Éxitos como Sonic the Hedgehog, Super Mario Bros. The Movie o The Last of Us nos han dejado claro en estos últimos años la capacidad de Hollywood para ofrecer grandes o muy divertidas historias basadas en un videojuego. Pero la industria del celuloide aún tiene mucho que remar para que la audiencia olvide algunos de los más grandes estropicios de la historia, entre ellos Street Fighter: La última batalla, una película que parecía tenerlo todo para triunfar y que acabó siendo el mayor ejemplo de cómo de desastrosa puede ser una producción.
El tiempo, por supuesto, lo cura todo y hoy muchos espectadores tienen a Street Fighter como una cinta de acción y artes marciales de culto. Al fin y al cabo este 2024 se cumplirán 30 años desde su estreno y desde que aquellos apasionados que pasaban las horas jugando a Street Fighter II tuviera que ver cómo Hollywood destrozaba uno de sus pasatiempos favoritos pese a contar con un gran presupuesto para la época, 33 millones de dólares, y un Jean-Claude Van Damme que en principio no podía ser más idóneo para el papel viendo su currículum.
Para hacer realidad todo este percal se contrató a Steven E. de Souza, un cineasta poco acostumbrado a ponerse detrás de cámaras (no lo volvió a hacer tras el rodaje de esta película) que había dejado bastante huella en Hollywood gracias a su incuestionable talento para el guion en blockbusters de acción como Comando o La jungla de cristal (Die Hard) y su continuación. Fue un gran error, y años más tarde explicaría los muchos problemas que tuvo, empezando, lo primero, por tener que lidiar con Van Damme claramente autodestructivo.
"Van Damme estaba como loco por la cocaína. No podía hablar de ello en ese momento, pero ahora sí puedo. El estudio contrató a alguien para tenerlo vigilado y lejos de eso, pero muy a mi pesar terminó siendo una mala influencia para él. Jean-Claude llamaba tanto para que estaba enfermo que a veces tenía que rebuscar en el guion para encontrar algo que poder grabar sin él; no me podía sentar durante horas esperándole. En dos ocasiones, los productores le dejaron ir a Hong Kong, y en ambas ocasiones volvió tarde. Los lunes, directamente, no aparecía". — Declaraciones a The Guardian en 2018
El resentimiento del director con la estrella belga no fue exclusivo, algunos de los compañeros de reparto del actor también hablaron en The Guardian sobre sus malas experiencias en el set de rodaje del film con un Van Damme que "dejaba claro a todas horas quién era la estrella". Pero no convertiré este tema en un saco de boxeo contra el también protagonista de la mítica Soldado universal.
Se quedó con buena parte del presupuesto
Eso sí, el problema con Van Damme no fue solo tratar con él en el set de rodaje, sino el elevado caché que los productores del film tuvieron que pagar para contratarle y dar a la película una gran superestrella en el cartel, junto a la cantante australiana muy en boga en aquellos años Kylie Minogue. "Ahora teníamos un par de grandes estrellas en el reparto pero menos dinero para hacer la película. Significaba que todos los demás actores tenían que ser nombres realmente nuevos. Eso estaba bien, pero ya no teníamos con qué pagarles para contratarlos por adelantado y poder entrenarlos con tiempo", agregó de Souza.
En definitiva, un pequeño caos que contribuyó, junto a otros muchos motivos, por supuesto, a que Street Fighter: La última batalla dejara horrorizados a los espectadores y se acrecentase la leyenda negra de los videojuegos y Hollywood. Como os podéis imaginar, la prensa fue a degüello con la producción (a día de hoy solo tiene un 11% de recomendación en Rotten Tomatoes), pero nada le impidió atraer la curiosidad de millones de espectador y acabar recaudando cerca de 100 millones de dólares, hasta tres veces más su presupuesto.
En 3DJuegos | Jean Claude Van Damme le debe su carrera cinematográfica a una espantada histórica
Ver 2 comentarios