¿Imaginas tener tu parque de dinosaurios y construirlo a tu gusto y dirigirlo de la mejor manera? ¿Te ves capaz de impedir los accidentes y todo el caos de una "vida que se abre camino"? Te presentamos el análisis de Jurassic World Evolution para que veas si es tan divertido como parece.
Cuando se estrenó Parque Jurásico en los cines de todo el mundo en 1993, ya había estupendos videojuegos de gestión. MicroProse, por ejemplo, ya había demostrado varias veces que se podían crear cosas tan interesantes como Railroad Tycoon alrededor de algo aparentemente tan poco atractivo para los videojuegos como eran los trenes; y Maxis, auténticos maestros del género, se habían hecho un nombre con lanzamientos de todo tipo como SimCity, Sim Earth, Sim Farm o incluso un SimAnt que nos permitía dirigir desde dentro un hormiguero. En plena fiebre del género, ¿cómo es que no se lanzó un videojuego de gestión sobre Jurassic Park por aquel entonces? Cuesta imaginarse que, teniendo una base tan buena como la de la obra de Michael Crichton adaptada por Spielberg, no se hiciera en aquel momento. Sí que es cierto que mucho después vimos juegos de estrategia como Chaos Island: The Lost World, que giraba alrededor del universo convirtiéndolo en un RTS, e incluso el popular Jurassic Park Operation Genesis o un Jurassic Park III: Park Builder que ofrecían unos más que interesantes entretenimientos de gestión allá por 2003 y 2001, respectivamente.
Sin embargo, ninguno ha sido tan ambicioso como este Jurassic World Evolution que ha sido desarrollado para acompañar al estreno de la película de Jurassic World: El Reino Caído que llegó a los cines unos días antes. Lo firma Frontier Developments, que en los últimos tiempos ha visto como su realidad giraba alrededor del brillante soporte postlanzamiento de su no menos interesante Elite Dangerous. El equipo del ya veterano Dave Braben pone todo su saber hacer al servicio de los dinosaurios, y nos brinda un juego que viene a cumplir el sueño que algunos llevamos teniendo desde hace más de 20 años: dirigir y gestionar nuestro propio parque de atracciones con criaturas de hace miles de años, y hacerlo en un entorno bello en el que incluso podemos tomar parte directa y pilotar vehículos o disparar a las criaturas.
¿Te ves capaz de mantener a raya a las bestias mientras entretienes a tus visitantes? Jurassic World Evolution puede ser tu juego.
Teoría del Caos
La premisa de Jurassic World Evolution es aparentemente sencilla. Levanta tu propio parque de atracciones y entretén a la gente. Claro que la cosa se complica cuando sabemos que aquí no hay montañas rusas ni entretenimientos acuáticos, sino que lo que nuestros huéspedes vienen a ver son dinosaurios y, como buen puñado de inconscientes, cuanto más cerca estén de ellos los visitantes, mejor. A Frontier Developments todo esto de los parques de atracciones no les queda nada lejos, y es que ya han desarrollado otras propuestas de un perfil similar, pero de bastante más inofensivos entretenimientos, como Roller Coaster Tycoon 3: ¡Empapados! o ScreamRide.
Su nuevo proyecto va, precisamente, en la línea de algunos de sus productos anteriores. Tiene buenos engranajes internos para hacer que sintamos que siempre estamos avanzando y que estamos mezclando correctamente la libertad total que debe permitir un juego de gestión con, por ejemplo, una serie de objetivos y metas a corto-medio plazo para darnos cosas concretas que hacer. Es un camino que hace tiempo que han seguido muchos lanzamientos de este perfil y que, en Jurassic World Evolution, se consolida en forma de los denominados Contratos y que funcionan a modo de pequeñas misiones. Éstas se dividen en las divisiones a las que se destinan, Ciencia, Entretenimiento y Seguridad y la idea del programa es la de hacernos sentir dentro de las intrigas lógicas que habría entre tres departamentos que pugnan por llevarse la atención de los gestores, y que nos ofrecen suculentas recompensas a cambio de cumplir con sus peticiones: algunas de ellas de millones de dólares. A veces hay ciertas incongruencias entre lo que solicitan unos y otros, y que a menudo no están directamente vinculadas con sus disciplinas sino con las de los demás, pero en líneas generales la mecánica funciona a la hora de darnos quehaceres de manera constante.
La idea de cómo es incubar lo dinosaurios no está mal, pero acaba siendo repetitiva
Lo que no funciona tan bien es, por ejemplo, lo que debería ser uno de los puntos más importantes y satisfactorios de la propia propuesta del juego: crear y diseñar nuestros dinosaurios. La idea no está mal. Enviamos expediciones a determinados lugares del globo para que vuelvan con fósiles y, una vez extraídos, decidimos qué hacer con ellos. Podemos venderlos al mejor postor a cambio de enormes cantidades de dinero o extraer el ADN en caso de que nos interese. Al principio la carga genética es útil para poder ir liberando dinosaurios, hay más de 40 que descubrir y crear, y después emplearla para mejorar su genoma. Es decir, perfeccionar la especie en casi cualquier sentido que se nos ocurra para mejorar su viabilidad o, por ejemplo, modificarla con un sorprendente grado de personalización tanto de prestaciones como incluso de color. Sin embargo, el proceso no tardará en ser algo repetitivo y las sensaciones de tedio se ven incrementadas por lo pobremente implementado que está el tema de las excavaciones, meros puntos en el globo con los que interactuar pulsando un botón, y también por el hecho de que no podemos acelerar el tiempo (tampoco pausarlo o ralentizarlo), así que hay muchos tiempos de espera que parecen bastante innecesarios.
Esta ausencia de gestión del tiempo provoca que, al final, Jurassic World Evolution sea un lanzamiento donde hay muchas esperas. Muchísimas. Puede que estés aguardando a que tu ratio de ingresos por minuto te permita alcanzar lo necesario para crear la especie que quieres (algunas de ellas cuestan, literalmente, millones), o puede que esperes a que salga del cascarón tu nuevo dinosaurio o, sencillamente, a que se construya algo para poder avanzar. Muchas veces hay algo que hacer mientras, claro, aunque cuando son temas económicos y estás literalmente atado de pies y manos en cuanto a lo que puedes y lo que no puedes hacer por la falta de flujo de líquido, se me antoja incomprensible que no se haya incluido ninguna opción de manipular el tiempo. La verdad es que lo hermoso que es el escenario y lo hipnótico que resulta observar a las propias criaturas viviendo (o combatiendo) en él son distracciones fantásticas las primeras horas, pero cuando hayamos invertido unas cuantas a nuestras espaldas se nos empezará a antojar algo insuficiente.
Hay seis islas para explorar y donde crear nuestro propio Jurassic Park, pero a efectos prácticos todas ofrecen conclusiones parecidas y no cambian tanto en cuanto a su aspecto, desafíos u orografía como para que resulte agradable volver a invertir tantísimas horas en levantar el parque prácticamente desde cero. Además, al pasar de unas a otras perdemos todo nuestro músculo financiero y sólo la mítica Isla Nublar, que es completamente libre, parece compensar tantos esfuerzos. En cuanto a la construcción, todos esos niveles de personalización que hay en los dinosaurios no están presentes en los edificios que podemos levantar. Los vamos desbloqueando poco a poco, pero salvo definir el color de los vehículos que almacenan hay poco que podamos alterar en ellos, lo que produce una cierta sensación de que todo es muy bonito y uniforme desde lejos y, sin embargo, poco práctico a la hora de encontrar algunos de ellos por sus tremendas similitudes.
El Parque de tus Sueños
Hay otros elementos a tener en cuenta en el videojuego y que no funcionan mal a la hora de entretenernos. Más intrigante que otras de las secciones es el controlar la economía del juego, de una manera sencilla pero efectiva. Me ha gustado que podamos definir los productos que se venden en las tiendas o restaurantes que levantemos e incluso su precio, y es satisfactorio cuando tienes un parque de atracciones rentable y que depara beneficios. Es entonces cuando empiezas a sentirte seguro de ti mismo y te permites el lujo de arriesgar creando especies más complejas de "controlar" y, por lo tanto, maximizando también el interés del siempre morboso visitante. Además, me parece interesante la investigación, dividida en seis grandes ramas de entre seis desbloqueos la más pequeña y de casi treinta la que más. Tampoco hace gala de una enorme profundidad, pero la idea de ir liberando cosas a corto-medio plazo siempre es muy atractiva para este tipo de propuestas; y encontraremos desde nuevos dinosaurios, hasta construcciones inéditas o mejoras de las ya existentes o incluso tratamientos para las enfermedades de nuestras bestias.
Pilotar nosotros mismos los vehículos es una de las mejores ideas del juego
Más en el campo de las buenas ideas, y de las tremendamente rompedoras, está el hecho de que podemos "bajar a la arena" y mancharnos las manos. El título de Frontier Developments se desmarca de otras propuestas del género al permitirnos pilotar directamente jeeps o helicópteros, tan pronto como los construyamos, para hacer ciertas cosas por nosotros mismos o, sencillamente, para distraernos pilotándolos durante las largas esperas. Hay posibilidad incluso de manejar las armas de dardos y tratar de acertar a los dinosaurios para inocularles desde una vacuna hasta un calmante en caso de que estén descontrolados, hacer tareas más mundanas como reponer las zonas de alimentación para las bestias o incluso sacarles fotos. Son labores que son entretenidas las primeras horas pero que, como sucede con muchas otras partes del videojuego, no son demasiado estimulantes cuando pasa más rato.
Algunos de los escenarios tienen desafíos específicos, luchar contra la bancarrota en uno o lidiar con una tormenta en otro, no obstante al final lo más satisfactorio del juego es ocuparse de resolver los incidentes que pueden acabar sucediendo en una instalación de estas características. Peleas entre criaturas que hay que resolver para que no acaben matándose entre ellos, o cercados que pueden verse vulnerados por los dinosaurios y amenazar a los visitantes. Sus responsables prometieron sorprender con las crisis de Jurassic World Evolution, pero una vez vistas todas no diría tanto, aunque sí es relativamente espectacular ver a un T-Rex o a un Raptor comerse a la gente… Eso sí, no es la típica cosa que quieres para tu parque de atracciones.
Porque las grandes estrellas de Jurassic World Evolution en lo visual son, lógicamente, los propios dinosaurios. Se nota que es donde se ha volcado Frontier Developments, y los modelados y las animaciones de éstos hacen total honor a una producción de gran presupuesto como la que nos ocupa. Son fácilmente identificables y sus movimientos son de una gran naturalidad. No descartes entretener a los más pequeños de la casa sólo observándoles. Lo mismo pasa con otros elementos de fenomenal acabado como las construcciones, los propios escenarios o incluso los efectos como la lluvia. Sin embargo, y con todo el fantástico nivel de detalle que hay en todo ello, e incluso en unos vehículos que son mejorables pero que rayan a bastante buen nivel, hay que dejar claro la pobreza de los visitantes del parque. Los "civiles" se mueven como almas en pena por nuestras instalaciones, no tienen vida, no aportan una sensación exacta de lo que les interesa ni de lo que les entretiene (ni visual ni con estadísticas), y resulta complicado verlos como algo más allá que un flujo de gente que se mueve para que el parque no parezca algo tan estático y que, a lo sumo, se apartan torpemente cuando pasamos a su lado con nuestro coche. Así mismo, hay una buena optimización en PC, con ricas de opciones gráficas para definir el aspecto que queremos que tenga y adaptarlo a nuestro equipo, y funciona bien en PS4 y Xbox One donde, además, está bien adaptado al mando.
En otro orden de cosas, el juego no es ajeno a las habituales polémicas sobre los contenidos postlanzamiento y, en esta ocasión, por una decisión más bien controvertida. El videojuego ha salido a la venta en un pack estándar con el juego en sí mismo, y también con una edición Paquete Deluxe que incluye cinco especies de dinosaurios más que, sin duda, los más completistas echarán en falta en la fórmula de Frontier Developments. Estiracosaurio, Crichtonsaurus (especie real bautizada en homenaje al escritor Michael Crichton), Majungasaurus, Archaeornithomimus y el Suchomimo. Es curioso que el juego se haya adherido a esa fantástica corriente actual de que haya cada vez más videojuegos que optan por lanzar contenidos a posteriori de manera gratuita, y prepare muchas criaturas que llegarán en el futuro sin coste alguno, pero que al mismo tiempo desembarque con un DLC de pago que está disponible desde el día 1.
Así mismo, es realmente desconcertante que ninguna especie marina o voladora figure en el índice de criaturas que podemos incubar y criar en el título: supongo que se debe a los desafíos de implementar mecánicas jugables para ese tipo de dinosaurios, quiero pensar que no se debe nuevamente a una decisión de estrategia comercial, pero aún así es un elemento que echo en falta y que la propia Frontier Developments ya aseguró que sería algo en lo que se volcarían si había suficiente demanda.
Donde no hay absolutamente ningún elemento que reprocharle a Jurassic World Evolution es en su faceta sonora. Ahí el acabado del videojuego es de 10. Para empezar, llega perfectamente doblado a nuestro idioma con voces de excelente nivel y, en los casos de personajes de las películas (las antiguas y las nuevas), con sus actores de doblaje de los largometrajes en nuestro país y con Jeff Goldblum haciendo de Ian Malcolm o Bryce Dallas Howard en una versión original; VO, eso sí y de manera desconcertante, que no está accesible desde el menú de opciones. Los efectos de audio son también fantásticos, y la banda sonora es para quitarse el sombrero, con incluso unos cuantos temas recogidos directamente de la banda sonora de John Williams que, para delirio de los fans, provienen de las películas clásicas.
Hay cosas que se podrían haber mejorado de una forma muy sencilla para hacer de la experiencia de Jurassic World Evolution algo mucho más agradable. Pero, teniendo en cuenta que seguramente muchas de ellas se acabarán implementando, y que en su estado actual es un juego mucho más que entretenido; lo nuevo de Frontier Developments puede resultar una opción muy interesante para los fans de los videojuegos de gestión ligera en general y de los dinosaurios en particular. Sólo queda ver cómo progresa.
Comprar Jurassic World Evolution- Poder crear nuestro propio parque de dinosaurios es maravilloso
- Cuando los engranajes giran y todo funciona es muy satisfactorio
- Es un detalle genial poder tomar parte directa de la acción y los vehículos
- La ambientación que se crea con la banda sonora, los actores reales de la película…
- Si estás acostumbrado al género es un acercamiento algo básico y sencillo
- Algunas mecánicas, como la del incubado de dinosaurios, son repetitivas
- Desconcierta que no haya posibilidad alguna de controlar el tiempo
