El presidente de Take-Two opina sobre el modelo free-to-play y los problemas que acarrea.
Desde el lanzamiento de GTA V en la nueva generación, las apariciones del mandamás de Take-Two, Strauss Zelnick, han sido bastante habituales. Su nueva aparición se ha efectuado en el Credit Suisse Annual Technology Conference, en la que el portal norteamericano Gamespot ha recogido algunas de sus declaraciones sobre la actualidad de la industria. En la presente ocasión ha querido encarar la industria del Free To Play (F2P) y los motivos por los que su empresa, de momento, ni se plantea la entrada: "El problema es que con el modelo de F2P entre el 95 y el 97% de los usuarios no pagan por sus juegos. El 3 y el 5% restante sí lo hace, en el mejor de los casos, un 10%".
No es la única barrera a sortear. Sin querer generalizar, Zelnick considera que el campo de batalla del F2P no apuesta, en muchos casos, por la calidad en sus contenidos y producciones que lanzan al mercado y eso acaba haciendo que los juegos resulten menos atrayentes: "El otro problema es que los F2P son menos atractivos. Si nos fijamos en la historia de la industria del entretenimiento a través de cada uno de sus canales, las únicas empresas que han salido vencedoras y han tenido un periodo de éxito largo son las que han conseguido sorprender y deleitar a sus usuarios con contenido de calidad".
Muchos de esos lanzamientos F2P no acaban teniendo una gran calidad
Zelnick opina que muchas empresas no apuestan por ofrecer lo mejor que pueden dar, y cree necesario perseguir esa calidad, aunque al final no se llegue a la cota deseada: "Muchos de esos lanzamientos no acaban teniendo una gran calidad. He visto a algunas de las empresas que compiten declarar en sus estrategias el no crear contenido con gran calidad adrede, y nunca he visto una compañía de entretenimiento (nunca, nunca, nunca) tener éxito sin marcarse la calidad como una de sus metas en sus estrategias internas. No todos pueden lograrlo, pero es necesario al menos intentarlo".
Sin embargo, el empresario no descarta entrar en ese mercado si la situación y su ecosistema cambia en el futuro: "Creo que el modelo, el consumidor y la demografía son muy diferentes, pero si eso cambia y el procesador de los teléfonos llega a los similares de una consola y la gente decide por jugar bien a obras de calidad en sus dispositivos, podemos y debemos estar allí".