Los últimos ajustes de Capcom no los ha hecho más tontos en sí, sino que ha optimizado sus procesos, rutinas y cómo interactúan
La IA y el buen comportamiento de los enemigos o aliados controlados "por la maquinita", como dirían nuestras madres, siempre han sido un hueso durísimo de roer para los estudios de desarrollo. Muchos han implementado tecnologías de vanguardia para hacer que reaccionen de forma "real", mientras que otros han buscado paliar sus fallos con un sistema menos complejo, pero más pulido. Sin embargo, para Capcom, el problema de Dragon's Dogma 2 no es que su mundo abierto tuviera NPC a los que les faltara cerebro, sino todo lo contrario: el rendimiento errático del juego se debe a que los personajes no jugables eran demasiado listos.
Si recordáis, la semana pasada Capcom lanzó un nuevo parche para Dragon's Dogma 2 con el objetivo de mejorar los problemas de rendimiento, además de añadir opciones para exprimir aún más las consolas de Sony y Xbox. Uno de los errores que se corrigió fue el "uso excesivo de la CPU", algo que lograron mitigar, permitiendo que el juego alcance los 60 FPS en consolas. Mientras tanto, en PC ya no es necesario contar con un ordenador extremadamente potente para hacerlo funcionar.
¿Pero qué pasó para que, durante meses, el juego funcionara tan mal? Pues, según mencionó el equipo japonés en una entrevista con Famitsu, el problema radicaba en que Dragon's Dogma 2 dedicaba gran parte de la potencia de la CPU a procesar los pensamientos y las acciones de los NPC. Esto incluía sus interacciones físicas y cómo respondían al entorno. En áreas con gran cantidad de NPC, como las ciudades, esta sobrecarga afectaba gravemente la velocidad de imágenes, haciendo que el juego se volviera menos fluido, especialmente en secuencias concurridas.
En el caso de PC, con una tarjeta gráfica y un procesador independientes, el problema se notaba claramente, obligando a muchos a reducir los ajustes visuales para alcanzar los 60 FPS. Sin embargo, en consolas la situación era distinta. Debido a su arquitectura, con una APU (unidad híbrida entre CPU y GPU), Dragon's Dogma 2 se convertía en una pesadilla para el hardware actual.
Una serie de arreglos sin comprometer a los NPC de Dragon's Dogma 2
A pesar de los esfuerzos iniciales por reducir la resolución y la carga en la GPU, los primeros ajustes no resultaron suficientes, ya que el verdadero cuello de botella se encontraba en la CPU. En respuesta, Capcom ha estado ajustando el procesamiento de los "pensamientos" de los NPC, optimizando la ejecución de cada proceso de forma individual. Estas modificaciones se han implementado progresivamente a través de actualizaciones, permitiendo que el juego ahora pueda ejecutarse a "aproximadamente 50 a 60 FPS" en PlayStation 5 y Xbox Series X.
Los problemas de tasa de imágenes por segundo, aunque frustrantes para muchos jugadores, destacan uno de los aspectos más complejos y únicos de Dragon's Dogma 2: la vida de los NPC. Según la compañía, estos personajes "no solo tienen rutinas diarias, sino que interactúan entre sí, mantienen relaciones y responden a las acciones del jugador". En particular, los peones, compañeros del jugador en la aventura, son capaces de aprender tácticas durante el combate, ofrecer consejos y adaptarse a distintas situaciones, lo que añade una capa adicional de profundidad al juego.
Imagen | Navi
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