Un misterioso internado en el que viven solos seis chicos y un director. Un espíritu que encarnamos en realidad virtual que tendrá que descubrir en varias secuencias temporales el misterio que los rodea. En el análisis de Déraciné, te contamos sus claves jugables de esta curiosa obra perpetrada por los creadores de la saga Souls, FromSoftware.
Si algo me ha enseñado Déraciné es que lo de la forma de contar historias de FromSoftware no es ni casual ni atribuida a su particular estilo de juegos. La narrativa fragmentada de la que hace gala el estudio una y otra vez se adecúa también a un género tan remoto para la japonesa como es esta aventura de puzles. Casi un intento de walking simulator si no fuera por las características propias de la realidad virtual. Y aunque creo que se han quedado en el camino a la hora de cumplir todo lo que se han propuesto con esta historia de espíritus y amistad, puede notarse en su fuero interno el alma de sus juegos, que no sólo se ven, se escuchan y se leen, sino que estimula la imaginación para conectar los puntos. Que ese clic en el que todo (o la mayoría) encaja, no suceda en la pantalla, sino en tu cabeza.
Por eso no sorprende que esto no haya sido un proyecto paralelo, una excentricidad de FromSoftware, sino que venga firmada por la mano del propio Hidetaka Miyazaki. De nuevo me hace reflexionar si toda la maestría puesta en las mecánicas, el diseño y el combate de la saga Souls no parte de un elemento a menudo tan postergado y supeditado en la realización de un videojuego como es la historia. A esa lógica interna que sus juegos te invitan a descubrir y que de nuevo sucede en este que tenemos entre manos. El problema de Déraciné es que, si bien esta va cogiendo cada vez más ímpetu, a su vez se va desinflando en su propuesta jugable.
La música suena siempre poderosa, magia y encantadora
He hablado infinidad de ocasiones en estos análisis de realidad virtual que el verdadero corazón de esta forma de hacer videojuegos no radica en la perspectiva, sino en la imaginación del creador. El uso de la cámara libre para descubrir elementos del escenario, de la gesticulación de movimientos como puzle o de una inmersión única que una pantalla plana no puede dar. Déraciné, con algunos cambios que tampoco echaríamos mucho de menos, se podría jugar perfectamente sin necesidad de VR y en situaciones hasta ganaría la inmersión que se pierde entre los constantes teletransportes de nuestro personaje provistos para esquivar los mareos del jugador. Por supuesto que también se perdería esa magia de transportarse a otro mundo, en este caso un internado muy bien recreado, pero que en ocasiones pierde parte de su encanto por evitar el movimiento continuo que produce los mareos en realidad virtual. Afortunadamente, la música suena siempre poderosa, magia y encantadora, evocando a algunas piezas memorables y tranquilas de sus anteriores trabajos.
Para tratarse de un juego de puzles pocas veces he tenido que contemplar el escenario con atención, en busca de pistas y gracias a los movimientos que puedes hacer con la cabeza. El uso del PS Move, único medio de control, se puede antojar además algo errático (sobre todo si no juegas de pie) y las acciones que realizamos no necesitan realmente de un movimiento giroscópico y realista. Es decir, no tendrás ni que girar una llave en una cerradura, basta con que la acerques a la posición. Pero más flagrante que todo esto es que una mecánica tan interesante como la absorción de una vida como tiempo restante para dárselo a otro ser, el leit motiv y mensaje de la obra, se utilice en apenas cuatro ocasiones y no sea el motor sobre el que gire toda la bobina.
La casa de los espíritus
Me es difícil contar nada más, ya que donde más brilla Déraciné es precisamente en su historia o, más bien, en su forma de contarla. Como espíritu (o hada, la traducción es interpretable), tenemos el poder de vivir en la quietud del tiempo y avanzar o retroceder en él, salvo que la estructura del videojuego constriñe esta voluntad. Nacemos en lo que parece un internado en el que viven varios niños y un profesor, y poco a poco iremos influyendo en sus vidas hasta que los acontecimientos escalen peligrosamente.
Quizá por la necesidad de explicar bien sus puzles, Déraciné arranca peligrosamente lento. De hecho, es cuando se centra en la historia el momento en el que el argumento se pone más interesante y la pluma de FromSoftware, a medio camino entre la descripción de objetos y esa mencionada narrativa fragmentada brilla con más fuerza. Sorprendente la forma en la que todo el sistema sobrenatural, esa lógica interna que mencionaba antes, encaja como los engranajes de un reloj.
Si hubiera potenciado esta narrativa, incluso en detrimento de los puzles, o hubiera construido puzles tan originales como su argumento, estaríamos hablando de un título redondo. Se nota, sin embargo, la falta de experiencia del estudio en el ámbito de la realidad virtual que, incluso con buenas intenciones, no logra guiar al jugador y puede perderlo en el intento. Hasta el punto de que se enreda demasiado en el final, en el que una opción algo mal traducida por problemas de espacio en las cajas de texto y una acción demasiado oculta si no estás atento, pueden dar al traste con tu experiencia. La consecuencia puede llegar a repetir todo el juego si no te andas con cuidado.
Donde más brilla Déraciné es en la forma de contar su historia
Por un precio adecuado, el aficionado a la realidad virtual de PS VR, si además lo es de la narrativa de FromSoftware, puede quedarse con lo bueno de la obra, que también lo tiene. Creo que hay una sensibilidad en su mensaje y en la forma de contarlo que sigue siendo bastante única en nuestra industria. Se nota ese alma japonesa de marcado carácter sintoísta en el que se relacionan con los espíritus y los objetos. En lo jugable y estructural, puede resultar sin embargo demasiado simple, caótico e incluso a veces inconexo, pero no se puede decir, en ninguna circunstancia, que no resulte seductor y personal.
Déraciné mezcla una tierna historia de espíritus y amistad con puzles en realidad virtual. El resultado produce sensaciones mixtas, ya que si bien su historia, aunque tarda en arrancar, va resultando cada vez más interesante, sus mecánicas de juego no sacan provecho de las gafas ni ofrecen nada que resalte por su ingenio o por su ejecución. Un experimento interesante, que se beneficia sobre todo de la narrativa fragmentada característica del estudio a la hora de elaborar su historia.
Comprar Déraciné- La música, hermosa y cautivadora
- La narrativa fragmentada propia de FromSoftware mantiene el interés...
- ...Aunque tarda muchísimo en arrancar y ponerse verdaderamente interesante
- Puzles demasiado simples y repetitivos. A veces, poco interesantes
- No termina de aprovechar las características únicas de la realidad virtual
