Pese a que por su proximidad y misticismo siempre acudimos a las pirámides de Egipto como ejemplo de civilización antigua marcada por el misterio, hay otro hito en la historia de la humanidad que acompañó a los egipcios. Lo hizo no sólo a nivel ingeniero, agrícola y de protoescritura, también construyendo unas inmensas pirámides con más de 5.000 años de antigüedad.
Nacida en el Valle de Supe, junto a la costa de lo que hoy en día es Perú, la civilización Caral es una de las más antiguas de todo el mundo, y también una de las más sorprendentes. Sin signos de fortalezas o murallas, quienes allí vivieron parecían ajenos a las guerras o los conflictos con poblaciones cercanas, lo que convierte en un misterio su desaparición allá por el 1.800 a.C.
El misterio de la civilización Caral
Enfocados en la agricultura y la pesca, con un gran peso en la cosecha y el comercio del algodón, una de sus características más inusuales es que se trataba de una civilización anterior a la cerámica. Entre sus restos no se han encontrado ni platos ni herramientas de este material, pero sí elementos creados a base de huesos. El ejemplo más fascinante está en cómo utilizaban las vértebras de las ballenas como taburetes.
Su pasión por aprovechar los huesos ofrecen otro elemento aún más sorprendente. Gracias a ellos creaban instrumentos musicales, convirtiendo la música en una parte importantísima de su cultura y, con ello, dando lugar a una de las primeras civilizaciones que desarrollaron este complejo arte.
La ciudad de Caral, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2009, es el perfecto ejemplo de hasta qué punto sus construcciones llegaron a ser una maravilla para la vista. Sus grandes pirámides y casas son también una muestra de cómo sus gobernantes se apoyaron en el urbanismo para dar cabida a esta, aparentemente, pacífica civilización perdida.
Imagen | UNESCO
En 3DJuegos | Las pirámides egipcias de la Antártida no están hechas por el hombre, en realidad son un fenómeno llamado nunatak
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