Dicen que la línea entre la inspiración y la copia es lo suficientemente fina como para empujarnos hacia un lado o hacia otro con relativa facilidad, pero es innegable que Michael Jackson cogió algo más que una simple influencia para dar vida a sus míticos pasos de baile y su característica vestimenta. Enfrentarse ahora a esta escena de la adaptación al cine de El Principito arroja unas similitudes que parecen innegables.
La inspiración de Michael Jackson
La mera imagen del vestuario del coreógrafo Bob Fosse cuando El Principito se encuentra con la serpiente en la ya olvidada adaptación de 1974 da buena cuenta de ello. El elegante traje negro, el característico bombín y los pantalones por los tobillos, dejando a la vista los calcetines blancos que coronan sus zapatos, parecen más que una mera casualidad, pero el resto de la secuencia termina de confirmar las similitudes.
La palmada y el giro sobre sí mismo, las poses congeladas mientras se mantiene de puntillas, el golpe de cadera con las rodillas flexionadas hacia delante… Toda la coreografía de Fosse simulando los movimientos de una serpiente para dar forma al personaje son parte de la esencia que Michael Jackson hizo suya casi una década después.
Y aunque es innegable que el rey del pop hizo algo más que copiar esos movimientos para alcanzar la fama, parece justo que a estas alturas de la película se le dé a Bob Fosse, el actor, bailarín, coreógrafo y director de cine que se llevó el Oscar por Cabaret un año antes, el merecidísimo reconocimiento que se merece al dar forma a uno de los estilos de baile más míticos de la cultura popular.
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