Estamos en un punto de nuestra historia en el que parece difícil de creer que, todo lo que no se haya encontrado ya de manos de la arqueología, en realidad probablemente no exista. Sin embargo, los avances tecnológicos y científicos que nos permiten ver más allá de lo que se muestra a simple vista, parecen empecinados en recordarnos que eso está muy lejos de ser verdad. Con uno de los últimos misterios resueltos de Leonardo da Vinci, esa máxima queda más que demostrada.
En uno de los múltiples bocetos de Leonardo da Vinci se mostraba una singular versión del Castillo de Sforza, en Milán. Pese a que las cúpulas dibujadas se parecían innegablemente a las de la fortaleza italiana, los túneles subterráneos que dibujó el artista e inventor parecían más propios de unas catacumbas como las que a menudo visitábamos en Assassin’s Creed: La Hermandad, tras conocer al genio.
Los misteriosos túneles de Leonardo da Vinci están en Milán
Pese a lo intrigante de los bocetos, y que bajo el Castillo de Sforza hay túneles que aún a día de hoy pueden visitarse, los bocetos de Leonardo no casaban con la estructura desvelada. Si realmente estaban ahí, permanecían ocultos a simple vista, y un dibujo aparentemente inexacto de 1495 no era razón suficiente como para ponerse a excavar en la emblemática fortaleza de Milán.
Construido a mediados del 1300, el Castillo de Sforza ha pasado por numerosos cambios. Se ha visto expandido, modificado, derruido, y lo que hoy en día queda en pie es apenas una sexta parte de lo que en algún momento llegó a ser. En algún momento alrededor del año 1500, Leonardo da Vinci fue contratado para decorar las paredes y los techos del interior del castillo junto a otros artistas, así que el reseñable parecido entre sus bocetos de aquella época y la fortaleza invitaron a los arqueólogos a pensar que, tal vez, aquellos suelos escondían mucho más de lo que parecía.
Valiéndose de técnicas de radar, escaneos láser y fotogrametría, el equipo de investigación analizó el suelo del Castillo de Sforza. Lo que encontraron fue mucho más que una respuesta a los bocetos de Da Vinci: "Los resultados fueron mucho más significativos e intrigantes de lo que habíamos anticipado. Descubrimos habitaciones en un segundo nivel subterráneo y un pasaje adicional que corre paralelo al conocido".
Se desconoce si Leonardo da Vinci estuvo implicado en la creación de esos pasadizos o si, simplemente, tuvo acceso a ellos en algún momento. Lo que sí saben es que el castillo de Milán cuenta con una estructura enorme bajo sus pies y que, a falta de que las autoridades cambien de opinión, se va a quedar tal y como está ahora. Frente a la negativa a realizar una excavación para descubrir hasta dónde llega esa estructura y poder explorarla, por ahora toca limitarse a esa pequeña victoria. Quién sabe, igual algún día se descubre allí un cofre de botín con una hoja oculta.
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