Pese a que en Breath of the Wild, Link tuvo que poner a prueba sus dotes de escalador para encaramarse a todas las torres que había por Hyrule, en Zelda: Tears of the Kingdom estás han desaparecido y nuestro mapa de la tableta vuelve a estar en blanco. Por fortuna, Prunia y Rotver no tardan en explicarnos cómo volver a rellenarlo con los datos orográficos de cada región. Pero si pensábais que por poder acceder a ellas desde el nivel del suelo iban a ser más sencillas, probad otra vez. En esta guía os explicamos cómo llegar a cada atalaya para activarlas.
Las Atalayas en Zelda: Tears of the Kingdom
Las Atalayas regresan en Zelda: Tears of the Kingdom, pero no con su forma de torres a escalar y a las que al llegar arriba ''pasamos la tarjeta'' de la Tableta y nos revelan el mapa. Esa interfaz está ahora en su base pero hay que completar un paso más; algo que Prunia nos revela en una de nuestras primeras tareas al volver al suelo después de completar la isla de los Albores.
Una vez activada la Atalaya, debemos ponernos sobre la plataforma que hay en el centro para salir disparados a gran altura hasta el cielo. Cuando llegamos a la altura máxima, la Tableta de Prunia registrará la zona y ya tendremos desbloqueado el mapa, con lo que ya sólo resta volver a tierra para seguir explorando.
Pero lo difícil ahora es acceder a la base de esas mismas atalayas. Mientras que la primera, la del Fuerte Vigia es accesible a través de las tareas de Prunia y Josha, las otras que están repartidas por Hyrule no tendrán su base tan fácil de abrir, y ni que decir que si queremos disponer del mapa completo de los cielos y la tierra de Hyrule, tendremos que activarlas todas.
Localizarlas sigue siendo fácil ya que son las estructuras artificiales más altas que hay y se distinguen fácilmente incluso en la distancia. Cada región tiene asociada una, y estas son todas las que hay y cómo acceder a ellas.
Atlaya de la Llanura de Hyrule
Ésta sea probablemente la primera que desbloqueéis, y si bien no es especialmene complicada verla (se divisa tanto desde Fuerte Vigía como desde el Abismo de la Llanura de Hyrule) la posición en la que está se ha visto invadida por los monstruos enemigos.
Aunque podemos intentar usar el sigilo (para ello atacad de noche) los bokoblins están muy atentos y montan guardia. De hecho, si vais por la ruta principal os lanzaran una gran bola de pinchos. Primeramente usad retroceso para que suba y no os arrolle y de paso intentad alcanzar a algún bokoblin con ella.
Dispuestos los de la entrada (usad frutos ígneos con flechas para explotar los barriles desde cierta distancia para que no os afecten y eliminar a cuantos enemigos podáis), sería recomendable acoplarla a cualquier arma que llevéis, porque un gran bokoblin es el que está al cargo de este fortín enemigo.
Por fortuna, en un uno contra uno sus movimientos no son especialmente rápidos y sus ataques se leen con facilidad. Una vez eliminado, ya podéis acceder a la Atalaya para activarla y cartografiar la gran campiña de Hyrule.
Atalaya del Monte Labla
Ésta, probablemente, sea la primera atalaya que visitéis. Se encuentra directamente al noroeste de la posta que hay siguiendo el camino principal; como todas, es fácil de ver (y tratar de llegar a ella también nos revelará la primera posición de Obab como os decimos en la guía de cómo ampliar el inventario en Zelda: Tears of the Kingdom). Pero resulta que la atalaya en cuestión esta sobre una gran roca en medio de un lago. Como seguramente a estas alturas del juego no tengamos suficiente resistencia para nadar y trepar hasta arriba, es el momento de usar la Ultramano.
Con los materiales de construcción que hay muy cerca del lago, es posible construirnos un puente de madera que nos acerque a la base del peñasco para poder escalarlo sin haber tenido que gastar antes resistencia. Pero lo mejor es intentar crear alguna rampa elevada. Si bien es complicado hacer una que llegue arriba del todo, si que nos ahorraremos un buen trecho de escalada. Tened en cuenta que el peso tiene que estar repartido; eso o poned soportes con las vigas. Desbloquearla nos revelará la región de las Colinas de Hrule.
Atalaya del paso de Naorín
Situada justo al norte del poblado Orni, casi adyacente a la zona de entrenamiento de sus guerreros, la Atalaya del Paso de Naorín no requiere de mucho esfuerzo para alcanzarla (más allá de ir abrigados con prendas contra el frio o con un excedente de elixires o comidas picantes).
La verdadera dificultad radica en deshacernos de las zarzas que no nos dejan acceder a su interior. Pero gracias a las virtudes de fusionar elementos en este juego de la saga, podemos sacar cualquier arco, y acoplar un fruto ígneo a nuestra flecha; la lanzamos contra ellas, y al estar tan juntas arderan despejando el camino. a su acceso. Activarla revelará la zona de los Confines de Tabanta y la zona occidental de la Cordillera de Hebra.
Atalaya de la Estepa de Arkpin
Esta no tiene mayor complicación que llegar a ella, el problema es que está en una de las zonas más elevadas de todo el mapeado y de las más frías. Recomendamos ir con dos prendas de abrigo (se pueden comprar en el poblado Orni) o con bastantes elixires picantes.
Alternativamente podéis tratar de llegar a ella después de completar la misión de ayudar a los Orni con la ventisca que azota su región. Si saltáis desde los santuarios que hay en el cielo o desde la propia mazmorra, es muy fácil alcanzarla. Activarla os revelará la zona Oriental de la Cordinllera de Hebra y Tabanta Norte.
Atalaya de la Colina de Sahasra
Esta es la atalaya más cercana a la zona Central de Hyrule si avanzamos en dirección sureste, y es de las más complicadas. El llegar a la base no es particularmente difícil, salvo por los monstruos que pululan por la zona. El verdadero problema es que al llegar, un Orni nos informa de que las puertas no pueden abrirse por alguna razón. Efectivamente, están atrancadas. Sin embargo, el plumífero NPC nos dice que hay una cueva justo al pie de la colina sobre la que se alza la atalaya.
Si entramos en ella, vemos que hay bastantes paredes de roca que podemos romper. Lo que debemos hacer es tratar de ponernos justo debajo de la atalaya para entrar usando nuestra flamante habilidad de infiltración. Lo complicado es encontrar el punto exacto, pero os explicamos exactamente dónde poneros para alcanzarla.
Fijaos en las coordenadas de la imagen y tratad de replicar la posición de Link entre las rocas.
Nada más entrar en la cueva, debéis ''cavar'' avanzando hasta las coordenadas que aparecen en la imagen de más arriba. En ese punto exacto, romped las rocas que hay justo en dirección suroeste hasta avanzar a una cámara en la que hay una gran roca gris al fondo flanqueada por otras dos más pequeñas. Si miráis arriba, veréis el punto donde debéis usar la habilidad.
Una vez estéis dentro de la atalaya, retirad las dos lanzas que atrancaban la puerta para abrirla y poder usarla finalmente. Con ella, revelaremos la zona de Necluda Occidental.
Atalaya de la Meseta de Zorana
Desbloquear esta atalaya que nos revelará la Región de los Zora y el Manantial de Lanayru implica completar una de las muchas misiones secundarias que hay en Zelda: Tears of the Kingdom. Hay un zora que esta atrapado en el lodo que cae de los cielos. Si lo liberamos soltando un fruto acuoso cerca de él y golpeándolo, nos lo agradecerá dándonos una lanza zora. La puerta de la atalaya tiene el mismo problema: basta con usar un fruto acuoso o acoplarlo a un arma para golpear el engrudo y que desaparezca, y ya podemos entrar para activarla y cartografiar el terreno.
Atalaya de las ruinas de Oumbra
La Atalaya de las ruinas de Oumbra también tiene problemas. Otro orni que se encarga de su mantenimiento dice que no responde, que hay algo impidiendo que se active y pueda abrir su parte superior. En efecto, si miramos arriba veremos que hay un gran bloque de metal zonniano justo sobre la apertura superior.
Para poder abrirla, primero vamos a tener que llegar hasta él, pero en vez de escalar, lo mejor es subirnos en los otros bloques, empezando por uno que está cerca del suelo y que alcanzamos fácil con la habilidad Infiltración, y mediante globos con igneocéfalos -que podemos sacar de los generadores de artilugios- o de los cohetes que hay cerca, ascender hasta el bloque que nos interesa.
Cuidado con los gólems brigada y guardianes que hay. Id usando los cohetes para llegar hasta arriba y podáis asir el bloque con la ultramano, o si no llegáis, tratad de encaramaros a el planeando y enganchadle algunos artilugios que lo muevan de su posición actual (no quedan cohetes, usad o turbinas o un globo con igneocéfalo). Y ya esta, ya podéis bajar y activar la atalaya.
Atalaya del Valle de Eldín
Otra atalaya averiada, otra vez que nos toca arreglarla. En este caso, la Atalaya del Valle de Eldín ha recibido un fuerte impacto de uno de los bloques que cáen contínuamente del cielo. Esto ha hecho que pierda su tapa; aunque eso no la impida funcionar con normalidad para activarse -según nos dice el técnico hyliano-, de algún modo nos impide abrir la puerta de entrada.
Estad atentos al cielo por si véis que cae algún bloque cerca y ahorraros la gran escalada
Una opción es escalar a la cima, pero salvo que tengáis resistencia extra en abundancia os recomiendo lo siguiente. Si veis que cerca cae algun bloque (cosa habitual por el estado en que se encuentra la Atalaya) subios a él y usad la habilidad Retroceso. Veréis como vuelve a subir a los cielos; y cuando estéis lo suficientemente altos, podéis lanzaros en paravela y tratar de ''encestaros'' por la apertura de la atalaya.
Una vez dentro -aseguraos de que conserváis algo de resistencia o de no apurar en exceso abrir la paravela- podéis acercaros al terminal, ''pasar la tarjeta'' y tanto la Atalaya como la puerta funcionarán y ya podréis mapear la zona de la montaña de la muerte.
Atalaya del monte Ulri
La Atalaya del Monte Ulri es otra que necesita de reparaciones, pero no por inclemencias de lo que está ocurriendo, sino porque un monstruo -una aerocuda- ha robado el terminal que permite activarla, como nos cuenta uno de los técnicos Hylianos encargados de su mantenimiento.
El animalito es bastante espabilado, vuela muy alto con su premio y si estamos a la vista no piensa bajar. En este caso, lo mejor es tratar de escondernos, ya sea detrás de la propia Atalaya o a gran distancia. Poco a poco, la aerocuda irá bajando al suelo, pero a la que nos vea volverá a tomar altura.
Podemos ayudarnos de algún artilugio zonnan (como una turbina) para saltar arriba con la paravela cuando aún le falta un poco para llegar a nivel de tierra después para apuntarle con el disparo en el aire y recuperar el terminal (aparte de que es más fácil acertarle así). Una vez lo hagamos, sólo hemos de recogerla con la ultramano y llevarla de vuelta a la atalaya para que el técnico la deje como nueva y podamos usarla.
Atalaya del Monte Lanayru
La Atalaya del Monte Lanayru no no tiene mucha complicación, excepto que como la del Paso de Naorín o la estepa de Arkpin se encuentra en una zona muy elevada, lo que significa que hará frio y Link debería abrigarse con ropa o ir bien surtido de elixires o comidas picantes para el largo ascenso. Un ascenso que por cierto es menos empinado y os costará menos resistencia si lo hacéis por la cara norte; la sur es demasiado escarpada y aunque es posible os llevará más tiempo.
Atalaya de la Meseta de Popla
La Atalaya de la meseta de Popla presenta otro dilema. No hay problema para abrir sus puertas pero el terminal parece que hace mala conexión ya que sus controles parpadean. Sin embargo, no hay rastro de ningún técnico que pueda ocuparse de ella, sin embargo del pozo cercano a la Atalaya se oye la voz de alguien
Al parecer, el técnico quería preparar algunas trampas para evitar que los monstruos que están asolando Hyrule la dañaran. Pero en su empeño quedo atrapado en una de las que hizo. Para liberarlo, debemos ir a la cueva de la excavación de la meseta de Popla que está directamente al sur de la Atalaya.
Con entrar y pulsar la losa de piedra que abre la puerta de la trampa, el aguerrido técnico será libre y en cuanto volvamos a la atalaya se ofrecerá a repararla para que podamos utilizarla y cartografiar la zona que cubre. Os recomiendo que volváis a donde quedo preso si queréis haceros con un tesoro, y en el caso de que os pase igual que a él, sólo tenéis que usar la habilidad Infiltración para salir por el techo de la cueva
Atalaya del Pantano de Fandell
Esta no es que esté averiada, el problema es que a la Atalaya la rodean unas zarzas. A todo esto, la primera vez que llegas, siempre está diluviando, y en consecuencia es imposible quemarlas con fuego para despejar la entrada.
Pero es posible construir un resguardado con los materiales de construcción que hay cerca. Acoplad tres tablas grandes y posadlas sobre las zarzas que hay en la entrada; apoyaos en los andamios para ellos. Con las zarzas fuera, ya podemos activar la Atalaya y cartografiar esta region y una buena parte del mar de Necluda.
Atalaya del Cañón de Gerudo
Esta es otra atalaya que requiere de reparación, aunque esta vez no se trata de conseguir alguna pieza o desatrancar una puerta. El técnico que ha ido a repararla no puede llegar hasta ella porque el ascensor de las obras se ha quedado sin contrapeso.
No va a bastar con que subamos el ascensor nosotros mismos con la ultramano. Tenemos que subir hasta arriba, a la atalaya, y cerca de ella encontraremos varias cajas grandes de metal. Si las acoplamos todas con nuestra nueva habilidad, serán suficientes para hacer las veces de contrapeso; las enganchamos a donde estaba el original, y el ascensor subirá automáticamente. Ahora el técnico ya puede arreglar el terminal y podemos mapear al Desierto de Gerudo y parte se sus aledaños.
Atalaya de la Cordillera Gerudo
La última de las Atalayas no está averiada como otras, pero las fuertes nevadas de esta zona han cubierto por completo su entrada y ahora no se puede entrar. Afortunadamente, en el campamento de los técnicos habla de una cueva, la de la Meseta de Meralden, en la que se refugiaban cuándo la construyeron.
Si nos aventuramos en ella, encontramos otro diario que dice que la cueva es mas grande de lo que parecía al principio, y que el rio subterráneo que discurre por ella va a parar justo debajo de la atalaya. Podemos construirnos una balsa con un poco de madera del lugar y dejar que la corriente nos lleve (no os dejéis el Fantasmo si queréis encontrarlos todos que hay en el techo justo antes del salto de agua).
Al llegar al final del rio subterráneo, tenemos que usar la habilidad Infiltración para ascender hasta la sala del terminal de control y activarla, y obviamente no nos queda más remedio que salir desde ella hacía arriba ya que no hay otra forma de entrar o salir, aparte del teletransporte.
Y estas son todas las Atalayas del juego, lo que revelan, y las distintas formas de activarlas. Una actividad que, si bien es gratificante, molesta un poco el tiempo que nos puede llegar a hacer perder cada vez que activamos una, pero por lo menos sigue siendo un espectáculo.
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