A estas alturas, cualquier persona que conozca mínimamente la historia de Steve Jobs sabrá que el fundador de Apple no era un fan acérrimo de Android. De hecho, podría decirse que lo más lógico es catalogar a Jobs en el espectro opuesto a dicha condición. Aunque no tenía problemas en estrechar lazos con sus competidores, un aspecto que le sirvió para salvar el rumbo de la compañía gracias a una jugosa inversión de Bill Gates, siempre tuvo sus más y sus menos con el sistema operativo de Google. Y es que, como él mismo señaló en su biografía, tenía entre ceja y ceja a Android por una traición que le llevó a querer destruir al sistema operativo.
Cuando Jobs presentó el iPhone en 2007, como señalan los compañeros de Xataka Android, este supuso una revolución para el mercado móvil. Además de por su concepto, el primer iPhone llamó la atención por funciones como navegar por la pantalla deslizando el dedo, la disposición de los iconos y otros aspectos. Por ello, el mundo quedó asombrado con el resultado y durante meses no se habló de otro dispositivo móvil. Sin embargo, en octubre de 2008 llegó al mercado el HTC Dream, un teléfono con una versión de Android (por aquel entonces era un software para cámaras digitales) que, además, incluía botones y hasta un teclado. Y, sin saberlo, este fue el primer paso de la particular guerra de Jobs contra Android.
Steve Jobs estuvo tan indignado que entró en cólera contra Android
Poco después, en pleno 2009, llegaría al mercado el HTC Magic, un móvil que supuso una gran puerta de entrada para Android. Y, aunque muchos usuarios guardan un grato recuerdo del dispositivo, Jobs se molestó por la concepción del mismo y demandó tanto a Google como a HTC en 2010 por el parecido del dispositivo con su iPhone. Así, como se recoge en la biografía escrita por Walter Isaacson, Jobs consideraba que Google les había “estafado por completo”. Sin embargo, su discurso fue tan duro que es relevante quedarse con todas las palabras del mismo:
Google, esto es una puta copia del iPhone, nos habéis estafado por completo. Es un robo descarado en primer grado. Invertiré hasta mi último aliento si es necesario, y gastaré cada centavo de los 40.000 millones de dólares que tiene Apple en el banco para rectificar esta situación. Voy a destruir Android porque es un producto robado. Estoy dispuesto a empezar una guerra termonuclear por este asunto. Están muertos de miedo porque saben que son culpables. A excepción de su motor de búsqueda, los productos de Google son una mierda.
El tiempo, según los datos del portal Statcounter, ha jugado en contra de los intereses de Jobs. Aunque el iPhone es el móvil más vendido año tras año, en la actualidad la cuota de mercado de iOs es de un 30,61%, una cifra muy por debajo del 68,61% de usuarios que poseen dispositivos Android. Sin embargo, para la historia quedará uno de los mayores enfados de Jobs, una situación que le llevó a querer destruir Android por cómo se inspiró en las cualidades del iPhone.
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