La IA emite entre 130 y 1500 veces menos CO2 por página de texto
En el caso de las ilustraciones la diferencia es aún mayor
Creedme cuando os digo que, de todo el odio que pueda despertar la IA generativa respecto a cómo puede darle la vuelta a un centenar de industrias y de empleos, yo soy uno de los que está en la cuerda floja cuando un ordenador en, yo qué sé, Wisconsin, pueda hacer este texto en segundos y de forma mucho más barata. Así que este estudio me ha dolido especialmente. Pero los datos son los datos, y lo que refleja lo publicado en Scientific Reports es que los sistemas de IA emiten mucho menos CO2 que los humanos al escribir o ilustrar de la forma convencional.
En concreto hablan de entre 130 y 1.5000 veces menos de CO2 por página de texto, y entre 310 y 2.900 veces menos CO2 por imagen. Al comparar ambas opciones, reconocen que la inteligencia artificial tiene un menor impacto ambiental en la contaminación del planeta. ¿Cómo narices es eso posible si estamos hartos de escuchar todo lo que consumen los ordenadores que dan forma a la inteligencia artificial? Ahí viene el truco.
La contaminación de la IA frente a un humano
Lo analizado por el estudio es que el entrenamiento de estos modelos de IA como OpenAI o ChatGPT implica generar energía y mantener miles de sistemas capaces de procesar datos mediante otras tantas miles de horas de uso de GPUs. Además precisan de una refrigeración constante para evitar el sobrecalentamiento de los equipos, elevando así aún más el consumo de energía y las emisiones de CO2 al nivel de varios vehículos durante toda su vida útil. Ahí es nada.
Ahora bien, una vez entrenado el modelo, y pese a mantenerse en números preocupantes, las emisiones de carbono que genera la IA al escribir o ilustrar quedan muy por debajo de lo que genera un humano realizando las mismas tareas. Si ponemos frente a frente a alguien escribiendo un libro de varias páginas, y a una inteligencia artificial ya entrenada haciendo lo mismo, el humano sale perdiendo a nivel de consumo energético.
Pese a que los niveles suben y bajan dependiendo del país en el que se encuentre, al analizar las emisiones de CO2 medias de un autor X, sumando ahí el gasto energético de su ordenador, la iluminación de su espacio, las pausas y el tiempo que ocupa no ocupándose de esa tarea, incluso sacando de la ecuación el uso de un vehículo para acudir a la oficina, las emisiones de CO2 de una sóla página de texto es de entre 130 a 1.5000 veces más que la IA generativa.
¿Podemos aprovechar la IA para el bien, por ejemplo invitándola a analizar nuestros sistemas para reducir la huella de carbono de ese humano, en vez de para quitarle el puesto de trabajo bajo la excusa de que es más eficiente y menos contaminante? Podríamos, efectivamente, pero me temo que, al menos por ahora, ese momento aún no ha llegado.
Imagen | Tought Catalog
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