Con Microsoft tratando de cerrar la compra de la compañía, un nuevo enano ha aparecido en el jardín de Activision-Blizzard. La mayoría de los equipos participantes en la Overwatch League, competición oficial del 'hero shooter' en la que se enfrascaron clubs de todo el mundo, han comenzado un proceso de negociación colectiva con la compañía. La información llega de manos de Jacob Wolf, uno de los reporteros con mayor reputación en el mundo de los esports, quien señala en su propia página web que las exigencias están relacionadas con los "elevados costes operativos y las promesas incumplidas en materia de ingresos".
La problemática trayectoria de la Overwatch League
En términos fáciles de entender, los equipos se han cansado de perder dinero por culpa de la competición. Las organizaciones que se introdujeron en la liga durante su primer año ya han pagado una cantidad cercana a los 10 millones de dólares por el simple hecho de pertenecer a la competición (el coste inicial de una franquicia era de 20 millones pagado en varios plazos). A esto hay que sumarles los denominados costes operativos: instalaciones del equipo, salarios de jugadores y demás. Siempre según señala la fuente, esto hace que el coste total de la Overwatch League para las organizaciones que participan en ella desde su primer año haya sido de hasta 16 millones de euros. A cambio, casi no han conocido operación rentable hasta la fecha.
Las cifras no dejaban más remedio a los equipos que trabajar en pérdidas de forma permanente. Una situación que se ha agravado a lo largo de los últimos años. Aunque Activision-Blizzard redujo los costes por operar en la Overwatch League, la pandemia afectó negativamente a los ingresos de los equipos. El golpe fue peor para liga poco después. Debido al escándalo por discriminación sexual que provocó incluso la intervención del Estado de California, la competición perdió todos sus patrocinadores. Adicionalmente, de cara al año 2023 se ha terminado también su acuerdo de retransmisión con YouTube. Este acuerdo era muy provechoso para la división de esports en términos económicos, aunque no tanto en visualizaciones.
Hay poco a lo que los equipos puedan agarrarse. El tirón de lanzamiento de Overwatch 2 ya se ha enfriado de cara al comienzo de la nueva temporada en el próximo mes de marzo. El rendimiento de la liga este año es una incógnita y más después de que se quedará en un pico flojísimo de 400.000 visualizaciones simultáneas en el cierre de su última temporada. El pico es muy inferior al de Valorant (1,5 millones); CS:GO (1,4) o League of Legends (5,1). Rara vez los esports son rentables para los equipos, incluso moviéndose en un interés muy superior al que genera Overwatch. Es de esperar que las cifras de visualizaciones vuelvan a ascender de forma moderada con un más que posible regreso a Twitch, aunque difícilmente compensarán lo que dejarán de ingresar gracias a la antigua exclusividad YouTube.
La Overwatch League no ha crecido al ritmo esperado desde su fundación
Las negociaciones entre los equipos y Activision-Blizzard apenas acaban de arrancar, pero no tienen buena pinta. Las tensiones entre el bufete de abogados contratado por los equipos de la Overwatch League para negociar con los propietarios de la liga serían elevadas. En este contexto, muchos equipos ven peligrar su futuro. Especialmente aquellos que están dirigidos por entidades con menor capital o áreas operativas que dependen en mayor medida de la competición. Si ellos caen, las consecuencias para la desarrolladora podrían ser más graves. Los esports en occidente no tienen buena pinta de cara al año 2023, aunque España está en una mejor situación.
Ver 1 comentarios