Adam Jensen encara una de los capítulos más complicados de su vida en Deus Ex: Human Divided. Un extraño entre extraños: los aumentados están repudiados tras los acontecimientos del final de Human Revolution y los que quedan están viviendo un auténtico apartheid mecánico. Han pasado dos años, pero el conflicto está muy vivo y es más violento que nunca.
Nuestras Impresiones
Eidos Montreal se ha metido entre ceja y ceja arreglar los pequeños problemas de Human Revolution. ¿Recuerdas el movimiento de Jensen en la anterior entrega? Olvídalo: se ha hecho un nuevo sistema de coberturas y movimientos para el protagonista y ha mejorado en mucho su movimiento y agilidad, ofreciendo una infiltración mejorada con respecto al anterior videojuego de la empresa canadiense.
La otra mejora presente en Deus EX: Mankind Divided está en la acción: puede que no fuese un apartado que no brillase en el pasado, pero ahora es una opción más que lícita para el protagonista. Nuevos aumentos convertirán a Jensen en una auténtica máquina de matar si el jugador quiere. Si tu plan pasa por la infiltración, ni te preocupes, está mejor que nunca: los escenarios han aumentado de forma considerable y suma nuevas formas de incursión en las diferentes misiones.
Lo que hemos podido jugar por el momento es un nivel en una Dubai derruida y otro adicional inspirado en un teatro de Praga. Nadie en el estudio ha querido entrar a hablar sobre el guión y las decisiones del juego, pero la encargada de la narrativa de la obra ha asegurado a 3DJuegos que la participación del jugador en las decisiones de Jensen serán más numerosas que en la pasada entrega y que no nos van a dejar indiferentes.
Puntos Clave
- Nuevos e interesantes aumentos que llevan a Jensen a una nueva dimensión de acción e infiltración.
- Las mejoras en el sistema de movimiento y el mimar más el apartado más encarado a la acción pura ha sido un gran acierto por parte de Eidos.
- Sabemos poco de la historia, pero las pinceladas del nuevo y violento mundo de Deus Ex: Mankind Divided promete dejar al jugador con la boca abierta.