Conducción diferente y atrevida. Análisis de Onrush

Conducción diferente y atrevida. Análisis de Onrush
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Doce competidores. Ocho vehículos. Doce pistas. Cuatro modos de juego. En este análisis de ONRUSH pasamos a examen uno de los juegos de conducción más atrevidos que intenta tomar una visión muy diferente a la fórmula arcade, aportando grandes dosis de caos y destrucción a la mezcla.

ONRUSH está cogiendo desprevenido a más de un aficionado a los juegos de conducción. Principalmente porque es difícil llamar a la nueva obra de Paul Rustchynsky un simple "juego de carreras". No hay una competición por llegar a la meta, ni nada parecido a posiciones o quedar en primer lugar. Aquí los circuitos están creados y orientados al caos en estado puro. Una reformulación enfocada al multijugador (principalmente) que tiene como objetivo demostrar tus habilidades al volante para chocarte adecuadamente, más que la conducción limpia.

Si tuviera que catalogarlo de alguna forma, creo que ONRUSH sería algo más parecido a un Hero Racer que a cualquier otro denominador del género de conducción. Sus partidas se dividen en equipos y modos de juego, y todas las acciones de los jugadores suman puntos a la causa. La elección de nuestro bólido supone un estilo de juego que aporta unas fortalezas al equipo, pero también unas debilidades. Las motos son perfectas para la velocidad y la maniobrabilidad, pero muy propensas a que un leve empujón acabe con nosotros. Los coches más grandes y con mayor carrocería se aseguran una ventaja a la hora de tumbar rivales, pero son también más lentos en las contiendas.

La primera vez que ves las habilidades de cada vehículo me parecieron algo simplificadas, pero poco a poco, a medida que fui completando carreras, me di cuenta de la buena variedad que había en todos los vehículos. Los ocho tipos de vehículos disponibles en OnRush se agrupan en cuatro categorías según su peso, pero todos tienen habilidades que bien utilizadas en el modo de juego adecuado pueden lograr resultados sorprendentes. Sí es cierto que en algunas ocasiones las habilidades parecen estar más enfocadas a crear efectos adversos a nuestras espaldas, por lo que pueden resultar menos espectaculares, pero el buen balance entre todos ellos los hace muy útiles si aprendemos a manejarlos todos.

Es difícil llamar a Onrush un simple 'juego de carreras'

Creo que encontrar ese equilibrio (unido a la posibilidad de poder cambiar de vehículo según las necesidades) hace de ONRUSH una apuesta muy diferente en la que en muchas ocasiones, sin embargo, no terminaremos de sentir que la victoria ha sido completamente nuestra, sino de un trabajo de equipo. Incluso en las competiciones offline he llegado a un punto en el que la inteligencia artificial ha condicionado muchas de mis partidas. Por supuesto, hay ciertos premios individuales y cierta sensación de progresión en nuestro dominio a medida que hacemos derribos espectaculares, pero el resultado final está supeditado al esfuerzo grupal.

Conducción diferente y atrevida. Análisis de Onrush

Cuatro caminos hacia el caos

Los cuatro modos disponibles, lamentablemente, no terminan de ayudar a que la experiencia sea muy variada. Overdrive es el más representativo, que insta a conseguir puntos para nuestro equipo quemando nitro, activando Rush para acceder a las habilidades especiales de cada vehículo o realizando derribos a otros jugadores, que a su vez perderán puntos hasta que hagan respawn. Countdown es lo más parecido a una carrera de verdad, teniendo que pasar por puntos de control, premiando a los jugadores en cabeza y evitando a base de empujones y derribos que los demás jugadores pasen por las puertas.

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Los derribos más espectaculares vienen al aplastar a un coche tras un salto.
Los derribos más espectaculares vienen al aplastar a un coche tras un salto.


Switch es muy variado y divertido. Nos insta a empezar con motos, para acumular eliminaciones y cambiar de categoría a un vehículo mayor. Una vez que cambiemos tres veces, estamos eliminados y tendremos que prestar ayuda al resto con uno de los vehículos grandes. Para terminar, en Lockdown hay que controlar una zona hasta capturarla, por lo que cuantos más vehículos estén en ella más fácil será de contrarrestar, formando en el círculo un buen caos y situaciones de verdadero desenfreno.

Los modos son originales, pero la intensidad que me han producido en mis primeras partidas termina por difuminarse con el paso del tiempo. En el modo offline, Superestrella, llega un punto en el que volver a competir en unas condiciones muy similares se torna algo monótono, y a partir de ese punto el multijugador fue mi única vía de escape. Es, en el fondo, la verdadera esencia de ONRUSH, aunque una en la que a veces he tenido la sensación de no tener siempre el control total de la partida. Alcanzar el punto caliente de la carrera en algunos momentos puede llegar a ser complicado con los respawns, que te deja con las manos atadas y sin poder aportar lo suficiente a tu equipo. En ocasiones, incluso, me ha sido más sencillo frenar para que el juego me teletransporte a la cabeza de carrera. Una táctica más útil que intentar "jugar limpio".

Las motos son débiles, pero rápidas y los coches grandes fuertes, pero lentos. El juego logra un buen equilibrio en los vehículos.
Las motos son débiles, pero rápidas y los coches grandes fuertes, pero lentos. El juego logra un buen equilibrio en los vehículos.


Hay momentos inolvidables, porque el caos que se provoca en la carrera, con todo tipo de piezas y coches destruidos volando, es ciertamente notorio. Combinar destrozos de la IA a medida que vas haciendo piruetas con la moto o giros con el coche para acumular nitro y Rush es algo hipnótico, y el juego me ha dado lo mejor de sí cuando he sido capaz de clavar un derribo aéreo, templando el nitro y aplastando a un rival, o realizando un choque frontal al cortar una curva.

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Gastando nitro

Los circuitos ayudan. Un total de 12 pistas que tienen algunas desviaciones y en los que van pasando las horas del día, mientras que poseen variaciones según la estación del año. Lo cierto es que el equipo de Codemasters ha conseguido aquí sacarse un motor gráfico que no sólo muestra unos escenarios y vehículos nítidos y detallados, sino que se permite esta variación de condiciones lumínicas a velocidades de vértigo y con una tasa de frames sólida en los 60 fotogramas por segundo. Una verdadera proeza para un juego de estas características. No puedo decir lo mismo del apartado sonoro, que si bien tiene unos efectos que demuestran el destrozo en pista correctamente, se acompaña con una banda sonora propia bastante genérica y poco inspirada.

 Su mecánica de nitro es interesante. Conseguimos nitro saltando, derribando y aplicamos el turbo gastado al modo Rush para liberar todo el potencial de nuestro vehículo.
Su mecánica de nitro es interesante. Conseguimos nitro saltando, derribando y aplicamos el turbo gastado al modo Rush para liberar todo el potencial de nuestro vehículo.


ONRUSH es un juego muy original, que viene de un creador como Paul Rustchynsky al que respeto por obras que considero son merecedoras de más réditos de los que tuvieron como la saga Motorstorm y DriveClub. Su visión de ONRUSH vuelve a ser tanto o más original y eso es algo que valoro mucho, pero no puedo evitar, al ponerme a los mandos, tener la sensación de que la diversión termina demasiado pronto. Que el juego saca a relucir sus mejores galas en la primera cita y luego las repite constantemente las siguientes.

Se puede perfeccionar el estilo y doy por seguro que habrá jugadores que logren resultados sorprendentes, pero la falta de progresión en los vehículos, que relega a accesorios púramente estéticos, hace que la experiencia sea siempre muy homogénea. Cada vehículo tiene unas particularidades que los hace únicos. Algunos son perfectos para los derribos, otros para las aproximaciones aéreas, otros roban nitro y son capaces de desestabilizar a rivales, mientras que otros son directamente moles a los que hay que tener cuidado al acercarse. El equilibrio está muy conseguido, pero se echa de menos que correr, competir y lograr puntos para tu equipo pueda cambiar este estilo de juego abriéndose a nuevas posibilidades que lo hagan más complejo, especializado y desafiante.

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Onrush es una experiencia que brilla con mucha intensidad y se apaga con igual rapidez

Mi experiencia con ONRUSH ha sido en su mayoría gratificante, salvo algunas partidas en los que se genera cierta frustración al no alcanzar el núcleo de la carrera. Sus modos son muy originales y se agradece enormemente que en los años tan complicados que vivimos para el género de la conducción arcade sigan saliendo propuestas que intenten conseguir cosas nuevas. En el caso del análisis de ONRUSH valoramos su atrevimiento, y no dudo de que si contase con otra oportunidad, sería capaz de hacer despegar muchas de las posibilidades que ya desprende. En el presente juego, el resultado es rabiosamente divertido, pero también una experiencia que brilla con mucha intensidad y se apaga con igual rapidez.

Bueno

Sin sello
Conducción diferente y atrevida. Análisis de Onrush

ONRUSH

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

ONRUSH es un arcade de conducción como pocos vas a encontrar en el género y eso es algo a valorar. Sin embargo, aunque es divertido a rabiar, su fórmula puede llegar a repetirse demasiado al igual que sus modos. Le habría sentado bien un sistema de progresión para los vehículos que aportase más variedad al conjunto, aunque lo suple con doce circuitos con distintas climatologías que muestra un apartado visual más que correcto y sobre todo, sorprendentemente fluido para todo lo que ocurre en pantalla. Enfocado sobre todo al multijugador, aunque con pruebas offline, ONRUSH es un juego atrevido y desenfadado, que en una segunda parte podría combinar toda su intensidad con más variedad y contenido.

Comprar ONRUSH
  • Una propuesta divertida y, sobre todo, original.
  • El caos que se produce en algunos momentos de la carrera es hipnótico.
  • La variedad de circuitos y condiciones climáticas en un motor sólido a 60 fps.
  • La fórmula tiende rápidamente a ser algo repetitiva.
  • Los modos de juego, aunque muy originales, son algo escasos.
  • Echamos de menos un sistema de progresión para lograr más profundidad en sus mecánicas.
Jugadores: 1-12
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 10-12 horas + multijugador incalculable
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