Se le conoce como el faro de La Jument, está en la costa francesa y, por las espectaculares imágenes que entrega cada vez que tiene que enfrentarse a una tormenta, se ha convertido en la excusa perfecta para dar forma a todo tipo de habladurías y leyendas sobre él, como que quienes trabajan allí ganan un millón de euros al año por lo peligroso del trabajo o que sirvió como inspiración para el faro del videojuego Bioshock. Sin embargo, la realidad detrás de esta impresionante construcción ya es lo suficientemente llamativa como para tener que inventar historias sobre él.
Desde que la navegación se convirtió en parte de nuestro día a día, esta sección de la Bretaña francesa a la altura de Brest ha sido una pesadilla para los marineros. Aunque no hay registros históricos de acontecimientos anteriores, sólo entre 1888 y 1904 se ha cobrado más de 30 naufragios. Entre todos ellos, hubo un adinerado francés que estuvo a punto de fallecer y, tras la catástrofe del SS Drummond Castle que se cobró 250 vidas, le puso solución financiándolo de su propio bolsillo.
La foto de un faro más vendida de la historia
Su construcción se alargó más de siete años por las difíciles condiciones a las que se enfrenta cualquiera que se acerque a las habituales tormentas de esta parte de la costa de Francia, y precisamente por lo espectacular de ese tipo de fenómenos, en 1989 el fotógrafo Jean Guichard tomó un helicóptero para tomar instantáneas de sus espectaculares olas de más de 30 metros. La mala suerte quiso que, frente al ruido del helicóptero, el farero que se encontraba allí saliese a ver qué ocurría justo cuando una ola rompió contra el faro y el mar estuvo a punto de cobrarse una víctima más.
La foto resultante, tan impresionante como aterradora, le valió el segundo premio en el World Press Photo de 1991 (la primera en la categoría de naturaleza fue esta escena de una Alemania sumida en la contaminación). La dramática instantánea se convirtió en todo un fenómeno que la convirtió en la foto de un faro más vendida y famosa del mundo, alcanzando más de un millón de copias en ventas en su formato póster. Apenas tres años después de aquello, todos los faros de la Bretaña se automatizaron, así que ni antes ni después nadie ha cobrado un millón de dólares por cuidarlo.
¿Qué pasa entonces con el faro de Bioshock? Pues que en realidad no está inspirado en ningún faro. Más allá del clásico art deco de su interior, la estructura exterior está basada en un ayuntamiento. Tal y como recogió el diseñador Dave Flamburis que se encargó de dar forma al mítico faro que ha aparecido en varias entregas de la franquicia, su inspiración viene del St. Charles Municipal Building, un espectacular edificio de la ciudad de St. Charles, en Illinois, que pese a no actuar como faro sí está al borde del Fox River simulando que lo hace.
Imagen | Goodfon