Por mucho que nos cueste ponerle pegas al teletrabajo por todos los beneficios adicionales que trae bajo el brazo, la ciencia ha demostrado ya a través de no pocos estudios que gran parte de la fuente de inspiración que nos empuja a crear ideas viene de la relación directa entre empleados que puede producirse en una oficina. Sin embargo, pese a que entre la opción del trabajo en remoto y volver a la oficina hay un ganador claro para favorecer la innovación, hay otra modalidad que resulta aún peor que quedarse en casa, el trabajo híbrido.
Mediante un estudio en una empresa informática con más de 48.000 empleados en el que se han analizado datos desde antes de la pandemia hasta ahora, este megaestudio, publicado en la revista Nature por un equipo del Instituto de Ciencias Económicas de Alemania, reconoce que el trabajo híbrido es el peor por lo poco que casa con esas interacciones espontáneas que derivan en chispas de innovación.
Por qué el teletrabajo híbrido es el peor de todos
La clave está precisamente en la falta de interacciones que apoyaban la mezcla de relaciones entre trabajadores en una misma oficina. Si bien esa parte está clara, en el caso del teletrabajo se abren nuevas oportunidades como las reuniones virtuales o las aplicaciones de mensajería que mantienen al equipo unido en un mismo lugar. No es uno físico y eso va en detrimento de esa citada innovación, pero innegablemente está ahí.
En el caso del híbrido, en cambio, el estudio demostró que la cantidad de ideas disminuyó considerablemente, especialmente en equipos con poca coordinación y con cambios entre sus horarios habituales de trabajo. Considerándose un detrimento respecto a la colaboración y la innovación, parece que la modalidad más extendida de teletrabajo, la híbrida, es la que menos nos conviene.
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