Dioses, gigantes y mucha sangre. Los creadores del correcto Earth Defense Force llegan a Wii para ponernos al frente de la gran batalla que decidió el destino del mundo según la mitología nórdica. La batalla del Ragnarok se decide con wiimote y nunchuk en un "hack 'n slash" tan bello como visceral.
El género de los "hack 'n slash" no es precisamente uno de los más prolíficos en novedades dentro del catálogo de Wii. De hecho, y hasta la fecha, sólo podemos contar algunos títulos de calado como el extravagante No More Heroes, el violento Mad World o el notable Samurai Warriors 3.
No obstante, todavía faltan más golpes a diestro y siniestro en la blanca de Nintendo, y tal vez no estaría mal mirar hacia Japón, más que nada porque allí podemos encontrar uno de los últimos y más interesantes exponentes al respecto. Efectivamente, el conocido como Zangeki no Reginleiv es una de esas obras que, aunque no gocen de una calidad suprema, sirven perfectamente para cubrir una demanda de acción presente en Wii. Apareció a principios de año en el país del Sol Naciente (consiguiendo una puntuación de 28/40 en Famitsu), pero no ha sido hasta ahora cuando hemos podido comprobar su sangrienta propuesta...
Dioses con sed de sangre
Una propuesta que parte del equipo japonés Sandlot, que algunos conoceréis por la serie Earth Defence Force, otros por estar nutrida de antiguos trabajadores de Human Entertainment (autores de la serie Clock Tower), y los menos por las inusuales mecánicas de juego que estos desarrolladores siempre ponen en práctica en sus creaciones.
Sea como fuere, lo cierto es que el título respira un alma propia, con un argumento que se aleja de los clásicos temas orientales para introducirse en el mundo de la mitología nórdica, pero bajo una interpretación completamente libre. Así, en el videojuego nuestros protagonistas principales son dos hermanos (Froy y Freia) que son enviados por los dioses para ayudar a los humanos en su guerra contra una raza de gigantes que intenta destruir el reino de Midgard.
En otras palabras, seremos partícipes de la mítica batalla de Ragnarok (que decidió el fin del mundo) en contra del malvado ejército de Kyoshin. Pero para nuestra suerte contaremos con el poder de los dioses dentro de una violenta mecánica "hack 'n slash" dividida por misiones, que pone en nuestras manos un wiimote que (gracias al Wii Motion Plus) otorga mucha más precisión a nuestros cortes de espada.
Una espada que pueden enfundar tanto Froy como Freia, un dios y una diosa, respectivamente, entre los que podemos optar antes de cada fase. Algo que no tendría mucho sentido si no presentaran diferencias entre sí, pero el caso es que sí las ofrecen, y por descontado... De esta manera, si Froy es un experto en el ataque cuerpo a cuerpo (posee también más nivel de salud), Freia es más hábil a la hora de utilizar magias y ataques a distancia (aunque presenta menor resistencia a los golpes de los rivales).
La elección a tomar es importante, aunque esto no cambia para nada unos niveles que nos han resultado algo monótonos en su planteamiento, pero que ofrecen lo que prometen: decenas de enemigos simultáneos en pantalla, sangre por doquier y acción sin parangón. Todo a lo largo de ciudades, campos y cuevas donde nos las veremos con gigantes de todo tipo, desde los que nos sacan cuatro cuerpos hasta los que es casi imposible verles el rostro desde abajo.
Para hacernos el trabajo más sencillo, Reginleiv nos propone la utilización de combos y distintas armas entre las que se incluyen espadas a dos manos, arcos y hasta potentes mazos. En total, 300 variantes de arsenal y otras tantas opciones de personalización para mejorar equipamiento, mientras completamos un árbol de habilidades donde es posible cambiar los cristales de poder (obtenidos en las batallas) por nuevos niveles de experiencia con los que seguir machacando a gigantes.
En definitiva, una propuesta de juego sencilla y tal vez algo repetitiva en esta primera toma de contacto, aunque la percepción puede cambiar totalmente si consideramos que Reginleiv cuenta con un modo cooperativo (sin cuotas) para hasta cuatro personas simultáneas a través de la Conexión Wi-Fi de Nintendo. Y la idea es francamente interesante, ya que la sensación final al añadir esta opción es la de encontrarnos ante una especie de Samurai Warriors pero con el poder de interconexión de Monster Hunter 3.
En pocas palabras, una grata sorpresa a la que se suma un apartado gráfico puntero, tal vez demasiado. Y es que los escenarios detallados, la multitud de enemigos simultáneos en pantalla, el tamaño de los mismos y unos efectos visuales que pocas veces habíamos visto en Wii, pasan una dura factura en forma de continuas ralentizaciones.
Pero habrá que esperar, puesto que Nintendo aún no se pronunciado sobre si llevar el título al resto del mundo. Y conociendo a los EEUU, incluida su fijación por recibir títulos doblados a su idioma, es bastante improbable que finalmente el videojuego salga de Japón. Costear el doblaje de las numerosas "intros" desde el japonés (por cierto, muy cuidado) al inglés, podría echar hacia atrás a las distribuidoras. Y es una pena, puesto que, a pesar de no ser un súper clase, Reginleiv presenta innovaciones y un concepto "hack 'n slash" que vendría muy bien a Wii en estos momentos.