Abuso de menores, terapias de electrochoque, hipnosis, drogas experimentales… Puede parecer que lo que Eleven sufrió durante su infancia en la serie Stranger Things fue una absoluta barbaridad, pero en realidad no tiene nada que ver con lo que hizo en realidad el programa MK-Ultra, el proyecto secreto de la CIA en la que se inspira esa parte de la serie de Netflix.
Corrían los años 50, la CIA se acababa de crear, y la Guerra Fría había generado una histeria colectiva respecto al comunismo. Cuando algunos de los soldados de la guerra de Corea volvieron a casa asegurando que igual eso del comunismo no estaba tan mal, el miedo a que otros países hubiesen alcanzado técnicas de control mental les empujó a crear su propio programa para intentar ganarles la partida.
Las barbaridades del proyecto MK-Ultra
Al frente del proyecto pusieron al presidente de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, el doctor Donald Ewen Cameron, que venía de evaluar a los científicos alemanes acusados de experimentar con humanos en los Juicios de Nuremberg. Lamentablemente para quienes estaban a punto de ponerse en sus manos, parece que durante el proceso tomó más de una terrible idea.
Según la teoría de Cameron, si conseguían retroceder la mente humana hasta un estado infantil, el hueco generado serviría para introducir nuevas ideas, así que para ponerlo en práctica aprovecharon un hospital psiquiátrico de Canadá utilizando a los sujetos que acudían allí con sus propios problemas como conejillos de indias.
Terapias de electrochoque que se alargaban durante semanas, grandes dosis de drogas psicotrópicas que se les administraban sin conocimiento previo, la inducción de coma químico para poner el cerebro en pausa durante meses, privación sensorial mediante la que encerraban a las personas en cuartos completamente oscuros, con las manos tapadas y un ruido ensordecedor para hacerles perder la capacidad de sentir algo… Auténticas barbaridades que se alargaron durante años y de las que, aún a día de hoy, no se conocen ni la mitad.
20 años después de dar por finiquitado el proyecto sin alcanzar ninguno de los hitos de control mental perseguidos, quienes habían salido de aquella institución en estado semivegetal, con graves pérdidas de memoria, o traumados hasta el punto de tener que reeducarlos para ir al baño sin ayuda, empezaron a compartir con la prensa lo poco que podían recordar y el escándalo del MK-Ultra llegó a la opinión pública. Sin embargo, más allá de inspirar perturbadoras secuencias como la de Stranger Things o La Naranja Mecánica, nadie pagó por aquellos crímenes y las víctimas siguen a la espera de una investigación.
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