos chicles de fresa antes que dedicar algo menos de media hora a Lady in a leotard with a gun. Supongo, como dice el refranero popular, que solo hay una frase para resumir mi relación con el juego: "¡Que me quiten lo bailao!".
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