China y Estados Unidos, dos de las potencias tecnológicas más grandes del mundo, están inmersos en varios frentes abiertos. De esta forma, ambas regiones luchan por dominar campos como la inteligencia artificial, la computación en la nube y la producción de chips, tres sectores fundamentales tanto en la actualidad como en el futuro. Y, como es lógico, cada una de estas regiones cuenta con diferentes aliados, razón por la que los ojos se han puesto sobre Taiwán a raíz de un hito que consiguió recientemente una empresa china.
Como informan los compañeros de Xataka, el Huawei Mate 60 Pro cuenta con el procesador Kirin 9000S, un SoC que permite al dispositivo gozar de las bondades de la señal 5G. Esto fue una sorpresa mayúscula, ya que el veto de Estados Unidos a China a la hora de acceder a determinadas tecnologías provocó que Huawei sufriera un retraso considerable que, a la postre, se tradujo en una pérdida sistemática de liderazgo en el sector de los móviles inteligentes. Y, por ello, la introducción de este elemento ha llevado a Taiwán a investigar a tres empresas locales por posibles lazos con China.
Las compañías acusadas niegan haber negociado con China
Como recoge el portal JeuxVideo en una reciente publicación, el gobierno taiwanés sospecha de tres empresas: Topco Scientific, UIS y L&K Engineering. Así, acusa a estas de posible violación de la legislación internacional, ya que consideran que es probable que hayan facilitado a Huawei o a una de sus filiales los elementos necesarios para crear el mencionado SoC. Este, a cargo de la compañía china SMIC, permite a Huawei dar un salto de calidad sin tener acceso a la tecnología necesaria para ello, razón por la que han levantado las sospechas del gobierno taiwanés.
Sin embargo, los responsables de estas tres compañías aseguran que no han cometido ninguna ilegalidad. Así, todos niegan haber suministrado a Huawei o alguna de sus filiales las materias primas necesarias para la fabricación de circuitos integrados. No obstante, esto no evitará una investigación local que, en resumidas cuentas, buscará conocer si algún movimiento de una compañía taiwanesa consiguió fortalecer a China. Sea como fuere, este evento suma un nuevo capítulo al conflicto tecnológico que viven China y Estados Unidos, un enfrentamiento en el que se han visto inmersos otros países como el citado Taiwán o Corea del Sur.