Al igual que otros servicios de streaming, Netflix se ha convertido en un refugio para cineastas que nos han dejado ver rotundas obras cinematográficas. Ahí tenemos aún el recuerdo de El irlandés de Martin Scorsese, o la estupenda cinta bélica de Sin novedad en el frente, pero lo cierto es que en porcentaje son pocos los estrenos que pueden ser catalogados de muy recomendables.
Ahora, los jefes de programación de la plataforma buscan cambiar la percepción del público sobre la calidad de sus películas, por lo que empezará a ser mucho más exigente a la hora de dar luz verde a sus diferentes proyectos. No se trata de un cambio de estrategia pequeño, sino de uno tan grande que hará que pasen de lanzar medio centenar de largometrajes a prácticamente la mitad.
"No estamos buscando un número concreto de estrenos cinematográficos, sino de hacer solo aquello en lo que confiemos. Es más, ahora podemos presentar una colecciones de películas y decir, 'Esta es la mejor comedia romántica', Esta es el mejor thriller', 'Este es el mejor drama", aseguró Scott Stuber, director de cine, en un amplio reportaje elaborado por el equipo de Variety esta semana.
Su parrilla de estrenos para otoño parece ser un buen reflejo de ello, con una mezcla convincente de comedias, thrillers y aventuras de ciencia ficción ampliamente atractivas (Rebel Moon: Parte 1 se estrena a final de año), pero como siempre habrá que ser paciente y ver si poco a poco Netflix va granjeándose una imagen de un estudio de cine al que le gusta la calidad y no solo la cantidad.
Imagen | El asesino
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