No pillo a nadie por sorpresa al decir que la industria está pasando por una etapa tremendamente convulsa. Crisis o no, lo cierto es que las enormes tandas de despidos, estudios cerrados, juegos cancelados e ideas cuestionables son el pan nuestro de cada día. Es un problema que afecta a todos los mercados, pero en Japón tiene un cariz particular: hay empresas que animan a sus trabajadores a renunciar voluntariamente a su puesto debido a la imposibilidad de hacer frente a sus pagos. Eso mismo ha ocurrido con Enish.
La compañía lleva en déficit financiero desde 2015 y no puede más
Fundada en 2009, Enish, conocida por títulos como De:Lithe Last Memories y Attack on Titan: Brave Order, ha acumulado un déficit financiero durante nueve años consecutivos, y su informe provisional para 2024 revela una pérdida neta de 745 millones de yenes (aproximadamente 4,9 millones de dólares). De continuar esta tendencia, la compañía alcanzaría un lamentable récord de 10 años seguidos en números rojos. Con este panorama, la estrategia de reducir personal busca racionalizar recursos y mejorar la sostenibilidad del negocio.
De hecho, lo más curioso es que el proceso de solicitud de renuncias tiene plazos ajustados. Los empleados tienen hasta el 24 de diciembre para aceptar la oferta y, de hacerlo, deberán abandonar sus puestos para el 31 de diciembre. Estas medidas destacan la urgencia con la que Enish intenta abordar su situación financiera, aunque generan incertidumbre sobre el impacto a largo plazo en su capacidad operativa y en su reputación dentro de la industria.
El motivo de este movimiento, que, según Automaton, ha ganado fuerza últimamente, lo encontramos en que las leyes laborales de Japón dificultan los despidos masivos directos, lo que obliga a las empresas a buscar alternativas como las "compras voluntarias". Este método también fue empleado recientemente por Gumi, desarrollador de Final Fantasy: Brave Exvius, para reducir 80 puestos de trabajo. Estas prácticas reflejan un desafío más amplio en el sector de videojuegos japonés, donde compañías con modelos de negocio centrados en juegos móviles están luchando por mantenerse competitivas.
Mientras tanto, los jugadores y analistas observan de cerca cómo Enish maneja esta transición. Aunque las renuncias voluntarias pueden ayudar a reducir costos a corto plazo, el futuro de la empresa dependerá de su capacidad para adaptarse a un mercado en constante cambio y encontrar nuevas oportunidades de crecimiento. Sin una estrategia sólida para revitalizar su negocio, estas medidas podrían ser solo un paliativo temporal para una crisis más profunda.
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