Si te gusta la estrategia y echas de menos juegos como el mítico Caesar, alégrate porque aquí tienes uno perfecto para construir tu propio Imperio Romano. Análisis de Citadelum

Si te gusta la estrategia y echas de menos juegos como el mítico Caesar, alégrate porque aquí tienes uno perfecto para construir tu propio Imperio Romano. Análisis de Citadelum

El juego del estudio español Abylight llega con las ideas tan claras que sorprende, aunque a veces es más ambicioso de lo que puede

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Citadelum Abylight

La estrategia y los city builders de la época romana hace tiempo que, inexplicablemente, dejaron de ser llamativos, al menos para los estudios de desarrollo, quienes se olvidaron del periodo clásico mediterráneo en busca de otro tipo de aventuras. No me malinterpretéis, juegos como Manor Lords se han hecho un hueco en mi corazón y me han robado horas de vida, ¿pero dónde quedaron los clásicos Caesar o Imperivm Civitas? Pues en una respuesta que casi ni esperaba, menos aún llegada desde España, hace días que apareció en mi PC Citadelum, un proyecto del estudio Abylight que busca mezclar clasicismo mecánico y estructural con un entendimiento de los constructores de ciudades y juegos de gestión tan bien medido que sorprende.

He tenido la oportunidad de seguir la trayectoria in crescendo del estudio catalán —al menos en su vertiente desarrolladora, no de publisher— desde aquel Prison Tycoon: Under New Management, seguido de un One Military Camp que me dejó claro que el equipo patrio esconde más de lo que sus juegos a simple vista pueden parecer. Algo que, de hecho, ha sucedido nuevamente con Citadelum, un proyecto que entreví como un constructor de ciudades sencillo y directo, y que de hehco es, y me he topado con un juego que apela a lo clásico al mismo tiempo que, cual cebolla en una referencia muy bien medida a cierta película de DreamWorks, esconde varias capas, a cada cual más compleja que la anterior, y que acaban por conformar un proyecto para quitarse el sombrero.

Ante todo, tiene un sistema de construcción gratificante

La idea es tan simple que se nota que Abylight no ha pensado en reinventar la rueda, y no hay nada malo en ello. Los barceloneses asumieron que Citadelum debía seguir a pies juntillas el camino andado por otros grandes de la estrategia y la gestión urbana, y apenas se salen de ese camino. Con este nuevo proyecto, gestionaremos una ciudad en pleno Imperio Romano y nuestro objetivo es tan simple como no dejarla caer en la ruina.

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Para ello, Abylight se ha aprendido el ABC de este tipo de juegos. Comenzando con un foro máximo, la piedra angular alrededor de la cual edificaremos nuestra urbe, el estudio patrio nos ofrece un simple y efectivo sistema de construcción basado en dos pilares claros: la máxima de que tu trayectoria ascendente tiene impacto en lo que puedes construir, y la simpleza como bandera. Empezando por el primero de estos dos pilares fundacionales, Citadelum divide su buena lista de edificios según las necesidades y su impacto en nuestra ciudad, pero la expande conforme vayamos mejorando los lindes de la misma. A mayor aceptación de los ciudadanos y mayor oferta laboral, ganaremos niveles de reputación que se traducen en nuevos y más importantes edificios.

Hacía tiempo que no disfrutaba de un city builder con unas ideas tan claras a la hora de construir

Como veis, Abylight no se aleja del resto de proyectos, pero si pensáis que este pilar fundacional se tambalea, descuidad, se apoya en el segundo y más importante: su simpleza es de estudio. Hacía tiempo que no disfrutaba de un city builder con unas ideas tan claras a la hora de construir. A diferencia de juegos que buscan la complejidad y un meticuloso sistema de construcción basado en el tiempo, con Manor Lords obligándonos a esperar quizá días para ver una casa construida, Citadelum apuesta por ser directo y que la idea que nos ronda la cabeza sobre cómo expandir o mejorar la ciudad puedas plasmarla al instante. De nuevo, los catalanes no redescubren nada; juegos como Imperivm Civitas limitaban al máximo el tiempo de construcción, pero lo que hace Citadelum es ayudar a que las partidas sean rápidas y frenéticas.

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Estas partidas se dividen en nueve misiones que nos llevarán a diferentes lugares del Mediterráneo romano, desde Alejandría hasta Hispania, con mapas predeterminados y una pequeña sombra narrativa detrás, basada enteramente en la historiografía romana. Estas misiones incluyen unos pequeños quehaceres, nada extraños, más bien tareas típicas que harías en una partida normal, pero con una recompensa asociada; son más bien una ligera excusa para cambiar de aires en partidas ya acotadas. Sin embargo, Citadelum también ofrece algo que he echado de menos últimamente: un modo sandbox. Sin ataduras, sin tiempo y con total libertad puedes lanzarte a cada uno de los nueve mapas antes mencionados sin el peso de una tarea que realizar, aunque bajo las mismas condiciones —tipo de suelo, soldados enemigos o dificultades a la hora de negociar con Roma— que en estas misiones.

Cuenta con un editor de mapas y de misiones que busca nutrirse de su comunidad

Lamentablemente, no cuenta con modo multijugador. Lejos de suponer una falta de riesgo, Citadelum no es un proyecto que necesite de un modo en línea como otros juegos de estrategia y gestión. De hecho, el núcleo mismo de su mundo de juego —y que veremos más adelante— impide completamente cualquier tipo de idea que incluya más de un jugador. Pero lo compensa con un editor de mapas y de misiones, basadas en las tareas antes mencionadas, que busca nutrirse de su comunidad, donde podremos descargar y compartir mapas y misiones a través de Steam Workshop.

¿Mitología? Sí, pero en su justa medida

Uno de los detalles más curiosos mientras iba descubriendo poco a poco las capas de esta particular cebolla que es Citadelum, es su lado mitológico. La mitología radica en el Imperio Romano hasta sus últimas consecuencias, lo sé. Ya en aquellos Imperivm Civitas, la posibilidad de construir templos en honor a diferentes deidades, aunque como una mecánica más visual que jugable, permitía ganar aceptación por parte de los ciudadanos al dejar claro que la mirada crítica de los dioses estaba sobre sus cabezas. Eso mismo sucede en Citadelum, donde la construcción de templos a Júpiter o Marte tiene un impacto en la satisfacción de los aldeanos, pero también en la de los propios dioses.

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Citadelum expande, en este caso, sus miras hacia un concepto muy Age of Mythology con límites claramente demarcados. No es que puedas usarlos para pelear contra otra facción, sino que Abylight tira de originalidad a la hora de abordar esta mecánica, indagando en las posibilidades de esa aceptación divina y en la codicia y envidia de un panteón de dioses que parece un patio de colegio. Esto se traduce en que, a más halagos hagas a un dios, más celosos se pondrán los demás, hasta el punto de que conseguir la adoración suprema de un dios en particular puede sernos perjudicial de un modo muy gracioso. Si un dios tiene una afinidad enorme con nuestra urbe, puede pasearse por ella como un ser todopoderoso al que debemos honrar; pero si, por el contrario, hay un dios enfadado, podrá pasearse también, causando estragos al destruir edificios y crear caos.

Si hay un dios enfadado, podrá pasearse también, causando estragos al destruir edificios y crear caos

Es una mecánica tan profunda como risible, donde podemos ver la buena mano del estudio barcelonés a la hora de aunar el mitos y el logos de una forma clara y reconocible. ¿Pero qué se puede hacer para llevarnos bien con todos? Favorecer a uno u otro dios es algo que acabarás haciendo después de varios minutos de juego, pues su apoyo es crucial para el buen crecimiento. Por ello, Abylight ha añadido una buena lista de micromecánicas en los propios templos. Por ejemplo, podremos celebrar festivales que duren horas o incluso medio día, lo cual nos hará ganarnos más el favor de un dios, o realizar sacrificios humanos o animales a esas mismas deidades. Esto, de hecho, tiene cierta base histórica, ya que en los primeros años de Roma, antes del Imperio, los sacrificios humanos no eran extraños; algo que acabó siendo sustituido por los sacrificios propios de los juegos circenses.

Citadelum 02

Lo mejor de todo es que no hay nada eterno, todo permuta. La aprobación u odio de los dioses es efímera y cuanto más tiempo pase entre una festividad a Marte, por ejemplo, y otra, más rápido desaparecerá su sonrisa y pasaremos a ser pequeñas hormigas a sus ojos. Esto añade un grado de iteración muy bienvenido, donde jamás podemos escaquearnos del "juego de tronos" de los dioses, mientras gestionamos con mano dura nuestra ciudad en una retahíla de mecánicas y necesidades que jamás se tornan pesadas o molestas para el jugador.

Una buena lista de microtareas y gestiones para dar sazón al juego

Como he mencionado, Citadelum es de esos juegos que, cuanto más se abre, más sorprende por su simpleza. Y es que, si bien los catalanes despliegan la bandera de lo básico con un sistema urbano que no es tremendamente complejo, esconde un buen sistema de microgestiones. En lugar de trabajar sobre una telaraña de pequeñas tareas, causas y consecuencias, y vínculos imposibles entre edificios, Citadelum apuesta por lo clásico y divide el impacto de un edificio en un radio de acción. Esto implica que no tendremos que quebrarnos la cabeza con sistemas inentendibles. Una botica tendrá un radio de acción de varios metros, dejando satisfechos a los aldeanos que se encuentren dentro de ese radio. Fuera de ese círculo, no entran dentro de las tareas de dicho sanador, así que hay que construir en base a la cercanía y el impacto en la ciudad.

Citadelum 5

Incluso aquí hay pequeños detalles que impiden que alejes la cara de la pantalla. Ese radio de acción se aplica tanto a los edificios como a la calidad de vida de los aldeanos. Colocar una pescadería bajará el encanto habitacional de una domus, por lo que la disposición lógica de la urbe en el plano es necesaria. Además, uno de esos detalles que muchos city builders actuales, basados en épocas pasadas, han dejado de lado, es la posibilidad de hacer bonita nuestra ciudad. Citadelum nos da la oportunidad de pasar horas edificando, al más puro estilo de aquellos juegos de Haemimont Games, por el simple y mero hecho de alegrar la vista. Los caminos se construyen basados en recuadros, y a su lado podemos pasar horas colocando árboles, estatuas, jardines, setos y similares en un despliegue artístico algo más comedido que sus coetáneos, con un apartado visual más cartoonish que el resto, pero con empaque.

Citadelum nos da la oportunidad de pasar horas edificando por el simple y mero hecho de alegrar la vista

Asimismo, la edificación debe hacerse en torno a la idea de una invasión enemiga, ya que Citadelum no es un juego que tenga miedo a un buen choque de espadas. En lugar de emplazar urbes bárbaras en el mismo mapa, al estilo Age of Empires, el escenario está enteramente limitado a nuestra construcción y expansión. Por ello, Abylight ha sido sumamente inteligente y, en lugar de dejar de lado el componente bélico del juego, ha dividido su proyecto en dos tipos de escenarios: aquellos centrados en la construcción, y un overworld al estilo Civilization, donde gestionaremos, democrática o bélicamente, nuestra relación con los vecinos.

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Aunque los asaltos ocurren con menos frecuencia de lo esperado, sobre todo en el primer grupo de mapas, nos encontraremos con pequeños núcleos poblacionales de bárbaros dispuestos a arrasar nuestra ciudad. No hablamos de una escala similar a la de Total War y, de hecho, los asaltos se basan en la aleatoriedad, pero podremos vernos asediados por estos impíos bárbaros. Citadelum apuesta por un sistema de combate que quizá se debería haber nutrido de las ideas de Expeditions: Rome o el más reciente Ara: History Untold. Cuando formemos nuestras legiones en contra de un enemigo, podremos mover las unidades al estilo de la saga de Creative Assembly cuando entren en combate. Es, quizá, la mecánica menos trabajada y más olvidable del juego. Abylight sabe que no puede ofrecer profundidad en este aspecto, así que el choque de espadas se limita a un simple toma y daca, a la espera de acabar con el enemigo, lo que podría haberse sustituido por un sistema automático de victoria o derrota que habría mantenido el mismo impacto en el jugador.

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Citadelum

Por: Alberto Lloria
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Citadelum, el nuevo juego de estrategia y construcción del estudio español Abylight, revive la nostalgia de los clásicos "city builders" de la época romana, combinando simplicidad y mecánicas modernas. Su sistema de construcción, centrado en la expansión y la reputación, permite partidas rápidas y ágiles, con misiones que llevan al jugador a distintos puntos del Imperio Romano. Lo mejor, y casi que la mayor sorpresa, es cómo incorpora su curioso componente mitológico, donde los dioses tienen un papel activo en la ciudad, influenciando tanto la construcción como la dinámica con los ciudadanos.

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5 cosas que debes saber
  • Aunque cuenta con misiones, su duración es infinita.
  • Tiene un sistema de construcción rápido y simple, perfecto para novatos.
  • Aún en su simpleza, esconde un buen sistema de tareas y gestiones para mantenernos activos.
  • Hay un 'overworld' general donde podremos comerciar y combatir, pero el sistema de combate es lo menos llamativo.
  • Tiene un gran sistema de creación de mapas y permite importar misiones de la comunidad.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en castellano
Duración: Incalculable
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