Desde que la ciencia ficción de películas como Regreso al Futuro nos dieran a conocer los problemas y paradojas relacionadas con viajar en el tiempo, hay un paradigma que ha llevado a la física de cabeza intentando encontrar una solución que no recurriese a nuevas leyes o fórmulas mágicas para encontrar una explicación: la Paradoja del Abuelo. Ahora, la ciencia está un paso más cerca de poder resolverla.
Mientras que la idea de los viajes en el tiempo hacia el futuro se han podido medir y comprobar gracias a la teoría de la relatividad, por ejemplo con el tiempo viajando más despacio en la Tierra que en la nave que viaja por el espacio a la velocidad de la luz, el viaje hacia el pasado se ha topado con inconsistencias que, a base de problemas respecto a lo que entendemos según la física actual, parece imposible a día de hoy. Resolver la Paradoja del Abuelo resulta clave para darle la vuelta a esa situación.
Qué plantea la Paradoja del Abuelo
Quienes os hayáis acercado a la saga de Regreso al Futuro y sus viajes en el tiempo probablemente conoceréis al dedillo qué hay detrás de la Paradoja del Abuelo aunque nunca hayáis escuchado hablar de ella. A grandes rasgos, la esencia detrás de los problemas provocados por Marty McFly en su particular viaje se basan en el mismo principio.
Lo que dice la Paradoja del Abuelo es que si conseguimos viajar al pasado con la intención de eliminar a nuestro abuelo y evitamos que tenga hijos, la consecuencia sería que tu padre o madre no nacería y, por lo tanto, tu existencia tampoco se produciría, evitando así que viajes al pasado en primer lugar. El dilema detrás de la paradoja está precisamente ahí, en cómo sería posible que hagas algo que pueda causar que no existas.
Hasta ahora, la principal respuesta a ese dilema se centraba en afirmar que, como consecuencia de esa paradoja, los viajes en el tiempo hacia el pasado no existen. Stephen Hawking afirmaba que, mediante mecanismos que aún no conocemos, la física evitaría que pudiésemos realizar el viaje para solventar el problema. Incluso si en algún momento alcanzásemos esa remota posibilidad, a base de por ejemplo romper el espacio tiempo mediante agujeros de gusano, la naturaleza se encargaría de seguir las leyes de la física para frenar que llegase a suceder.
El trabajo de Lorenzo Gavassino, físico de la Universidad de Vanderbilt, se vale de lo que conocemos hasta ahora de la mano de científicos como Einstein para arrojar otra posibilidad. La teoría de las leyes de la física y la termodinámica sí permitirían viajar en el tiempo hacia el pasado, pero se las apañarían para evitar cualquier tipo de paradoja mediante leyes y principios que, de hecho, ya conocemos a la perfección.
La solución a la Paradoja del Abuelo del viaje en el tiempo
Empecemos por lo más básico, cómo Albert Einstein explicó que los viajes en el tiempo hacia al pasado sí serían posibles. Su teoría de la relatividad planteaba que, al curvarse el espacio tiempo, un agujero negro masivo podría llegar a provocar una curva tan grande que terminase convirtiéndose en una curva temporal cerrada. Es decir que, al recorrer esa trayectoria con una nave, llegar hasta el final supondría regresar al principio y, por lo tanto, viajar al pasado.
Esa teoría se enfrenta, sin embargo, a dos problemas: las leyes de la Termodinámica que marcan la conservación de la energía y el aumento de la entropía. Dicho de forma más simple, si cocinas un huevo, el estado del mismo nunca podrá volver a ser crudo. La ley de la conservación de la energía marca que el proceso implica una transformación en el huevo, mientras que el aumento de la entropía dicta que el desorden de un sistema sólo puede crecer o mantenerse constante, de crudo a cocido y más allá, pero no volviendo a su estado original.
Lo que introduce Gavassino en este punto es la posibilidad de que, según las leyes cuánticas, el sistema realice el proceso inverso para mantenerse en el mismo estado que estaba al principio. Una suerte de reseteo termodinámico que, bajo ciertas condiciones, puede hacer que un sistema vuelva a su estado original.
El físico suma además la Recurrencia de Poincaré, la idea de que, en un sistema aislado como una curva temporal cerrada, el sistema vuelve siempre a su estado inicial. La constante de un péndulo, por ejemplo, siempre devolverá el objeto a una posición y velocidad lo más cercana posible a la que tenía cuando empezó a oscilar.
Todo esto plantea otra forma de acercarse y solventar lo citado con la Paradoja del Abuelo. Si viajas al pasado, todo lo ocurrido durante ese viaje se reiniciará para alcanzar el mismo punto de partida y, además, tu experiencia con lo ocurrido vivirá una idéntica transformación.
Cualquier cambio provocado volverá a su punto de partida y, además, cualquier prueba que traigas bajo el brazo, incluida tu memoria, se habrá borrado por completo para quedar justo igual que cuando empezaste el viaje. Aunque sea de forma teórica, el viaje al pasado sigue siendo posible, y las leyes cuánticas y de la termodinámica rompen con la paradoja sin sacarse nuevas leyes de la manga.
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