Es muy curioso porque aún con la saga base funcionando en solitario y vendiendo a espuertas, los SimCity de 2013 hundieron el nombre de la licencia hasta el punto de que, aún a día de hoy, no se ha recuperado. Con la vacante de los city builder sin rellenar y una Montecristo y sus Cities XL con miedo al éxito, llegó el turno de Cities: Skylines para reinar, dominar el mercado en PC y consolas, y quedarse con un género de nicho; todo en uno, un juego capaz de aguantar 8 años sin síntomas de flaqueza y una retahíla de DLC extensa, sí, pero que nutría a un juego capaz de secuestrarte horas. Ahora, casi una década después y con la máxima de "aunar creatividad y feedback de la comunidad en un juego que dure otros 8 años", Cities: Skylines 2 se estrena por todo lo alto.
Si hay alguien ajeno al género que se sienta con la necesidad de curiosear de qué van los city builder y por qué tienen tanto público, sabed que son juegos con un poder de atracción demencial. Hablamos de experiencias de esas que sabes cuándo entras, pero no cuándo sales. Que incluso se pueden compaginar con otros quehaceres como escuchar podcast o ver series. Es tan maleable como género que es capaz de atraer a gente como yo, que no tenemos ni idea de diseño. Y es que eso es lo que hace grande a Cities Skylines 2. Soy un negado para el diseño, el arte o cualquier cosa que implique que la parte derecha de mi cerebro haga horas extras, y aun así me siento realizado con cada tontería que creo. Eso es lo que mejor hace Colossal Order.
Es una secuela muy continuista, en tanto en cuanto no podemos pedirle expandir sus conceptos jugables a un city builder, pero apuesta todo a la carta de no contentarse, tampoco encerrarse en unas ideas propias, sino abrirse a su comunidad con incorporaciones ajenas. Cities Skylines 2 es más que digno sucesor de ese complejo SAW hecho videojuego, capaz de hacerte perder la noción del tiempo; y a la vez tan bueno que solo la comunidad puede hacerlo perfecto. Es su momento. Eso sí, un aviso importante, es complejo en forma y fondo, pero difícil, sino imposible, de jugar bien en PC.
Jugabilidad cíclica: construye y repite sin cansarte
Cities Skylines 2 es simple en su propuesta. No encontrarás modos multijugador, campañas o experimentos extraños. En cambio, te ofrece un sandbox con dos ideas muy claras: desbloquear todo desde el principio y sumergirte en la experiencia artística más compleja, pero no necesariamente difícil, del género de construcción de ciudades. También puedes optar por un enfoque más pausado, disfrutando del crecimiento personal e interactivo, desbloqueando todo a medida que avanzas. Construye, edifica, crea, erige, cimienta... Puedo darte mil sinónimos, pero al final, lo que harás es construir y gestionar tu propia ciudad. Es tan simple y divertido como eso. El juego sigue el enfoque de "eres un dios —o un rey, elige el enfoque que quieras— que crea la mejor o peor urbe que la Tierra ha visto". Un estilo de juego tan simple como acotado a un público en específico, pero sin miedo a ir más allá.
El mapa es enorme, pantagruélico
Colossal Order no intenta hacer milagros ni malabares para expandir su base de jugadores. El estudio sabe lo que tiene y conoce muy bien qué quiere su comunidad. Sin embargo, no se deja llevar ciegamente por ellos. Con esto en mente, lo que hace el equipo finlandés es expandir sus cimientos jugables en horizontalidad, no en profundidad —aunque ya veremos que tampoco se cierra a esto último—. Cuando seleccionamos el bioma base sobre el que construiremos nuestro burgo —tenemos 8 a elegir, no muy variados y algo simples en orografía— se nos dejará jugar en un patio de recreo acotado, un cuadrado donde ahí, solo ahí, podrás plantar tus edificios. Lo mejor de todo es la sorpresa inicial. No es la primera vez que hemos leído, de boca de su estudio, que Cities Skylines 2 será inmenso, más que su primera entrega. "¿Dónde está esa inmensidad?" quizá diga alguno. Bien, hagamos un ejercicio: haz scroll con el ratón y expande el mapa.
Sí, esa sorpresa es la misma que tuve yo. Más de 50 recuadros para edificar nuestra ciudad en un mapa de nada menos que 159 km2, y que iremos desbloqueando, con el dinero de nuestra ciudad, en pro de expandirla. Una locura de tomo y lomo que deja sobre la mesa del jugador la idea de “haz lo que quieras con esto, es todo tuyo”. Atrás quedó el mod para desbloquear todo el mapa y forzar el juego a adaptarse a nuestros gustos. Cities Skylines 2 se debe a su público; y lo mejor es que no es así como lo hace, al menos no de la única manera.
Los 8 biomas de inicio
La iteración de construir, expandir y volver a construir es tan amigable con el jugador que consume el doble de horas que su primera parte. El juego quiere ser jugado y no pone obstáculos para ello. Tampoco quiere complicarte la vida. Ideas como un sistema de medición de carreteras, capaz de avisarte con un pequeño "robo de ratón" cuando colocas la calzada a la misma altura que la vía paralela o adaptándola a la misma extensión de la ya colocada, son pequeñas ayudas muy bienvenidas. Incluso la forma en que las vías se fusionan entre sí, mucho más natural que en su predecesor, y la gestión de servicios como la electricidad o el agua, demuestran el cuidado que se ha puesto en un juego que, en su base, tiene el problema de no poder ir más allá. Es una versión mejorada del concepto algo más tosco de aquel Cities: Skylines.
Eso sí, no todo es perfecto. La decoración de nuestra ciudad o los pequeños detalles se han quedado en el cajón. Se pierden en el camino, a pesar de que el juego requiere de un ojo clínico para embellecer la ciudad. Las buenas ideas de los finlandeses chocan con un sistema para "hacer bonito" poco inspirado. Seguimos limitados a las típicas cuadrículas de los edificios y muchos de ellos no se interrelacionan, dejando "calvas" en el entramado de la ciudad que revelan la base del mapa sin que podamos pintar el suelo. Otros detalles tan simples como la disposición individual de las plantas en la ciudad están limitados hasta el hastío, y la colocación de elementos como bancos es inexistente. Supongo que es una mezcla de aspectos positivos y negativos en tantas adiciones. Al final, la comunidad siempre llega, como la caballería al final de una película cliché, para salvar el día.
El juego ha oído a su comunidad y se debe a ella
Siguiendo estilos de cercanía de un estudio y su comunidad como el visto hace poco con CD Projekt RED y su Complete Edition de The Witcher 3 —que incluyó mods de ciertos creadores de contenido—, Colossal Order hace todo lo posible para poner el ojo sobre los mods y creaciones de la comunidad, y hacerlas suyas. Move It!, por ejemplo, que nos permitía mover a placer las carreteras y cualquier ítem o edificio colocado en el mapa a placer, ha permeado en el juego con cierta simpleza, flecos que cortar, pero mucho atino. No nos deja seleccionar nodos, aunque la idea de servir al jugador para hacerle la vida más sencilla está ahí, y Colossal Order pasa el testigo ahora a su comunidad.
El equipo finlandés ha perfeccionado su trabajo para que la experiencia propia de jugar sea lo más divertida y completa posible. Al ser una saga tan pecera, se asume de base que lo que hay se expandirá gracias a la comunidad, y es algo sumamente peligroso porque hace contentar al equipo de desarrollo con lo mínimo. Por ello, Colossal Order ofrece una versión Vanilla tan competente, tan capaz de sobrevivir por sí sola sin necesidad de mods, que sorprende. Cities Skylines 2 en su estado actual, crudo, es tan capaz como la mejor versión de su predecesor con mods; y es decir mucho.
¿Hay ideas propias? Sí, pocas y suficientes
Cities: Skylines 2 es bastante conservador incluso con el contenido propio del juego. De hecho, lo que más hace el city builder es mirar de reojo a su precuela y adaptar la gran mayoría de sus DLC en el propio núcleo de su secuela. Es una idea buena que quizá muchos tilden de vaga. Sin embargo, es un mínimo exigible al estudio europeo. La mejor adición de todas es el gestor de tráfico aquel del DLC de industrias del juego base. Está adaptado a su nuevo estilo, bastante más condensado y limitado. No nos deja gestionar, por ejemplo, la dirección de la circulación, pero es simple en forma y fondo, y mejora el producto final.
Natural Disasters, aquel DLC del juego original, es otra de las adiciones, con una mayor estabilidad y lógica con el entorno. La idea ya no es esperar locuras sobrenaturales como un volcán en erupción, y sí adaptar las inclemencias del tiempo a la vida cotidiana de la urbe. He llegado a ver un incendio a lo lejos, en un recuadro no comprado y que por ende no podía usar, y que el fuego interrumpiera las noticias, el tráfico modificara su ruta y, en definitiva, una profundidad más que bienvenida.
Pero lo mejor de todo es el acierto de Colossal Order en cuanto a inteligencia artificial. Si te gustó el primero, debes saber que todo lo que los finlandeses no han añadido de forma tangible, está presente en las entrañas de Cities: Skylines 2. La gestión de las preferencias de los ciudadanos adquiere una mayor relevancia, y ellos, como ya sabes, utilizarán su particular Twitter para expresar su malestar. Todo funciona a la perfección en este nuevo proyecto de Colossal Order.
Modificar una estructura completa o un barrio y trasladar, por ejemplo, la industria a una ubicación más alejada (lo cual es lógico para dejar espacio a nuevas secciones o evitar la contaminación), no destruirá tu ciudad aunque sus cimientos sean frágiles. Los ciudadanos buscarán una nueva ruta para desplazarse o continuar con sus trabajos. Además, como ya se mencionó, los jóvenes ahora son una población de riesgo, literalmente, y bastante quejumbrosos. Es la esencia misma de la macro-gestión del mejor tycoon adornado con un excelente constructor de ciudades.
Rendimiento en PC preocupante, muchísimo
Era lunes, 16 de octubre, y Paradox Interactive, los distribuidores del juego, fueron claros al respecto: "el rendimiento del juego no ha alcanzado unos estándares óptimos". Un ejercicio de honestidad en un año complejísimo para el PC gaming, pero que tampoco deja en buen lugar al juego. De hecho, Cities: Skylines 2 se encuentra entre lo peor del año en cuanto a rendimiento. El equipo europeo no mintió: el juego es muy exigente. Entiendo la lógica de lanzarlo con tiempo, especialmente cuando te enfrentas a un lanzamiento mundial en PC y Game Pass, y además tienes que seguir trabajando en una versión para consolas que llegará en menos de un año, pero el resultado es el que es.
Hay importantes problemas en el acabado visual a 1080p
He podido jugar Cities: Skylines 2 en dos PC, uno con una RTX 3060 Ti, un i5 12400 y 32 GB de RAM; mientras que el otro contó con una nada desdeñable RTX 4070, 16 GB de RAM y un Ryzen 9 7940HS. Como veis, dos sistemas dispares, pero con dos problemas: en uno la RAM, en otro la GPU. Empezando con el de menos recursos —el de la RTX 3060 Ti para que nos entendamos—, es imposible hacerlo funcionar a más de 30 FPS si superas los 1080p. Si bien no es un juego que requiera de celeridad y reflejos sobrehumanos, no es un shooter, vamos, las primeras pruebas hechas sin la compilación de shaders, a 1440p y gráficos en Medio dieron apenas 22 FPS.
Con el segundo sistema, la situación es mucho mejor, pero sigue siendo difícil hacer que funcione correctamente. No se pueden aumentar los gráficos ni jugar en 4K, eso se reserva para sistemas más potentes, a menos que no te importe jugar a 40 FPS con algunos tirones que empañan la experiencia de juego. Sin embargo, y lo peor de todo, eso es solo la punta del iceberg. Cities: Skylines 2 está bajo de forma, y con importantes problemas visuales. La versión que pudimos probar antes del lanzamiento del juego incluye el añejo FSR 1.0, incapaz de aumentar los FPS sin sacrificar la calidad gráfica y colocarlo en una posición peor que su predecesor. Pero eso no es todo, hay un gran problema con el popping de objetos, que aparecen y desaparecen a su antojo, así como con las sombras e iluminación. Incluso en segmentos de alta calidad gráfica, el juego deja mucho que desear.
Aquí la pelota está en el tejado de Colossal Order. Los plazos de entrega de un juego son los que son y es difícil que un equipo se permita retrasos continuos, especialmente cuando Cities: Skylines 2 debe entrar en el año fiscal, algo que no ocurrirá con su versión de consolas. No es imposible de jugar y Paradox ya avisó con aquel aumento repentino de sus requisitos gráficos la pasada semana. Lo que hay es lo que tenemos: un juego muy bueno, con un rendimiento penoso. Por delante se nos plantea la misma situación que con PayDay 3: ¿es suficiente para aprobarlo si lo bueno que tiene, que lo hay, funciona a duras penas? No, lamentablemente no. Y me duele, pero quiero ser honesto y a día de hoy no puedo recomendarlo por esto mismo.
Cities: Skylines 2 es tan conservador como extraordinario. No deja de lado todo lo que funcionó en su primera entrega y adapta conceptos e ideas de su propia comunidad para un juego redondo que ahora solo los jugadores pueden mejorar. Un city builder soberbio en forma, fondo y posibilidades. Eso sí, todo queda lastrado por un rendimiento muy peligroso que incluso el propio estudio ha lanzado un mensaje de advertencia. Solo el mejor PC será capaz de domar a esta bestia, y no sin problemas.
- Es el mapa más grande que ha hecho nunca el estudio: 159 km2.
- Ha aplicado mods a la base del juego.
- La IA está mucho más trabajada y su potencial pasa desapercibido porque es tan real que asusta.
- Importantes e inconcebibles problemas de rendimiento.
- Es un juego solo apto para los mejores PC, y aun así tendrán problemas.
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