La nostalgia juega un papel capital en nuestra vida como jugadores. No es solo que los remakes surgieron como respuesta a la necesidad de revisitar obras clásicas que ya funcionaron en su momento, sino también a la más pura añoranza de la juventud, niñez o adolescencia de muchos de nosotros. Ahora, los remakes han evolucionado hasta ser parte intrínseca de nuestra industria, y atrás quedaron aquellas obras poco inspiradas cuyo interés único es el de mantener viva una IP. El ejemplo más obvio es el remake que tenemos entre manos: Age of Mythology: Retold, el gran regreso del spin-off de Age of Empires de 2002, como uno de los grandes juegos de estrategia de este 2024.
Esta afirmación no es de extrañar teniendo en cuenta la experiencia previa de Microsoft y de su estudio, World's Edge. El equipo estadounidense ya sorprendió al coger el testigo de Ensemble Studios, autores de los Age of Empires originales, y desarrollar su propio juego desde cero con Age of Empires IV. Ahora han firmado su cuádruple éxito con un remake sorprendente cuyo valor reside en la lógica nostalgia y, al mismo tiempo, un entendimiento de las necesidades del género de la estrategia en tiempo real hoy en día de tomar apuntes.
Una campaña que trae buenos recuerdos, y otros nuevos agridulces
Corría 2002 y, como yo, muchos de vosotros os lanzasteis a un juego tremendamente atractivo ya desde su portada. Si bien los RTS ya habían visto acercamientos puramente fantásticos, su mezcolanza de las diferentes mitologías del mundo antiguo y el sello de calidad que daban las palabras "Age of" hicieron clic en la cabeza de muchos, y ahí comenzó una nueva obsesión. Age of Mythology llegó bajo una idea: coquetear con los mitos, nada del logos, en un terreno heredado directamente de la saga base de Ensemble Studios. Casi como un golpe en la mesa de un equipo constreñido, con ganas y por propia voluntad, a la historiografía pura y dura, este spin-off fantástico expandió los horizontes de la licencia con una IP que marcó a varias generaciones.
Un RTS de fantasía y mitología, tan apetecible hoy como hace 20 años
Sin embargo, y quizá lo más destacable para muchos, fue su modo campaña. Al contrario que las campañas de su "primo" histórico, más centradas en una línea a seguir para que el jugador experimentase con varias épocas dentro de una propia civilización, Age of Mythology abordó una narrativa de ficción que coqueteó con Homero y su Ilíada, Platón y su Atlántida, e incluso el boca a boca de los mitos vikingos en una campaña que, incluso a día de hoy, 22 años después, es recomendable revisitar.
En este caso, World's Edge ha tocado poco del material original y ha reunido todo el contenido en una misma campaña en tres partes, ofreciendo una visión lo más global posible a los mitos del pasado. La Caída del Tridente, el férreo bastión sobre el que se edificó el juego original, ha visto pequeños cambios aquí y allá, más centrados en mejorar la experiencia bajo estándares actuales que en modificar el proyecto original. Por ejemplo, La Forja Enana (vigesimotercer capítulo de la campaña) ha sufrido ajustes mínimos en el spawn de ciertos enemigos, así como en la disposición de algunos puntos estratégicos del escenario; o el Capítulo 22, Norte, que ha sido trabajado para que los objetivos sean muchísimo más claros (derruir los santuarios de Loki) y el efecto adverso de Gargarensis sea más sobrellevable de lo que era antes.
El tratamiento gráfico es de primera categoría
Todos los capítulos se mantienen invariables, ofreciendo el trío de propuestas clásicas de La Caída del Tridente, La Nueva Atlántida o El Regalo de Oro en un mismo paquete, casi como lo que podríamos considerar una "Enhanced Edition" de cualquier proyecto actual, de no ser porque la mayoría de cambios afectan a cómo vemos y oímos. Si antes hablábamos de modificaciones nimias, uno de los aspectos más extraños, sobre todo teniendo en cuenta lo idéntico, es su doblaje. Atrás quedaron los actores de voz originales, tanto en castellano como en inglés —no puedo decir lo mismo del doblaje español de Hispanoamérica por no haberlo probado—, muchos de ellos jubilados, lo que ha dejado un vacío en nuestro corazón que busca llenar un nuevo elenco de voces sobradamente buenas.
La sensación es agridulce de primeras. Por un lado, es irremediable que la nostalgia aquí juegue una mala pasada, colocando un velo sobre nuestros ojos —oídos en este caso— del que es imposible deshacernos debido a lo inmaculado del modo campaña. Por otro lado, el trabajo de localización de Microsoft, manteniendo el espíritu original con un equipo sobradamente impresionante, con actrices de la talla de Joël Mulachs —voz habitual de Scarlett Johansson— como Atenea ofreciendo una interpretación pasmosa, da suficientes excusas como para dejar marchar el pasado y llenar esos huecos del recuerdo con estas nuevas voces.
Todo pensado para que el juego perdure en el tiempo
Lejos de la campaña, y aunque parece que he dejado entrever que los únicos cambios se han producido en lo que vemos, no en las entrañas del remake, toca agradecer el trabajo del equipo estadounidense —aunque hablamos de un proyecto con hasta cinco estudios detrás, en uno de los grandes desarrollos recientes de Microsoft— en términos puramente mecánicos, con los Nórdicos como gran glow up de esta nueva versión. Ya habíamos comprobado, gracias a las múltiples betas que ha tenido el juego, que el equipo de World's Edge quería mantener invariable la esencia del juego original, sin añadir mucho a una mezcla ya perfecta, pero eso no implica que no se hicieran modificaciones.
Cada combate, por pequeño y narrativo que sea, se disfruta sobremanera
Los Nórdicos han sufrido, para bien, un rework considerable. La facción, considerada la más "débil" del cuarteto original —sin contar la civilización china, que llegó después con Tale of the Dragon y que será la primera expansión de este remake—, ha visto una conversión completa de sus estadísticas, así como nuevas unidades y un panteón de dioses con "las ideas más claras", o lo que es lo mismo, con un cambio notorio en su árbol de tecnologías. Los dioses, tanto mayores como Thor y Odin, o menores como Balder o Freya, se mantienen invariables; no hay un dios que falte, pero sí hay uno que es nuevo en la sala: Freyr. El hermano de Freya asciende al Panteón de dioses mayores como parte de la Edición Premium del juego, abriendo las posibilidades con un nuevo dúo de dioses menores como son Hella o Ullr, y ofreciendo al mismo tiempo la cuarta pata faltante para considerar a los Nórdicos como una facción a tener en cuenta.
Frey es uno de los nuevos dioses del juego
Frey está más abocado a la defensa, aunque con un filón híbrido que lo convierte en un dios a tener en cuenta para la destrucción total
Frey está más abocado a la defensa, aunque con un interesantísimo filón híbrido que lo convierte en un panteón a tener en cuenta para la destrucción total del escenario. A la mezcla de reparación de edificios completamente gratis o el coste más bajo de recursos para según qué tecnologías, se une una Hella capaz de invocar gigantes de fuego con una bonificación en la defensa. Estos añadidos y ajustes buscan fomentar que la iteración continua a la hora de mejorar nuestra facción sea más afable. Otros como Njord, quien ahora tiene una tecnología para que la caballería de asalto genere oro mientras ataca, o Freya, con una capa de mejora de vitalidad para todos los héroes, confeccionan un RTS mucho más centrado y con vistas a perdurar.
Son ajustes situacionales, que no de peso, y que dependen enteramente de cómo enfoques la partida. Sin embargo, escoger a los Norse como facción en una partida contra la IA o, en el caso de El Regalo de Oro, ya no es tan poco apetecible como lo era antes. Asimismo, las nuevas estructuras —que surgen de la división de la Casa Comunal en dos—, como El Gran Salón y la propia Casa Comunal, dan pie a una mejora considerable en el abanico de posibilidades militares de la civilización, con nuevas unidades como el Godi, una unidad a distancia con lanzas.
Con las mejoras en los panteones, jugar con los Nórdicos es casi como jugar con una facción nueva
En el resto de civilizaciones, las mejoras son menos fáciles de plasmar en texto, sobre todo porque aluden a ajustes mínimos en la forma en la que gira la rueda del progreso de los Egipcios, Griegos y Atlantes. Aunque, si bien es cierto que el juego ha querido dar una mayor importancia al combate naval, que también ha visto cambios transversales, el resultado dista de lo que podríamos esperar, al menos en cuanto a opciones, ya que se mantienen las mismas unidades y posibilidades del juego, que no diversión. Es tremendamente adictivo y añade un grado más de emoción aparecer en un escenario con superficies acuosas cerca, aunque la épica de estos combates va más de la mano de lo visual, algo que discutiremos más adelante, que del propio impacto de una unidad naval en el transcurso de la partida.
No quiero olvidar cómo World's Edge ha acrecentado la brecha entre Age of Mythology y Age of Empires con este proyecto, y es todo gracias a un mantra que ya compartió con 3DJuegos Kristen Hanlon-Pirillo, Senior Game Designer en World's Edge: el remake pedía a gritos un mayor énfasis en que el jugador usase a los dioses. El favor de estas deidades ha ganado en importancia con esta nueva versión, diluyendo cualquier similitud con la saga principal y apostando por lo que de verdad hizo grande al proyecto de 2002, pero sin límites. El poder de los dioses, así como los beneficios de los mismos —de los que ya he comentado algunas mejoras—, tienen un impacto notorio en el devenir de la partida. No hay una mala elección en el Panteón (Árbol de Tecnologías), sino que Age of Mythology expande sus alas y se presta a la experimentación y a que el jugador encuentre su sitio sin tener que constreñirle siquiera a una facción.
La variabilidad de localizaciones sigue sentando genial al juego
No obstante, algo que agradezco enteramente es que World's Edge no se ha dejado llevar por lo convencional y no ha ejecutado un lanzamiento falto de aspiraciones. Al margen de las tres campañas antes comentadas, unidades como tres grandes partes de un mismo todo, los ajustes en la usabilidad de las facciones se unen a una mirada hacia el futuro para formar un proyecto que busca vivir muchos años. A Age of Mythology Retold le acompaña todo una lista de opciones para mods de lanzamiento, con modificaciones aprobadas por la propia World's Edge, así como el editor de mapas clásico, perfecto para el más imaginativo de todos vosotros, aunque con una interfaz tan añeja que quizá habría pedido cierto trabajo para adaptarlo a los nuevos tiempos —aunque entiendo que quizá es para que el veterano se sienta como en casa—.
Técnicamente impoluto
Una vez completas el tutorial y te haces, sin dificultad, a las nuevas voces de Arkantos o Atenea, la Atlántida se abre ante tus ojos con un despliegue visual a la altura de un juego de 2024. Age of Mythology Retold no tiene miedo a exprimir un motor gráfico que lleva casi 20 años con nosotros: el Bang Engine. Este software, que acompañó a la Extended Edition de la versión original de 2002 y a Age of Empires III, rinde a un nivel técnicamente impoluto.
Los efectos volumétricos, la iluminación... parece mentira que sea un motor de 2005
Claro está, si todo funciona como un reloj dos décadas después, y los ajustes han ido a pulir el engranaje, el acabado tan especialmente espectacular de este remake crea un proyecto que entra por los ojos y es capaz de quedarse en nuestra cabeza durante días. World's Edge ha llevado la épica implícita de ver a las mismísimas valkirias, los colosos griegos o a los caballitos de mar de Poseidón en un mismo escenario bélico a alcanzar cotas astronómicas. Todo luce con una calidad pasmosa, desde el agua, que mejora considerablemente su aspecto en relación al vistoso Age of Empires IV, hasta las estructuras de las civilizaciones, las cuales, aun manteniendo la estética semi-cartoon clásica de la saga Age of, brillan con luz propia y crean un conjunto sobresaliente.
Cómo no, gran parte de las mejoras se notan cuando más locura hay en pantalla. Las físicas de destrucción de estructuras como murallas o torres de avanzadilla generan un impresionante acabado visual donde en ocasiones perderás el tiempo admirando cada minúsculo detalle. Los dioses, así como las unidades más absolutamente devastadoras, se apoyan en el tratamiento que ha dado World's Edge al motor Bang Engine para sacar pecho de un proyecto que se atreve a mirar por encima a la competencia manteniendo unos requisitos mínimos en PC, donde con una RTX 3060 Ti a 4K lo harás funcionar por encima de los 90 FPS.
Las animaciones en las secuencias cinemáticas podían haber tenido un mejor acabado
No obstante, no todo es perfecto, aunque lo roza en este apartado. Las animaciones son de todos los colores, pero sobresalen las grises. Muchas están poco pulidas, algo que entiendo debido a que, en el fondo, se han respetado y rescatado del original gran parte del andamiaje que sujetaba aquel juego. Pero ver cómo en las secuencias cinemáticas los personajes se mueven de forma algo robótica o sin abrir la boca, esto último chocando con el excelente trabajo de localización del juego, son aspectos por los que habría abogado por un cambio más técnico que estético.
Age of Mythology: Retold es un remake de esos de tomar nota, aunque quizá no tanto por cómo se expande en conceptos aprovechando cómo ha evolucionado el medio, sino por cómo respeta y atesora el clásico y lo nutre con mejoras de peso. Aunque parece que sea un remake estético, los ajustes realizados en las unidades, los dioses y las civilizaciones conforman un todo casi perfecto, capaz de sorprender al jugador veterano como llamar al novato.
Comprar Age of Mythology: Retold- El juego incluye las campañas de La Caída del Tridente, El Regalo de Oro y La Nueva Atlántida.
- De entre todas las civilizaciones, los Nórdicos son los que más cambios han visto.
- Es un remake tan estético como técnico, sobre todo en lo que conlleva a habilidades y la iteración de los dioses.
- Usa un motor gráfico con 20 años, y lo hace con un despliegue visual de ensueño.
- Hay pequeños errores en el audio o en la localización, solucionables mediante parches.
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