Gallinaesmoking / 30 de diciembre de 2018 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

7 Interesante

El demonio de tinta 
Me gustaría empezar este análisis dejando bien claro que este juego ES MAS QUE LA SUMA DE SUS PARTES.

Podría señalar que los puzles en los que se basa gran parte de la jugabilidad del juego son simples y genéricos hasta el absurdo (que lo son), que el terror del juego se basa en gran medida en jump-scares y algún que otro bicho mas grande que los otros (que lo hace) o que su sistema de combate basado en usar un palo , o un hacha según el capitulo, para matar a los monstruos a base de golpes en la cabeza es comparable a una mala versión de los topos locos (que lo es). Podría hacerlo, ¿pero sabéis que? ESTABA DEMASIADO OCUPADO DISFRUTANDO COMO UNA MAGDALENA COMO PARA DARLES IMPORTANCIA A ESTOS DEFECTOS.

Y lo mas extraño de todo es que no se exactamente porque. Quizás tenga algo que ver con su ambientación y temática que nos trasladan a una época en la que Walt Disney y los hermanos Fleischer enamoraban al mundo con sus dibujos pero con un toque oscuro y macabro que resulta en una explosiva combinación , a lo mejor se trata de sus personajes todos muy bien desarrollados y entretenidos y cuyas tramas y misterios no hacen mas que mejorar con el tiempo, aunque probablemente una historia entretenida y misteriosa que te incita a querer saber como va a seguir y un trasfondo oculto a simple vista (pensad en juegos como Dark souls o Little nightmares) sea el factor mas importante en todo este conjunto.

EN RESUMEN: BENDY AND THE INK MACHINE TIENE SUS DEFECTOS, QUE NO SON POCOS Y NO SON PEQUEÑOS, PERO EL CONJUNTO CONSIGUE NO SE COMO SER ENTRETENIDO Y TENERTE ENGANCHADO A LA PANTALLA DE PRINCIPIO A FIN, SIN DUDA UN JUEGO AL QUE VALE LA PENA JUGAR.

Macija / 12 de diciembre de 2018 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

5,5 Mediocre

El lado oscuro de Disney
Hay algunos juegos que solamente con su estilo artístico te atrapan. Juegos como Cuphead o el reciente Octopath Traveller, que aunque tienen mucho más detrás, lo primero que te cautiva es su presentación. Amor a primera vista, se podría decir. Algo así me pasó con Bendy and the Ink Machine. La primera vez que vi el juego quedé prendado por su ambientación y por su estilo artístico, especialmente por esa atmósfera tan densa que transmitía y esas pinceladas que apuntaban hacia una historia bastante prometedora. Así que me lo apunté y ahora que han llegado al mercado los cinco capítulos con su versión física (porque yo soy más de la vieja escuela que estos monigotes) por fin he podido sentarme y disfrutar de esta obra, que tiene sus luces… pero también muchas sombras.

Ya que es lo primero que atrae, empecemos hablando de su estilo artístico. Es sin duda el punto más fuerte del juego, con un diseño muy reminiscente de los dibujos animados del principio del siglo XX, pero en lugar de basarse en animaciones elásticas y paletas de colores vibrantes como Cuphead, van aún más atrás, a la época muda de la animación en blanco y negro, un estilo que le sienta como un guante a un juego de terror como este ya que, seamos honestos, esos dibujos de por sí podían ser bastante creepy. El juego aprovecha muy bien esta estética tanto en su escenario, un taller decrépito plagado de secretos, como en sus personajes, muy reminiscentes a los primeros diseños de Disney, pero con un toque inquietante, y a veces, macabro.

Este apartado, unido a un genial uso del sonido, hace que desde el primer momento el juego tenga una atmósfera tensa y asfixiante, poniéndote en alerta desde el minuto uno, aunque esta tensión se ve resentida según avanzamos en la aventura debido a varios factores. Los primeros dos capítulos me parecen brillantes, especialmente el primero, y es donde más destaca la genial atmósfera de este juego. Sin embargo, los escenarios pecan de repetitivos, siendo muy parecidos entre sí y, aunque esto tenga sentido dentro del juego, nos acabamos familiarizando con ellos y, por lo tanto, relajándonos.

Otro punto que me parece que afecta negativamente a la opresión del juego es el encuentro con enemigos. Mientras que en otros juegos como Alien Isolation o Outlast estos son precisamente los momentos más tensos, en Bendy and the Ink Machine no funciona tan bien, ya que estos enfrentamientos no están bien diseñados. Algunos enemigos nos obligarán a usar el sigilo o a evitarlos, pero en la mayoría de los casos podremos usar un arma contundente para acabar con ellos, muriendo de apenas un par de golpes, por lo que realmente no tenemos motivos para temer por nuestra vida. Tanto el sigilo como el combate son simples hasta decir basta, y aunque el sigilo es funcional, el combate es muy decepcionante. Para empezar, solo podemos golpear con nuestra arma como si de Minecraft se tratase, sin ningún tipo de opciones o táctica, pero aún así el juego falla muchísimo a la hora de detectar el impacto con los enemigos y no registra muchos de los golpes que hemos acertado, hasta el punto en que en un momento tuve que cargar una partida anterior porque un enemigo se había bloqueado en una posición ligeramente inferior a la mía y, aunque le estaba golpeando, el juego opinaba de forma distinta. El juego también presenta otros fallos como una IA bastante bastante cortita, fallos de traducción (si me dicen que el juego lo han traducido con Google Translate me lo creo) y momentos que se queda bloqueado y te obliga a reiniciar el juego, lo cual me pasó una vez justo en el final del juego.

Siguiendo con la jugabilidad, el diseño de las misiones en sí es muy simple. Este tipo de juegos no suelen destacar en este aspecto, pero en este caso es excesivamente pobre. Prácticamente todas las misiones se basan en recoger algún objeto para seguir avanzando en la historia, sin apenas ideas interesantes o mecánicas nuevas. Esto se vuelve especialmente insultante en el tercer capítulo, que sin exagerar lo pasamos entero haciendo recados una y otra vez recorriendo el mismo escenario, llegando incluso el mismo juego a llamarnos “chico de los recados”. Por suerte el cuarto capítulo mejora muchísimo, pero sin duda es el punto más bajo del juego y el momento que se carga completamente toda la atmósfera y tensión que habían construido en los dos primeros capítulos, recuperándose un poco hasta llegar al final del juego… Que tampoco está muy lejos, ya que puedes pasarte el juego sin problemas en menos de cuatro horas.

En cuanto a la historia, también es un poco irregular. La premisa es muy intrigante y realmente es satisfactorio intentar conectar las piezas a través de los registros de audio y pistas en el entorno, y el elenco de personajes, aunque limitado, también resulta interesante y llegó a sorprenderme el cariño que le cogí a algunos de ellos. Sin embargo, el final del juego, sin entrar en detalles, para mí fue decepcionante, concluyendo la historia de una forma que no me hizo mucha gracia y dejando muchos enigmas sin resolver.

Puede que haya pintado una imagen descorazonadora del título, pero aun con todos los fallos, mentiría si dijese que Bendy and the Ink Machine no me ha entretenido de principio a fin. No me parece uno de los tapados del año ni una gran obra dentro de los juegos de terror, pero creo que si como a mí te interesa la premisa o el diseño artístico deberías darle una oportunidad… aunque quizás debas esperar un poco a que lo parcheen un poco o baje de precio.