Puzles desafiantes, un gigantesco mundo y la veteranía de los creadores de Braid. ¿Necesitas más garantías para que The Witness se haga con tu interés? El videojuego todavía no tiene fecha de lanzamiento confirmada, pero sigue dibujándose ante nuestros ojos como una de las grandes ofertas indie del futuro.
Hacía mucho tiempo que no oíamos nada nuevo sobre The Witness... Demasiado tiempo para uno de los trabajos más esperados de los catálogos indie de PlayStation 4, PC y plataformas smartphone como los iOS. Jonathan Blow ha tenido un paso discreto por el E3 en términos de su lejanía de los grandes focos, quizá tapado por tantos anuncios importantes, sin embargo su presencia en la feria nos dejó la oportunidad de conocer más en profundidad su propuesta caracterizada por la libertad y los puzles.
Las obras del inclasificable creador de Braid son siempre desconcertantes e imaginativas, pero en esta ocasión puede que se lleve la palma. Las consolas de Sony y los ordenadores continúan viendo cómo se expanden los contenidos de sus ofertas indie, y en esta ocasión tenemos una de las más prometedoras del momento. Una producción impredecible, majestuosa y preciosista.
El Testigo
Las demos que la prensa hemos visto recientemente comienzan directamente donde dará inicio la aventura del videojuego para el jugador. Todo se abre en una total oscuridad, y caminando descubriremos que nos encontramos en un túnel donde sólo al fondo se ve la luz en forma de círculo en la lejanía. Avanzamos hacia la luz y aparecemos en un preciosista y gigantesco entorno que podemos recorrer con libertad.
La alegoría de este comienzo a la hora de retratar un nacimiento dentro del universo del título es obvia, y no será la última vez que nos encontremos grandes mensajes enviados por el propio Blow hacia el jugador para narrar la historia de una forma poco convencional pero muy efectiva. La ausencia de un hilo narrativo al uso no es la única forma en la que el programa acierta a exponer su extraña fórmula, tanto jugable y como en términos de guión.
El juego, de hecho, tampoco se toma ninguna molestia a la hora de plantear tutoriales o de enseñarnos cómo jugar, así que en todos los sentidos The Witness nos deja desnudos ante su universo. La zona está dividida en distritos, cada uno con sus propios desafíos y retos, y está en nuestra mano el descubrirlos y profundizar en ellos para poder progresar. La idea es que, por ejemplo, nos sintamos atraídos por una determinada parte de la isla, una fortaleza por poner el caso, y que sea lo primero que atraiga nuestra atención. Incapaces de resolver sus desafíos nos alejaremos para explorar otras secciones, y en éstas descubriremos los secretos de la primera y volveremos a ella para poder superar su reto.
Así los rompecabezas de The Witness, poco a poco, van mostrando las reglas que tenemos que memorizar y poner en práctica. En el sentido del aprendizaje, como ya hemos dicho, el programa es muy orgánico y permite adentrarse en las profundidades de su propuesta poco a poco, de forma muy gradual y, sobre todo, evitando lo obvio. Nunca habrá pista alguna en pantalla expuesta de una forma muy clara, todo tenemos que descubrirlo por nosotros mismos y, a menudo, tras un largo proceso de observación.
Las tareas más complejas, en realidad, son fácilmente divisibles en partes más sencillas. Pequeñas soluciones a grandes problemas que a menudo se agolparán unas detrás de otras para permitirnos avanzar con una gran variedad, a pesar de que la mayor parte de los puzles se resuelven dibujando líneas de formas indirectas o accionando elementos para sortearlos. ¿Cómo se estructura esta diversidad de la que hablamos? Por ejemplo allanando piezas en lugares determinados para poder efectuar el trazado que necesitamos o, por el contrario, alinear una puerta de metal para que el camino correcto se dibuje ante nuestros ojos.
Todavía está por definir si The Witness aparecerá a finales de este año o comienzos del siguiente, sin embargo lo único que está claro es que cuando llegue a las tiendas on-line de todas sus plataformas atraerá la atención de los jugadores. Es imposible no sentirse atraídos por este videojuego, a pesar de lo difícil que es explicar con palabras en qué consiste su concepto. Lo mejor, como en el caso de las grandes obras, es sencillamente disfrutarlo por uno mismo.