Plantéate la situación por un momento. Estás tú tan tranquilo en la antigua Babilonia un día cualquiera, por ejemplo un 31 de julio del año 1062 antes de Cristo, y de repente, al salir de tu piscina babilónica en la que has ido a pasar la tarde con los colegas, la Luna se pone delante del Sol y se crea un anillo de fuego dejando todo cuanto ves en la oscuridad más absoluta.
Si en ese momento y en ese punto de la historia te dicen que se ha muerto el Sol, que ha venido un dragón y se lo ha comido, o que el mundo se va al carajo, te lo crees a pies juntillas. Vamos que si te lo crees. Hasta el punto de que si viene otro a tranquilizarte para decirte que no pasa nada, que simplemente es que la Luna y el Sol se han juntado para tener un instante de pasión, eso te lo crees también.
Qué creían que eran los eclipses las antiguas civilizaciones
Mientras que a los pueblos prehispánicos le debemos la muerte del Sol y a la cultura China la interpretación del dragón, la Biblia hablaba de los eclipses en el Apocalipsis relacionándolos con el momento en el que los terremotos empezaban a sucederse coincidiendo con la rotura del sexto sello. Lo de convertir la Luna en sangre era un añadido más.
El caso del eclipse de Babilonia, con esa fecha y ese año, es el primero del que tenemos pruebas escritas, y harían falta un buen puñado de años hasta que, ya de la mano de los astrónomos de la antigua Grecia, se le diese a los eclipses otro sentido más allá de las maldiciones y los malos augurios.
Por su importancia en la vida diaria de millones de culturas, el Sol y su bienestar siempre ha sido un tema importantísimo, así que es comprensible que la desaparición momentánea de su luz fuese un fenómeno clave dentro de esas reverencias. La palabra eclipse, de hecho, viene precisamente de ese abandono.
Precisamente por eso mayas y aztecas se enzarzaban en grandes rituales y demenciales Star Wars, rigiéndose por fenómenos estelares para dar sentido a su devenir y marcar sus acciones. Por suerte hubo culturas como las africanas que se lo tomaron con algo más de calma. Es a ellos a los que le debemos el delicioso entre el Sol y la Luna.
Imagen | Cuatroam en Midjourney
Ver comentario
Sin comentarios