Grandes promesas… que acaban en nada. Con la libertad de acción por bandera, el sucesor espiritual del clásico Ultima Underworld está lejos de las expectativas que había generado. Tiene potencial pero como te contamos en el análisis de Underworld Ascendant, los errores técnicos arruinan esta aventura de rol y sigilo.
Tenía tantas esperanzas puestas en Underworld Ascendant; esperaba tantísimo de esta aventura de rol en primera persona desarrollada por auténticos veteranos de la industria del videojuego, que aún mientras escribo estas líneas me siento dentro de una pesadilla. ¡Es terrible! Un completo desastre que duele, y mucho, viniendo de manos de toda una leyenda como Warren Spector, padre entre otros del memorable Deus Ex, o Paul Neurath, artífice del mítico Ultima Underworld en el que se inspiran. Y como en este clásico, aquí la libertad de acción lo es todo. "Sed creativos", nos dijeron en su momento los responsables del proyecto en una primera toma de contacto con Underworld Ascendant; "lo bueno del juego es que si la magia resulta difícil para ti puedes probar con el sigilo, y si con esto no funciona, puedes intentarlo con la lucha". La idea es genial, como el diseño de niveles que invita precisamente a ello, a experimentar, a ser creativos en la lucha contra las fuerzas del mal. Tristemente no pasa de ahí, de ser una buena idea terriblemente mal ejecutada.
Poco tarda el videojuego de Otherside Entertainment en mostrar sus flaquezas, que van más allá de lo puramente tecnológico. Porque sí, hay errores, muchos, que arruinan por completo la experiencia de juego, pero su mayor falta es la ausencia total de creatividad en el diseño de sus misiones. Quieren que seamos imaginativos, que encaremos la acción probando nuevas estrategias, inventando hechizos, usando el entorno a nuestro favor pero... ¿para qué? Si luego el objetivo es siempre el mismo. Mata a este u otro enemigo, o bien recoge este u otro objeto. No hay más. Y lo peor es que los repites una y otra vez en los mismos escenarios, sin cambios más allá de sutiles variaciones en la posición de los enemigos o el botín que puedes encontrar en la mazmorra. Es triste, y hasta cierto punto dramático, pues es fácil ver el potencial que atesora Underworld Ascendant y lo lejos que está de aprovechar una mínima parte de él.
Acción, sigilo, magia… Underworld Ascendant
Una puerta de madera bloquea tu camino y lejos de buscar una llave… ¡usas fuego para echarla abajo! Es uno de los primeros y más sencillos ejemplos de lo que puedes hacer en Underworld Ascendant, pero hay mucho más en este RPG que en ciertos aspectos recuerda al clásico Thief, o al más reciente Dishonored. Eres libre para explorar el escenario como desees, usando el sigilo, cubriendo tus pasos tras las sombras; o bien con espada en mano machacando a todo enemigo que se cruce en tu camino. Nadie te dirá cómo cumplir la misión, y eso dice mucho en favor de un videojuego que nunca limita tus opciones a un par de alternativas y poco más; que no se cierra en la simple dicotomía entre sigilo o acción.
El diseño de niveles invita a la libre exploración; a que trepes, saltes o recorras túneles sinuosos en busca de nuevas rutas que te guíen hasta el lugar deseado. Puedes valerte de las habilidades acrobáticas del protagonista, o bien apostar por la magia usando conjuros que te permitan construir tu propio camino, apilando cajas, con el teletransporte, fuego ¡o lo que sea! Y es una sensación increíblemente divertida que vale igualmente para los enemigos, a los que puedes acuchillar por la espalda, atacar de frente con varias armas en combate singular, fulminar con hechizos o derribar usando el propio escenario. Al menos… en teoría, porque ahora mismo Underworld Ascendant está literalmente roto.
La inteligencia artificial de los enemigos es tan terrible, tan mala, que ya no es que sea muy fácil engañarles, pasar a su lado sin que se percaten de ello; es que son tan tontos, que son capaces de quedar atrapados en cualquier lugar, frente a un árbol, en el dintel de una puerta, ¡en una sala vacía!, llegando al delirante extremo de morir por causas desconocidas. Será la estupidez, que en este universo de fantasía se paga con la vida, pero lo cierto es que en el momento de escribir estas líneas, y tras dos actualizaciones, la IA continúa siendo un despropósito, como el propio rendimiento técnico. Ojalá fuera lo único.
El juego está plagado de errores que de una u otra forma terminan estropeando la partida, hasta el punto de volver inútil el arco, que más allá de su función como arma, también sirve para apagar antorchas gracias a las flechas de agua. Sin ninguna explicación, así, de repente, deja de funcionar. Y tú ahí, rodeado de enemigos, disparando sin cesar para darte cuenta de que no estás haciendo nada. Underworld Ascendant también se cuelga, mucho, lo que resulta dramático por cula de un inexplicable sistema de guardado que te obliga a empezar el nivel desde el principio. Vale, sí, los objetos y progresos se guardan, ¡faltaría más!, pero resulta agotador y frustrante volver a recorrer el mismo escenario, más cuando la culpa es del propio videojuego, que te ha dejado colgado. Por no mencionar los problemas con la física de los objetos, graves en un juego que se basa casi por completo en ella.
Sobre el papel su acción es genial pero, en la práctica, es un auténtico despropósito
El peso de los objetos varía de forma milagrosa dependiendo de si lo que quieres es cogerlos con las manos o simplemente patearlos al caminar hacia ellos. Que suena a chiste, pero es uno de los aspectos más frustrantes de Underworld Ascendant, pues cuando tratas de trepar usando cajas, estas saldrán volando en una u otra dirección dificultando enormemente la tarea. ¡Es horrible!, y un sinsentido que no hace sino demostrar que el videojuego llega a las tiendas con una alarmante falta de pulido. Sobre el papel su acción es genial pero, en la práctica, es un auténtico despropósito. Y lo decía antes. Ojalá todos sus problemas estuvieran ligados a errores técnicos pues, con la promesa de mejorar con actualizaciones, tarde o temprano dejaríamos de hablar de ellos. No es el caso.
Si bien el juego premia la creatividad del jugador, sus misiones con todo lo contrario. Repites una y otra vez los mismos objetivos, y lo haces explorando una y otra vez los mismos escenarios, hasta que la acción se vuelve tediosa. Vale que puedes cambiar de estrategia y, gracias al árbol de habilidades, puedes aprender nuevos trucos con los que sortear los desafíos que propone Underworld Ascendant, pero lo cierto es que con tantos errores, el videojuego no invita a ello. Sí me gusta que con el paso de las horas la acción se vuelva más difícil, en tanto que el villano Typhon está más cerca de volver a la vida, pero o cambia mucho el juego con sus próximas actualizaciones, o se quedará en un triste quiero y no puedo. Veo difícil que ocurra.
Hay una alarmante falta de enemigos, y los combates contra ellos no son especialmente divertidos. Se echan en falta más puzles, o trampas que de verdad te sorprendan y obliguen a reaccionar de formas imaginativas. Con un gran diseño de niveles y atractiva ambientación, de verdad sientes ganas por explorar y adentrarte en las profundidades del Abismo Estigio, pero tal es la frustración y desesperación que genera el juego de Otherside Entertainment, que ni aún forzándote a ello, disfrutas de la experiencia. Es triste que un proyecto tan atractivo y con tanto talento a sus espaldas haya acabado de forma tan trágica; y peor aún es saber que este mismo equipo trabaja en el ansiado System Shock 3. Cruzo los dedos para que en este caso, y ya con Warren Spector como director y no un simple asesor, los fans tengan el juego que merecen.
Lo tenía todo para convertirse en un grandísimo videojuego de rol y sigilo; la triste realidad es que Underworld Ascendant no pasa de ser una buena idea terriblemente mal ejecutada. Al margen de los errores técnicos, que los tiene a montones, y de su nefasta inteligencia artificial, el propio diseño de misiones con objetivos repetitivos y faltos de inspiración lo abocan al fracaso. Prometedor, sí, pero lejos, muy lejos de la calidad esperada, viniendo de un equipo de auténticas leyendas.
- La libertad de acción. Puedes completar las misiones como te plazca
- Magia, sigilo y combate se combinan con un buen diseño de niveles
- Terrible inteligencia artificial que arruina la experiencia de juego
- Misiones faltas de esa creatividad que el juego te invita a usar
- Errores, muchos errores. Parece un videojuego a medio acabar
