Las catástrofes naturales son las principales protagonistas en este adictivo videojuego de estrategia por turnos que también expande sus opciones displomáticas. En el análisis de Civilization VI: Gathering Storm disfrutamos de un turno más para hablaros de todo lo bueno que presenta el juego de Firaxis Games.
Ha vuelto a pasar. Creía estar preparado, listo para echar unas cuantas partidas, escribir el análisis y seguir a otra cosa. Qué iluso. Uno tras otro pasaron los turnos… y horas después ahí seguía; planeando, inventando, explorando y conquistando. Acabé el análisis y sí, claro, seguía jugando. Siempre hay tiempo para un turno más. "A ver qué pasa", te dices a ti mismo; "si solo es un turno más y acabo", repites sin cesar como si alguien te juzgara. Pero nunca acabas, ¡siempre quieres más!, porque la saga Civilization tiene algo que la hace única. Es pura adicción. Empiezas y ya no puedes parar. Menos si el equipo de Firaxis Games mejora la experiencia con nuevos contenidos como los que presenta Civilization VI: Gathering Storm. No es una revolución pero sí un inteligente paso adelante; una evolución que busca hacer del tablero de juego un escenario más interactivo con una serie de catástrofes medioambientales que han resultado ser todo un acierto.
Tendemos a pensar que el planeta Tierra es de nuestra propiedad, que tenemos derecho a explotar sus recursos sin importar las consecuencias, pero la segunda gran expansión de contenidos de Civilizacion VI refleja justo lo contrario. Las hay y estas pueden ser catastróficas. Volcanes, tornados, riadas, sequías… nadie está a salvo de la madre naturaleza en un videojuego de estrategia por turnos que obliga a pensar de un modo algo diferente. ¿Dónde asentarás tus ciudades? ¿Seguro que quieres construir un distrito en ese lugar? A veces las inundaciones, ¡o incluso la lava!, pueden mejorar el rendimiento de los cultivos, pero otras también se llevarán por delante granjas y edificios, obligándonos a reparar los desperfectos si queremos recuperar el control del lugar. Todo es aleatorio, nunca sabes cuándo va a ocurrir, pero obviamente el escenario habla por sí mismo; te hace ver que estás construyendo cerca de una región volcánica, o en mitad de un desierto donde las tormentas de arena pueden ser un incordio, y tu ya decides si arriesgas o no.
Y las aguas cubrieron el mundo
Lo que más me ha gustado de esta nueva expansión de Civi 6 es que estas catástrofes naturales son, al final, lo de menos. El gran problema llega con el cambio climático; con esa loca carrera por ver quién contamina más, y que en última instancia provocará que el nivel de las aguas suba y suba llevándose por delante islas y zonas costeras. Tal cual. Si teníais ciudades, maravillas, distritos o lo que fuera, el agua se encargará de borrarlos del mapa. Y os lo garantizo, duele, y mucho. Afortunadamente lo nuevo de Firaxis Games no os deja indefensos ante estas situaciones apocalípticas. Podéis construir presas que eviten las inundaciones de los ríos, además de diques que contengan la crecida de los mares.
La cuestión es que hay que invertir en estas mejoras; investigar y construir. Lo digo porque en una primera partida no le di la importancia necesaria y me arrepentí, claro. Ver cómo el Big Ben se pierde en las profundidades marinas es un drama absoluto. Pero de todo se aprende y Gathering Storm es un videojuego que invita a explorar todas sus opciones estratégicas. Incluso cuenta con nuevas maravillas que buscan potenciar esta mayor interacción con los escenarios. Hablo del conocido puente Golden Gate, que permite unir dos porciones de tierra, o el Canal de Panamá, que ofrece ventajas similares siendo esta infraestructura uno de los nuevos distritos que puedes construir.
Gathering Storm es un videojuego que invita a explorar todas sus opciones estratégicas
¿Temes los efectos del cambio climático? La respuesta es la misma que escucharías en la vida real: contamina lo menos posible. Es determinante… y a veces también difícil de cumplir. A fin de cuentas el dinero manda. La nueva expansión de Civilization VI introduce la energía como recurso necesario para hacer funcionar ciertos edificios y distritos. Con ella podemos mejorar la producción, ganar más dinero por turno, pero la vía rápida pasa por usar como combustible el carbón y petróleo. Abusa de ello y acabarás convirtiendo el planeta en una olla a presión a punto de estallar. La alternativa son las energías limpias; molinos de viento o paneles solares que son más caros de producir, cuesta más llegar a ellos, pero a cambio evitan que el planeta se vaya al garete; que las inundaciones, sequías o terribles olas de frío asolen la Tierra. Cuestión de perspectiva.
Y sí, al final, esto no es algo que dependa enteramente de vosotros. Si sois listos, claro, podeis anticipar y minimizar el daño de los desastres naturales pero estos, con el paso de los turnos, conforme crezcan las emisiones de C02, irán a más creando un escenario poco menos que terrorífico. Toca hacer política, convencer a otros para que guíen al mundo por el buen camino, y de esa necesidad nace el Congreso Mundial, una especie de Naciones Unidas donde los líderes de cada civilización debatirán y tomarán decisiones que afecten de inmediato a las reglas de juego. Puede llegar a ser diabólicamente divertido. Castigar las rutas comerciales de un rival, penalizar el uso de ciertos recursos o favorecer una religión concreta son algunas de las cuestiones que podéis tratar en estas reuniones, donde el favor diplomático es clave para alcanzar el éxito.
Esta nueva moneda se genera estableciendo alianzas con las ciudades libres pero también podéis comerciar con ella, ofrecer recursos a cambio de la misma o a la inversa. Solo os digo una cosa. Actuad con cabeza. No os interesa estar "desarmados" en un Congreso Mundial donde se debata acerca de ir a la guerra… ¡en vuestra contra! Y me gusta. Me encanta que se potencie la diplomacia y que esta se sienta más natural dentro del juego. Ahora hay matices, más opciones, nuevas formas de relacionarse con otras naciones gracias a las promesas y quejas. ¿Os molesta que se asienten cerca de vuestros dominios? ¿Habéis pillado infraganti a unos espías? Empezad por pedir explicaciones a vuestros rivales y sacadles la promesa de que no volverán a hacerlo. Si la incumplen, tendrán que pagar con favor diplomático y de paso, acumularéis también quejas, que es una moneda con la que podréis justificar la guerra.
Ahora imaginad usar todo ese poder político para, en un Congreso Mundial, lograr que todos se posicionen contra una nación específica. Estas alianzas, que también podemos sufrir en nuestras carnes, son un gran añadido que casa a la perfección con las emergencias que ya presentó la anterior expansión Rise and Fall. En la misma medida las catástrofes naturales pueden unir a las distintas civilizaciones para solventar toda clase de crisis. Las habrá, claro, pero como decía, nada hay más divertido que enfrentarse a estos desafíos durante un turno más… y otro, otro y los que hagan falta. Quién podría resistirse teniendo además ocho nuevas civilizaciones que añaden mecánicas de juego de lo más interesantes como Canadá, que puede crear granjas en zonas heladas, o los Incas, que podrán construirlas en montañas, o bien crear túneles para atravesar estas barreras naturales con gran celeridad.
Es una expansión que ofrece nuevas formas de disfrutar de una serie legendaria
Cada vez que he iniciado una nueva partida con cualquiera de estas civilizaciones lo he hecho emocionado, con ilusión, pensando en todas las opciones estratégicas que tenía al alcance. No es una revolución, lo decía antes, pero sí un inteligente paso adelante que supone la excusa perfecta para volver a dedicar decenas de horas frente al PC. Si es que el tiempo vuela en cuanto tus colonos pisan el tablero de juego y fundan una nueva ciudad. Y lo mejor son las historias que creas y compartes con tus amigos, a los que podrás enfrentarte gracias al potente multijugador de Civilization 6: Gathering Storm. ¿Te sabe a poco? Todavía no os he hablado de las nuevas tecnologías futuristas, que os darán acceso a unidades y edificios sorprendentes, de los accidentes nucleares que causan estragos, o la posibilidad de crear líneas ferroviarias que agilicen vuestros movimientos sobre el tablero.
Son pequeñas novedades, ajustes que ayudan a hacer de esta una experiencia más disfrutable, que ahora cuenta también con un nuevo tipo de victoria, la diplomática, que amplía las posibilidades de juego. Por si no fuera suficiente, esta expansión de Civi 6 introduce escenarios históricos que nos proponen retos de lo más interesantes. El único al que he tenido acceso ha sido el de La Peste Negra, una plaga que se extiende por todas las ciudades obligándote a tomar decisiones difíciles que cambian el modo de gestionar tu imperio, pero también estará disponible uno dedicado a la Primera Guerra Mundial. Por todo ello cualquier seguidor de la saga Civilization debería darle una oportunidad a este Gathering Storm. Es una expansión que ofrece nuevas formas de disfrutar de una serie legendaria por la que no parecen pasar los años. Y solo por eso, ya es digna de elogio.
El cambio climático y sus terribles consecuencias son la excusa perfecta para regresar al mundo de Civilization VI y jugar ese otro "un turno más" que nunca acaba. Gathering Storm plantea nuevos desafíos en un entorno más interactivo y peligroso que nunca. Volcanes, tornados, sequías o maremotos; en cualquier momento la madre naturaleza puede golpear y cambiar nuestros planes de conquista en un videojuego que divierte y engancha como pocos. Con más civilizaciones entre las que elegir y un Congreso Mundial que ofrece nuevas formas de potenciar la diplomacia, no te lo pienses, este es tu juego.
- Las catástrofes naturales están bien integradas en la acción del videojuego
- El Congreso Mundial aporta una nueva perspectiva a la diplomacia
- Las nuevas civilizaciones. Es muy divertido descubrir sus características únicas
- Alguna tecnología extra, o más unidades únicas, le habrían sentado genial
- La IA continúa teniendo comportamientos erráticos. No es grave, pero a veces puede ser molesto
