Es fácil que no seamos plenamente conscientes de todo lo que supone que Corea del Sur tenga la tasa de natalidad más baja del mundo. Tendemos a pensar en el futuro de países con esa problemática, en cómo la fuerza laboral está condenada a desaparecer o las pensiones pueden convertirse en algo del pasado. Pero la realidad actual, lo que supone que las mujeres surcoreanas tengan una media de 0,72 hijos, es que los niños y ancianos de hoy en día también terminan salpicados.
Frente a la necesidad de seguir girando la rueda del progreso que ha catapultado a Corea del Sur como una de las potencias mundiales, el gobierno lleva casi 20 años invirtiendo en medidas que de una forma u otra ayuden a intentar paliar el problema. Desde los incentivos para hacer crecer la natalidad hasta las ayudas para mitigar los efectos de su envejecimiento poblacional, las autoridades surcoreanas ya se agarran a medidas desesperadas que resultaban impensables hace unos años: 1.200 niñeras extranjeras y más de 500 robots, son la prueba.
Las 1.200 niñeras extranjeras de Corea del Sur
Por mucho que arrojes medidas destinadas a que aquellas familias que no se plantean tener hijos empiecen a hacerlo, desde ayudas financieras directas a cada hijo hasta cambiar el concepto de ser anciano, la clave del problema está en que animarse a dar el paso implica que luego tendrás que hacerte cargo de ese crío. Es una situación para la que los hogares surcoreanos no están preparados.
Frente a una demografía en la que falta mano de obra por el propio envejecimiento de la población, abrir las puertas a que aquellas familias que puedan permitírselo abandonen su puesto para hacerse cargo del cuidado de los niños es un inconveniente adicional. Un pez que se muerde la cola que, a su vez, hace que muchas parejas ni siquiera se planteen esa posibilidad. Es ahí donde entran en juego las visas especiales para atraer empleadas domésticas extranjeras filipinas que sirvan de niñeras.
Reclamando habilidades como el cuidado de los niños, las tareas de casa y un dominio básico del idioma, la medida del gobierno ha estado cargada de problemas desde su anuncio a finales de 2024. El primero de ellos, y de lejos el más importante, está en cómo se planteaba que estas empleadas domésticas inmigrantes cobrasen por debajo del salario mínimo de Corea del Sur para adaptarse a lo que cobrarían en su país de origen. Una medida extensamente criticada que, además, va en contra de las normas de la Organización Internacional del Trabajo.
La intención era intentar solucionar un parche con otro parche, y es que si algo supone tener una niñera a tiempo completo cuidando de tus hijos es que necesitas un sueldo adicional para mantener el salario de esa persona. Si tenemos en cuenta que evitar tener que lidiar con el desembolso que implica mantener a un niño ya era parte del problema que ha generado esta situación, parece evidente que sólo aquellas familias con mayor poder adquisitivo podrían agarrarse a esta "ayuda".
500 perros robots para cuidar ancianos
Al otro lado de esa pirámide está otro problema. Uno que, precisamente por el constante y exponencial envejecimiento de la población, es mayor día tras día. La sociedad de Corea del Sur tiene ya tantos ancianos que cada vez es más difícil hacerse cargo de todos ellos, así que la falta de personal que pueda asumir ese trabajo debe suplirse de alguna forma. En este caso han optado por los robots.
Desde 2023 el Gobierno Metropolitano de Seúl ha estado distribuyendo entre los ancianos que viven solos cerca de 500 perros robots en un escenario que, pese a resultar profundamente distópico desde fuera, en realidad se está volviendo imprescindible para garantizar cierta calidad de vida en aquellos ancianos que no tienen a nadie que pueda ocuparse de ellos, y aún no han alcanzado el punto de tener que estar en unas residencias que ya están hasta los topes.
Son esos mismos robots los que se encargan de hacerles compañía invitándolos a moverse, ejercitar la mente, y son capaces de llamar a emergencias de forma autónoma si el anciano que está a su cargo sufre algún problema. Entre la opción de enfrentarse a una soledad constante y suplirla de forma artificial con un compañero basado en la IA, la segunda opción resulta clave para estimular a esos mayores mitigando la aparición de enfermedades mentales como la demencia. De paso, también sirve como sistema de monitorización autónoma para que los especialistas puedan seguir de cerca la evolución de los ancianos sin tener que personarse a diario en cada casa.
Los perros robot están lejos de ser los únicos que está abrazando Corea del Sur, con sistemas de limpieza y rehabilitación en unos centros de mayores que cada vez están más automatizados y que, pese a tener personal especializado, se ven empujados a hacer uso de la tecnología para poder atender a todos. Aunque esas máquinas no entran en el saco del debate cuando pensamos en los avances de la IA y la robótica, pensar en que un futuro en condiciones dignas pueda terminar dependiendo de ellas hace que la perspectiva cambie bastante.
Imagen | Amirba
En 3DJuegos | Corea del Sur ha encontrado la forma de luchar contra su falta de natalidad: repartir visas "Top-Tier"
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