Apoyada por la financiación de Bill Gates mediante su organización Breakthrough Energy, la compañía italiana Energy Dome asegura haber dado con la clave para almacenar el exceso de energía que producen las granjas solares y los parques eólicos europeos, una batería gigante de CO2 que no convence a todos por igual.
La idea detrás del concepto es aprovechar el exceso de energía para transformar el CO2 y aprovecharse del proceso cuando la red eléctrica lo requiera. Mediante esa megaestructura convertida en batería, el sistema bombea el CO2 hacia un compresor, donde el gas se calienta y se comprime hasta alcanzar una forma líquida que, posteriormente, se sella en tanques para su posterior reutilización.
Cuando el Sol no genera bastante energía o no hay viento suficiente para producir las respectivas energías renovables, el CO2 se libera transformándose en gas que, de camino a la bóveda, hace mover las turbinas que generan la energía eléctrica necesaria para compensar esa falta que puede darse durante la noche o en condiciones adversas.
Bill Gates apoya la idea, pero los expertos tienen dudas
Pese al entusiasmo detrás del proyecto, suficiente para haberse ganado el apoyo y financiación de Bill Gates, expertos como Mark Barret, de la Universidad de Londres, asegura que frente a la constante reducción de los costes de las baterías tradicionales y su fabricación a gran escala, será difícil que alternativas como la de Energy Dome terminen haciéndose un hueco en la industria. Asegura que "si tuviera que apostar mi dinero, no lo pondría en una cúpula de CO2".
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