Pese a que la experiencia con el teletrabajo es buena o muy buena en el 88% de los encuestados, y la evolución es igual de positiva en aspectos más negativos como en los problemas para separar el tiempo personal del profesional o lidiar con las interrupciones familiares, el teletrabajo no sólo se enfrenta a un 47% de empresas que han decidido mantener sus propios experimentos sin cambios, también a un 34% que quiere reducir o eliminar el trabajo en remoto de forma definitiva.
Así lo recogía un estudio reciente de la escuela de negocios EADA de Barcelona que, de la mano de la Doctora Aline Masuda, pretendía analizar cómo había evolucionado el teletrabajo en Cataluña tras la implantación obligada que provocó la explosión de la pandemia en 2020. Lo cierto es que todo son buenas noticias durante los últimos tres años, pero eso no ha impedido que la vuelta a la oficina siga estando en boca de algunos.
El teletrabajo sigue generando conflictos
En concreto recogen que un 27% de los encuestados asegura que su empresa planea reducir el uso del teletrabajo de manera significativa y que, pese a los beneficios ampliamente demostrados no sólo por boca de sus propios empleados sino también por estudios científicos que avalan el cambio en la productividad del trabajo en remoto, un 7% asegura que sus empleadores planean eliminar completamente la práctica del teletrabajo en sus compañías.
Pese a que están de acuerdo en reconocer que el teletrabajo es un beneficio opcional más que un derecho, el 57% de los trabajadores reconoce que buscaría otro trabajo si su empresa no le permitiese teletrabajar con la Generación Z y la Generación Y a la cabeza de ese cambio, y el 91% cree que el trabajo en remoto ha llegado para quedarse.
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