Con su estrategia y construcción de ciudades medievales, City Tales le planta cara a Manor Lords en un terreno que éste no controla: el de los 'cozy games'

Recuerdo que, cuando era niño, la necesidad de jugar a un city builder medieval aumentaba con cada año que pasaba. Si bien portentos como Stronghold eran suficientes para pasar el rato, la mayoría viraban hacia los RTS y no exprimían su potencial como verdaderos constructores de ciudades. Por eso, ver que en los últimos 15 años los city builders no solo han ganado presencia, sino que han ido más allá de la clásica ambientación moderna, me hace feliz; y, como no podía ser de otra forma, City Tales, un constructor de ciudades medieval cuya razón de ser es divertirnos con la posibilidad de edificar una ciudad del medievo sin la complejidad inherente del género, iba a estar en mi radar.

Y es que en la variedad está el gusto. Aunque Manor Lords fue uno de los city builders a los que más horas dediqué en 2024, su complejidad no está hecha para todos. El juego de Slavik Magic vive y muere por su desafío, por el entendimiento perfecto de sus mecánicas, pero eso lo aleja de un grupo de jugadores que busca una experiencia más relajada, perfecta para jugar tras volver del trabajo. Ahora, tras asistir a una presentación de una hora con sus autores, los vecinos franceses de Irregular Shapes, he de decir que no, la accesibilidad de City Tales no lo convierte en un juego de menor relevancia y, sí, ha entrado con fuerza en mi lista de deseados de Steam.

La paz y la calma en un medievo súper vistoso

City Tales nace de una necesidad muy simple: acercar los constructores de ciudades, especialmente aquellos medievales o basados en siglos pasados, a los jugadores que no buscan una experiencia demasiado profunda. Anunciado en 2024 como un proyecto tremendamente atractivo en lo visual, la idea del equipo francés es reducir al máximo algunas de las mecánicas más complejas del género y destacar por algunas de las virguerías técnicas más curiosas e imaginativas que he visto en este tipo de juegos. Aunque esto último no se anunció oficialmente, lo he podido ver y jugar.

Porque sí, la semana pasada, y en exclusiva para España, en 3DJuegos pudimos echar un vistazo a lo que ofrece esta ópera prima de Irregular Shapes. Con el abecé de los city builders, City Tales nos emplaza en un mapa gigantesco que espera ser colonizado mientras hacemos frente a las crecientes necesidades de nuestra ciudad. Sin embargo, aquí viene el primer giro: City Tales se basa más en la macrogestión que en la microgestión. Por ello, no tiene sentido incluir enormes eventos aleatorios como hambrunas o plagas; en su lugar, el juego se centra en el crecimiento orgánico y vistoso de la ciudad.

Esto se traduce, de entrada, en una experiencia más cercana, pero no por ello menos interesante. Como mencioné antes, los mapas no son procedimentales, sino hechos a mano, diseñados con múltiples posibilidades para los jugadores más creativos. Al comenzar, dispondremos de un pequeño asentamiento que hará las veces de ayuntamiento y primera vivienda del juego. Aquí es donde entra otra novedad: como Irregular Shapes ha suavizado parte del desafío, ha orientado la experiencia hacia un concepto más próximo a un RPG.

El ayuntamiento, al menos el inicial, nos ofrecerá un número determinado de personajes a gestionar. Estos no son simples aldeanos, ya que no todas las tareas de la ciudad dependen de ellos. Hablamos de personajes con rostro, nombre e incluso voz —aunque las decisiones no estaban disponibles en esta versión alpha, los desarrolladores han confirmado que en diferentes puntos de la aventura podremos tomar decisiones que favorecerán a uno u otro personaje—, a quienes deberemos asignar a las distintas tareas de producción. Al más puro estilo tycoon, como en Jurassic World: Evolution con sus trabajadores, estos NPCs son el alma de la villa y la clave del desafío principal: conseguir que todos trabajen en armonía mientras gestionamos sus asignaciones.

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Si tenemos ocho puestos de producción y solo cuatro personajes, que para la narrativa del juego son la mano derecha del alcalde (nosotros), la mitad de esas tareas quedarán en pausa. La idea es alcanzar un estado de producción autónoma, que se consigue cuando uno de estos personajes ha trabajado el tiempo suficiente en una misma tarea para que funcione de manera independiente por un periodo determinado. Así, la gestión de tareas se convierte en el eje central de la experiencia, sin que por ello se descuide el aspecto de construcción, propio del género.

Un Manor Lords mucho más accesible

En todo lo demás, City Tales presume de ser un city builder orgánico, pero irregular. Al igual que Manor Lords, la mayoría de los edificios no se construyen de forma individual, sino mediante distritos. Estas demarcaciones, que pueden albergar hasta seis edificios cada una, tienen una disposición variable que podemos personalizar en forma, extensión y silueta, reflejando así la naturaleza poco estructurada de los asentamientos medievales.

Cada distrito, en este caso, estará formado por una vivienda, dejándonos a nosotros elegir qué queremos colocar en el resto de los cinco espacios disponibles. Aquí es donde City Tales saca pecho de algunas de las virguerías más inteligentes del juego, heredada nuevamente de Manor Lords: según el tamaño, cada edificio se amoldará al espacio. Esto deja estampas preciosas con una buena variabilidad de distritos, unos que tienen, lógicamente, necesidades únicas como iglesias o pozos, y un radio de influencia, tanto negativo como positivo, que determinará lo bueno o malo que es un distrito para vivir; algo que acaba por afectar al número de habitantes.

Esto último son aspectos clásicos de los city builder, pero no por ello son desmerecedores de elogios. La idea de dividir la ciudad en distritos hacen que puedan funcionar de forma independiente y, a su misma vez, necesiten de recursos generales que comparten con otros distritos. De hecho, otro de esos detallitos interesantes es que, aunque sí sabemos que incluirá un sistema de edición de ciudades con la posibilidad de editar tejados o el aspecto de según qué distrito, no podemos crear caminos o carreteras. ¿El motivo? Los ciudadanos tienen un movimiento lógico e inteligente, basado en sus trabajos o necesidades, por lo que serán ellos quienes, en tiempo real, vayan creando caminos conforme anden; y sí, lo he visto, una zona que antes no tenía un camino demarcado acabó, por el paso de los aldeanos, por crear un camino de tierra que seguía las necesidades de estos NPCs.

Eso sí, City Tales no se limita a una experiencia estática de "ve construyendo distritos y haciendo bonita tu ciudad, y ya", sino que la evolución de la urbe, aunque no tan profunda como otros, es parte del ADN del juego. No hay combate, por lo que todo está pensado para el que, como a mí, le encante pasar horas dejando bonito un mapa, ya sea con murallas, puentes o un castillo. Y es que sí, conforme más aldeanos ganemos y mayor reputación, algo que en última instancia usaremos para el comercio intercomarcal, mayor serán nuestras posibilidades, como un castillo, un ayuntamiento que evolucione de una simple casa a una torre de piedra rodeada de una plaza de mármol.

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De hecho, lo mejor de todo, y que pude comprobar de primera mano, es que la idea de construir tanto como quieras y donde quieras es literal, dejándonos incluso edificar en lo alto de una montaña, siempre que sea plana, y a diferentes alturas. "Nuestro objetivo es que los jugadores se lo pasen bien construyendo", Rémi Malet, CEO del estudio y director del proyecto, y eso me parece lo más importante y honesto de un proyecto que me recuerda a los buenos momentos de Imperivm Civitas donde la ya extinta saga de Haemimont Games se limitaba a la experiencia más simple de construcción.

City Tales aún tiene mucho por demostrar, pero sus bases son sólidas como rocas. "Queremos ser el Manor Lords de aquellos que no tienen tanto tiempo", ya sea por sus hijos, trabajo o por cualquier otra cosa, y aunque es una comparación injusta por las ambiciones de ambos proyectos, me parece que el de Slavik Magic ha encontrado en City Tales un competidor en un terreno donde Manor Lords no se mueve bien: la accesibilidad.

Sí, y lo digo con 80 horas a mis espaldas. Ahora, solo resta esperar a que el juego de Irregular Shapes se lance en algún momento de este 2025 en acceso anticipado, uno que ya ha confirmado tendrá, de base, todas las mecánicas comentadas en este texto, y se irá expandiendo con, presumiblemente, traducción al castellano, nuevos biomas, un comercio más exigente y características más profundas en términos de influencia de distritos. Eso sí, si queréis probarlo, me han chivado que aunque estará en el próximo Steam Next Fest, que llegará el 24 de febrero, podremos jugarlo una semana antes gratis en Steam.

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