Todos los motivos detrás de la peor ola de despidos de Intel. Desde la rivalidad con Taiwán hasta los años en números rojos

Todos los motivos detrás de la peor ola de despidos de Intel. Desde la rivalidad con Taiwán hasta los años en números rojos

Los californianos de azul buscan una manera de sobrevivir en un mundo en el que Arc no arranca y los PC confían más en Qualcomm (IA) y AMD (gaming)

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Imagen: Intel

Esta semana, Intel anunciaba una ola de despidos masiva —de las peores que hemos visto en los 56 años de la compañía— que afectará a más de 15 000 trabajadores a lo largo de los próximos meses, a lo que sumamos también una serie de incentivos que se ofrecen al resto de empleados para que salgan voluntariamente. La razón por la que ocurre esto es muy simple: el último informe fiscal recogía pérdidas de hasta el 61%, así que el CEO Pat Gelsinger ha tomado medidas al respecto. Pero, ¿a qué se debe este descenso?

Aunque las cifras astronómicas de este golpe resuenen con fuerza en redes y atraigan todas las miradas, lo cierto es que Intel lleva largos años en decadencia: la suya es una historia de oportunidades desaprovechadas, objetivos mal elegidos y un estancamiento grave que ha permitido a rivales clave como Advanced Micro Devices o Qualcomm tomar la delantera en casi todos los campos.

Intel: años llegando tarde y con competencia

Por ejemplo, bien es sabido que en 2006 el por aquel entonces presidente Paul Otellini rechazó una oferta de Steve Jobs para diseñar en en exclusiva los chips de iPhone; y hace unos años, con la llegada de Gelsinger, la compañía sufrió una reestructuración realmente grande para aclimatar un negocio de tarjetas gráficas dedicadas (Arc) que a día de hoy sigue estando bastante verde al lado de AMD.

Y aunque los productos básicos de Intel continúan funcionando bien en ventas, es importante tener en consideración que Microsoft firmó una exclusividad temporal con Qualcomm, autores de Snapdragon, para crear los chips de sus ordenadores con el soporte de la IA Copilot+; y aunque eventualmente Intel podrá reclamar un trozo de la tarta, se ha perdido la porción más generosa de la misma.

Intel tiene fe en la IA, con la inminente llegada de Lunar Lake este septiembre y Panther Lake en 2025 junto a su nodo más avanzado, el de 18A. La cuestión es que si bien el recorte de plantilla reciente le ayudará a centrar sus esfuerzos en productos importantes como el que nos atañe, a la hora de la verdad necesitará hacer lo que no ha hecho hasta ahora: mantenerse relevante en un mercado en el que ahora mismo tienen múltiples frentes abiertos con AMD y Qualcomm.

Imagen de Windows Copilot+ Redmond usa componentes de Qualcomm en sus PC con Copilot+. Intel llega tarde a la IA. Imagen: Microsoft

Intel Foundry, por su parte, es un tema peliagudo: los de azul tienen una serie de fábricas que Estados Unidos más o menos necesita para garantizar su independencia tecnológica, pero la producción de chips en todo el globo está concentrada en Asia a través de Samsung y TMSC, que es a quien compra básicamente toda la competencia. Manufacturar tus propios chips es bueno sobre el papel, aunque en este caso van muy por detrás y solo este último trimestre han tenido pérdidas de 2800 millones de dólares.

Siendo conscientes de esto, Intel trata de darle la vuelta a la situación haciendo una apuesta de lo más arriesgada: la recién anunciada reducción de su plantilla podría permitirle estabilizar sus fábricas, lo cual debería ser bastante atractivo para terceros que hasta ahora han tenido que confiarle sus semiconductores a Taiwán (caso de Apple). Quizá el gobierno de EE.UU. vea esto lo suficientemente interesante como para salvar esa línea de producción si fuera necesario.

Apple diseña sus propios chips, pero pasa la producción a las fábricas de semiconductores taiwanesas. Intel sacrificará trabajadores para convertirse en la nueva marca blanca de compañías como esa

Podemos entender mejor esto teniendo en cuenta que casi todos los smartphone usan la arquitectura ARM, con su eficiente consumo de batería, mientras Intel continúa centrado en un x86 que lleva operativo desde 1981 sin cambios en el horizonte a día de hoy. Recapitulando un poco, perdieron la batalla de los móviles; sus GPU dedicadas (que se llevaron por delante una parte significativa de la plantilla) no terminan de despegar y llegarán muy tarde a competir en la IA.

Imagen de Intel Foundry La fabricación de semiconductores es cara, e Intel va muy por detrás de TSMC. Imagen: Intel

Muchos movimientos clave del mercado que Intel no ha podido aprovechar, mientras que en líneas que ya tenía medio dominadas como el gaming, los talentos bajo el mando de Lisa Su continúan ejerciendo presión con Ryzen; y los consumidores se enfrentan a polémicas como la oxidación de los procesadores Raptor Lake (14900K, 13900K) que sus responsables quieren corregir parcialmente con un parche de microcódigo en lugar de cambiarlos.

La posición actual de Intel no es ninguna sorpresa si tenemos en cuenta que llevan más de dos años dando números rojos en sus informes fiscales, y más nos vale que el plan de Gelsinger para ahorrar 10 000 millones de aquí a 2025 salga bien si queremos evitar que Ryzen entre en un estado de monopolio en las CPU de ordenador que podría hacer que tu próximo sobremesa te salga bastante más caro de lo que te costaría ahora mismo.

Imagen: Intel.

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