Pocas sensaciones son peores para un fan de los videojuegos que tirarte todo un fin de semana instalando y desinstalando títulos que, sobre el papel de interesan, pero que son incapaces de tenerte completamente obsesionado hasta que los terminas. Por suerte, estos últimos días conseguí dar con un videojuego de esos, y no es ninguna novedad rutilante, ni un embargo exclusivo de un título que aún no ha salido. Se lanzó en 2018 y se llama CrossCode.
A decir verdad, no es un juego completamente oculto, ya que cuenta con más de 14500 reseñas en Steam (de las cuales el 92% son positivas), así como es bastante accesible gracias a versiones para PlayStation, Xbox y Nintendo Switch. Pero para mi, había sido uno de esos títulos que me suenan, pero que apenas sabría situar si una imagen concreta es suya o de otro juego similar.
Precisamente en plenas ofertas de Steam en las que me he comprado tres títulos con muchísimas horas de juego como son Europa Universalis IV, Pathfinder Wrath of the Righteous y Everspace, así como una curiosidad indie que bien podía haber protagonizado mi fin de semana como Digseum, me ha absorbido este CrossCode.
Un MMORPG para un jugador con estética de SNES
¿Cómo lo ha hecho? Pues llevando a cabo ese ejercicio tan interesante dentro del mundo independiente que es usar una estética y unos valores de producción propios de hace algunas generaciones como base, para posteriormente modernizar las mecánicas de una forma que sólo se podría hacer ahora o darle un giro novedoso que antes no se habría planteado. Porque CrossCode es un MMORPG para un jugador que recuerda a SNES.

El trabajo de Radical Fish Games nos presenta la historia de Lea, una protagonista con amnesia que se ve obligada a formar parte de un MMORPG, afrontando ese reto a la vez que el de descubrir su misterioso pasado propio. De esta forma, CrossCode se convierte en un ejercicio meta desde el primer minuto, ofreciendo conceptos propios de World of Warcraft, Guild Wars o Final Fantasy XIV, como la posibilidad de llamar a amigos para que te echen un cable o formar parte de un gremio; pero siempre ajustándose a ser una experiencia de un único jugador dirigida por su historia.
El asunto es que jugar hoy a un MMORPG con la tecnología y con las herramientas de desarrollo de SNES sería algo curioso, pero poco viable comercialmente. CrossCode añade una gran agilidad a su jugabilidad, estableciendo un combate rapidísimo y exigente, así como una enorme variedad en lo que a habilidades y personalización del estilo de juego se refiere, sin olvidar una progresión profunda.
Y por si fuera poco, CrossCode tiene varios de los puzles más imaginativos que nunca había visto en un juego 2D. Lea pertenece a la clase de los esferomantes, lo que le permite lanzar bolas a toda velocidad, y con ello llevar a cabo toda serie de acciones con las que interactuar con el mapeado.

Ya desde el mismo tutorial, antes incluso de llegar a la ciudad de los novatos, tenemos ejemplos brillantes de cómo escalar esta mecánica y retorcerla lo justo para brindar muchas horas de juego, pero estar siempre muy cerca de ese gratificante momento eureka que todos los títulos de puzles buscan.
Está siempre muy cerca del gratificante momento eureka
Esto casa genial con la exploración, que se fundamenta en un constante juego de alturas y plataformeo, así como de un detalladísimo sembrado de secretos por todas las pantallas. Y todo, tanto esto, como el combate y los puzles, son la base que permite a CrossCode llenarse de misiones al estilo MMORPG, pero incluso más interactivas y mejor pensadas que el clásico "acaba con 10 jabalíes".
Y de propina, se anima tirabuzones como sistemas de riesgo/recompensa como un rango de cazador que podemos subir de forma dinámica manteniéndonos en combate y que sirve para conseguir más y mejores componentes; por no hablar de todo lo que se viene tras la primera mazmorra con las activaciones elementales.
Si CrossCode no me ha impresionado más es porque lo he jugado después de Sea of Stars. El juego de Sabotage Studio era más ambicioso a la hora de mantener el sabor a los J-RPG antiguos, y también tenía ese gusto por el plataformeo y los puzles exigentes a la par que satisfactorios. Pero me puedo imaginar cómo les voló la cabeza a quienes tuvieron la suerte de encontrarse con CrossCode de lanzamiento hace casi siete años.
En 3DJuegos | Death Stranding tiene una obsesión con las manos por un medicamento de los años 50
En 3DJuegos | Crea la secuela de su exitoso RPG con unas herramientas de FromSoftware lanzadas hace 25 años
Ver 2 comentarios
2 comentarios
Chancla Boy
Yo lo probé en su día y no me gustó nada de nada, me esperaba algo mucho mejor tanto jugablemente como narrativamente, aparte que tiene todo lo malo de un Mmoprg (farmeo abusivo, misiones repetitivas, sobresaturación a base de información y mensajitos, etc.) que todo se vuelve tedioso y aburrido al cabo de unas pocas horas, incluso tiene hasta puzzles pero tirando a mal...
Sea of Stars es mucho más gratificante y mejor en todos los aspectos ;-)
koinoyokan
crosscode es de esas joyas que muy poco se hablan para lo realmente bueno que es, juegenlo, es de lo mejor en muchisimo tiempo en el genero