No comprendo la estrategia de Sony Pictures con sus películas de Marvel. Comprendo que es una licencia jugosa, incluso cuando el género de lo superhéroes parece estar pasando por su momento de menor popularidad en años. Pero me cuesta entender que se siga apostando por apoyar un micro-universo cinematográfico de Spider-Man, sin Spider-Man. Una fórmula, que, como ya vimos en Morbius, no termina de funcionarles. Algo que se repite con Madame Web, que parte con la desventaja de tener una protagonista poco conocida y con unas particularidades made in Marvel que hacen complicada su puesta en pantalla. A pesar de ello, el director S.J. Clarkson hace malabares por llamar la atención del público, si bien, no parece que tenga muy claro de qué público se trata.
Madame Web nos lleva a un nuevo rincón del Universo Spider-Man de Marvel Comics. Con Dakota Johnson en el papel principal, esta película presenta a los espectadores nuevos elementos de la mitología arácnida, repartiendo el protagonismo entre Madame Web y otros jóvenes personajes fundamentales de los cómics de Marvel que comparten con Peter Parker las identidades secretas y la afición por subirse por las paredes para ayudar a ciudadanos en apuros.
Aunque la película adapta muy por encima elementos clave de los cómics, sacrifica su rigurosidad con el material original para tratar de integrarse en esa serie de películas encabezadas por Venom que exploran el mundo de Spider-Man sin recurrir al emblemático personaje de Marvel y que ya sufrió un importante tropiezo con Morbius hace unos años.
Una película de superhéroes sin superhéroes
Lo primero que puedo decir sobre Madame web es que es una película a la que el Universo cinematográfico Marvel pilla muy lejos. Tanto en tono como en forma. La trama clásica de la creación del héroe y el nacimiento de su llamada del deber y la responsabilidad se enmaraña en un arranque sobrexplicativo en el que se incide mucho en la naturaleza de los poderes del personaje. El problema es que ese espíritu de "el movimiento se demuestra andando" del que hacen gala otras películas que beben de las licencias de Marvel aquí tarda mucho en arrancar. Y cuando lo hace, tampoco termina de resultar interesante. Porque sobrepasada la mitad del metraje de Madame Web todavía no hay noticias de esa espectacular presencia superheroica esperable en una película Marvel.
Y ni está, ni se la espera. Porque el contenido "pijamero" de la película, con lucidos uniformes de colores y acción espectacular se limita a unas escasas secuencias. Si como fan de Marvel esperas ver en acción a las jóvenes y diferentes versiones de Spider-Woman, Julia Cornwall, Anya Corazon y Mattie Franklin, te adelanto que te vas a llevar un chasco, porque su presencia marvelita, uniformada y superheroica se reducen a unos meros segundos en pantalla, y seguramente habrás visto ya todo su metraje en los adelantos promocionales de la película.
Ni siquiera la presencia de un personaje tan interesante de la mitología arácnida como Ezekiel Sims es reconocible en esta anecdótica versión de villano de opereta interpretado por Tahar Rahim, que entra y sale de plano cuando lo requiere la escena de acción de turno, sin dejar el menor poso narrativo. Cabe destacar la inclusión de Adam Scott en la que seguramente sea la mejor interpretación de la película, como un joven Ben Parker en un guiño familiar a Peter Parker.
Como os decía la película se enreda en tratar de describir las habilidades de la protagonista de manera insistente, y en crear un sentimiento de camaradería entre las protagonistas que no termina de cuajar. Tal vez a un sector del público más joven le pueda interesar la puesta en escena de los personajes principales, o simplemente ver a estas chicas bailar sobre la mesa de un restaurante de carretera al ritmo de Britney Spears, pero en general ofrece pocos puntos en los que el espectador consiga empatizar realmente con ellas. Es una pena, porque este reparto principal podría funcionar si no se viera limitado por unos personajes simples y caricaturescos: la joven rebelde con problemas, la joven conformista con problemas y joven empollona, adivinad, con problemas.
Sin daros detalles de la historia para evitar spoilers, la trama todavía guarda alguna sorpresa, que seguro valorarán especialmente aquellos que ya disfruten de estas historias en los cómics, pero en general, y sin entrar en detalles, las escenas de diálogos insípidos de encadenan con puntuales secuencias de acción algo torpes, con personajes que aparecen y desaparecen de la trama al más puro estilo "mi planeta me necesita", sin decir ni adiós siquiera, y escenas encajadas para tratar de explicar otras escenas y momentos que llevan al sonrojo absoluto, como encontrar un árbol en concreto en plena selva peruana, no utilizando algún tipo de poder o habilidad precognitiva, si no una foto y un mapa. Un mapa a una escala considerable, por cierto.
Una fórmula sin química
En lo formal a la película se le ven las costuras de escena en escena, dando la sensación de que estás viendo un montaje de la película que pertenecen al menos a dos versiones diferentes de Madame Web. Todo junto resulta en un ritmo torpe y, lo peor que se puede decir de una película de este tipo, aburrida. Incluso el gran clímax de la película, que es donde uno espera que este tipo de cine destaque y resulte inolvidable, parece algo improvisado en lo narrativo y lo técnico, en una de esas batalla en lo que claramente en un decorado donde explotan cosas.
Ni siquiera el reclamo del espectáculo es aplicable aquí, con unas pobres escenas de acción y efectos especiales de segunda división que palidecen ante otros estrenos similares. No he podido dejar de pensar durante toda la proyección en aquellos primeros intentos noventeros de llevar este tipo de personajes a la gran pantalla, unos con más fortuna que otros, es cierto, pero al menos películas como el Daredevil de Ben Affleck eran sinceras: ibas a ver una película de Daredevil y salía Daredevil.
Lo que peor sabor de boca me ha dejado en la sensación de haber sido engañado, porque teniendo en cuenta la promoción que se está haciendo de la película, esperaba ver a estos jóvenes personajes realizar en pantalla sus acrobacias y sus cosas superheroicas, con sus coloridos disfraces y sus homenajes a los cómics. ¿Recordáis ese reciente contenido promocional en el que Sydney Sweeney comenta su implicación con el personaje de Spider-Woman y la importancia del traje y las poses cabeza abajo emblemáticas de los cómics? Pues si parpadeas te lo pierdes. Todo ese lenguaje superheroico esperable de una película como Madame parece haberse quedado en el cajón a la espera de una posible, aunque tal vez poco probable, secuela de Madame Web, que solo sirve como presentación de los personajes, sin llegar a preocuparse demasiado en explicar o justificar nada.
Cuando se habla del agotamiento del espectador en relación con el cine de superhéroes uno comprende que una mayoría del público no termine de vibrar con estrenos recientes del género como lo hacía con estrenos de hace algunos años. Y no hace falta irse muy atrás en el tiempo o señalar eventos muy significativos de estos universos cinematográficos. Sin ir más lejos la propia Sony Pictures nos dejó con Spider-Man: Cruzando el Multiverso una joya del cine de animación que además resulta una magnífica película de superhéroes. A lo mejor era cuestión de querer hacer una película de superhéroes.
En 3Djuegos | Todo lo que sabemos de Madame Web, la nueva película Marvel del Universo Spider-Man repleto de jóvenes heroínas
En 3Djuegos | Hace falta la vista de un lince para ver la primera aparición del Doctor Muerte en el Universo Cinematográfico de Marvel
Ver 8 comentarios