Considerando que soy un apasionado de los juegos de plataformas 2D (y también 3D), durante la era de los 16 bits me puse las botas disfrutando de decenas de títulos de esta índole. Los había de todo tipo, desde Super Mario World a series como Sonic the Hedgehog, Rocket Knight Adventures o Donkey Kong Country entre otras muchas… como Aero the Acro-Bat. Una serie (aparecieron dos entregas) editada por Sunsoft que, siendo honestos, jamás alcanzó demasiada brillantez.
¿Y por qué? Pues porque a la ya citada saturación de ese tipo de producciones, la verdad es que muchas de ellas eran de una calidad muy superior a la plasmada por el título desarrollado en su día por el afamado equipo de Iguana Entertainment. Simple y llanamente y bajo mi punto de vista, Aero the Acro-Bat era un título del montón dentro de su género. Y, por eso mismo, me llamó la atención que se anunciara la llegada de una remasterización bautizada con ese mismo nombre, la cual es la que tenemos hoy entre manos.
Plataformas imprecisas y desafiantes
Aero the Acro-Bat fue un juego que llegó al mercado en el año 1993, primero a Mega Drive y unos meses más tarde a Super Nintendo. Es decir, que apareció en plena era dorada de los juegos de plataformas 2D, si bien es justo señalar que esta obra intentó salirse un tanto de lo habitual.
Aero the Acro-Bat fue un juego que llegó al mercado en el año 1993, en plena era dorada de los plataformas 2D
En lugar de presentar un escenario que era necesario recorrer desde un punto A hasta otro B, para superar cada fase teníamos que cumplir unos objetivos determinados que se nos daban al comienzo de cada nivel (o acto, que así se denominaba en esta obra). Unas misiones que consistían en realizar tareas tan "interesantes" como alcanzar ciertas plataformas, activar interruptores o recoger determinados objetos.
Esta propuesta, sin ser la más original del mundo, por lo menos rompía con lo reflejado en el 99% de los títulos de este estilo. Lo que pasa es que, cuando nos poníamos a llevar a cabo cada uno de dichos objetivos, el juego comenzaba a dejar entrever los graves defectos que presentaba. Y el más importante de todos era su control.
La inercia que presentaba el protagonista, el murciélago Aero, era demasiado "rara". El movimiento del personaje estaba a medio camino entre lo que nos dispensaban los títulos de Super Mario y los de Sonic, siendo bastante complicado de dominar una vez iniciaba la carrera. Pero lo peor de todo es que dicho control presentaba un problema de lag leve pero bastante molesto, el cual no ha sido corregido por alguna razón que se me escapa en esta versión remasterizada.
El movimiento del personaje estaba a medio camino entre lo que nos dispensaban los títulos de Super Mario y los de Sonic, siendo bastante complicado de dominar
Y para agravar más dicha circunstancia, a pesar de que se trataba de un título alegre y colorido, su nivel de dificultad era realmente frustrante. Prácticamente cualquier enemigo era capaz de acabar con Aero con sólo tocarle, y la única forma de eliminar a dichos adversarios era a través de un ataque aéreo de lo más impreciso o, si teníamos cierta munición, atacarles con ella. O sea, que lo de saltar por encima de ellos o usar ataques comunes no iba con este personaje.
Por fortuna, esta remasterización sí que ha tomado cartas en el asunto y, por lo menos, se han integrado ciertas funciones que suavizan las cosas. Por un lado está el rebobinado, que nos permite echar hacia atrás cualquier acción que haya dado al traste con una de las vidas del murciélago. También es posible activar varios trucos desde el menú principal, como vidas infinitas, invencibilidad y demás ventajas. Y más importante si cabe es la inclusión de los save states, que nos permiten guardar la partida en cualquier momento. Sigue siendo una aventura frustrante y traicionera, pero por lo menos es más digerible que la original en este sentido.
Siguiendo con las opciones adicionales que han sido incorporadas a esta versión remasterizada, es posible cambiar el ratio de pantalla (expandida, 4:3, etc.), escoger entre varios shaders o disfrutar de diferentes ilustraciones y materiales del juego. Y, por otra parte, este remaster también nos permite elegir entre la versión americana / europea o la japonesa. En fin, que por lo menos esta versión incorpora opciones interesantes que aunque no tienen que ver directamente con la jugabilidad, en cierta forma hacen que esta entrega sea más atractiva y "llevadera".
Se ha mejorado la resolución respetando desde los sprites a los fondos
Entrando ya en materia gráfica, hay poco que explicar. Al tratarse de un remaster, se ha mejorado la resolución respetando desde los sprites a los fondos, si bien estos últimos poseen algún que otro cambio. Las animaciones de los personajes siguen siendo bastante buenas, y el colorido que muestran los escenarios es formidable, aunque a veces se abusa de tonos demasiado chillones (como sucedía en la versión de SNES). Una versión de la que, como detalle, también se han extraído las fases de bonus, que eran diferentes a las plasmadas en el título original de Mega Drive y que hacían uso del famoso modo 7.
Y con el sonido ocurre algo similar. Las melodías no están mal aunque pueden hacerse algo pesadas si repetimos varias veces un mismo nivel, mientras que los efectos cumplen sin mayores pretensiones, pasando algo desapercibidos.
Aunque muchos nos dejamos arrastrar por la nostalgia, hay ocasiones en las que pesa más dicho componente que la realidad. Y hay que ser honestos y afirmar que Aero the Acro-Bat nunca, jamás estuvo ni cerca de alcanzar las cotas de diversión alcanzadas ya no sólo por los referentes de su género en aquellos días como eran las aventuras de Super Mario, Sonic, Donkey Kong y compañía, sino de otros muchos títulos menos conocidos. Sí, es cierto que el personaje creado por David Siller (el mismo que, años más tarde, estuvo detrás de Crash Bandicoot) tenía mucho desparpajo y alcanzó cierta fama. Pero el juego en sí, como le sucede a esta remasterización, no es de lo mejor que ha dado el género, y el remaster tampoco. Para nada.
Comprar Aero the Acro-Bat- Se trata del mismo título que apareció en 1993 para sistemas de 16 bits.
- El control es impreciso, con algo de lag.
- Esta versión incluye funciones adicionales como rebobinado o save states.
- Su nivel de dificultad es bastante elevado (y frustrante).
- Es posible elegir entre diferentes opciones como shaders, ratio de imagen, etc.
Ver 4 comentarios