Hace escasos días, Elon Musk autorizó una de las mayores revoluciones de la historia de Twitter: el cambio de nombre de la red social. Desde hace más de una década, los usuarios relacionaban a la plataforma con el icónico pájaro azul que acompañaba al nombre de “Twitter”; sin embargo, desde hace más de una semana el portal se llama “X”, una modificación que llegó acompañada de un respectivo cambio de logotipo. Y, más allá de la polémica que esto generó, se encuentra otra que llevó a Elon Musk a enfrentarse con toda una comunidad de vecinos.
A raíz del cambio de nombre y logo de la plataforma, Musk decidió que era conveniente colocar una X luminosa gigante en la sede de San Francisco de la compañía. Así, como él mismo señaló en su cuenta personal, esta era una maniobra con la que identificar a la red social con su nuevo nombre e imagen. Sin embargo, la luminosidad de la señal provocó la indignación entre los vecinos de la zona, razón por la que recurrieron a inspectores de edificios con la intención de que estos actuasen de oficio. Y, para fortuna de los vecinos, estos tomaron una decisión favorable para ellos.
Elon Musk ha tenido que retirar la X gigante de las oficinas de Twitter
Como señaló Matt Binder en un tuit, la empresa propiedad de Elon Musk intentó durante días que los inspectores de edificios no pudieran visitar la sede de la firma en San Francisco. De esta forma, se asegurarían de que no podrían emitir un veredicto negativo sobre la X luminosa gigante que adornaba el edificio, pero dichos intentos fueron en vano cuando los agentes consiguieron los permisos necesarios. Y, una vez los tuvieron, bastaron varias docenas de quejas formales y una visita al edificio para tomar un veredicto: la X gigante tenía que desaparecer.
Así, después de varios días de actividad, la última medida estrafalaria de Elon Musk para publicitar una de sus compañías ha desaparecido sin dejar rastro. Como el mismo Binder actualizó a través de un tuit, los motivos que esgrimieron los inspectores estuvieron relacionados con “luces estroboscópicas inseguras” e, incluso, “sacos de arena” que sujetaban la estructura. Esto, sumado a las quejas de los vecinos, provocó que la X gigante dijese adiós casi tan pronto como apareció. Sin embargo, al haber estado en boca de todos durante días, parece que cumplió su cometido a la perfección.
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