FragPunk quiere ser una alternativa a Valorant, más rápido, menos táctico y muy divertido

Los videojuegos no tienen edad. Sí, todos conocemos el PEGI, el ESRB o el CERO japonés, pero no me refiero a eso. Todos hemos jugado a algún juego para mayores de 18 años y, aunque no estuviera pensado para nuestra edad, el público objetivo de un título de ese estilo es tan amplio que prácticamente cualquiera podría jugarlo, independientemente del asco o pavor que le generase. Sin embargo, hay juegos pensados para un segmento de jugadores específico, y cada cierto tiempo te encuentras con uno como FragPunk, un shooter free to play que busca apelar a la Generación Z con la sobreestimulación como bandera.

He pasado los últimos días jugando en torno a 10 horas al nuevo shooter de NetEase, desarrollado por Bad Guitar Studio, un equipo novato que ha mirado de cerca el mercado actual y ha aprovechado el tirón incesante de Valorant para aportar su granito de arena a un género tremendamente competitivo. Y lo cierto es que sí, es un juego estimulante, pensado para no apagar el cerebro y mantenerlo en mil cosas a la vez; y eso es un problema, una enorme barrera de entrada donde te das de bruces con la sensación de que es un juego hecho para un grupo de jugadores específico. Pero lo cierto es que es divertido.

Más rápido que Valorant, pero menos táctico

FragPunk nace de una idea muy sencilla: quedarse a medio camino entre la dupla Counter-Strike y Valorant, y Call of Duty. NetEase no quiere construir el enésimo CoD, pero sabe que para muchos jugadores noveles el concepto de un juego táctico en el que un tiro mal dado implique soltar el mando o el teclado no es lo suyo. Con esta idea, el juego ofrece un gameplay más rápido de lo que asumía tras haber jugado —un poco— a Valorant hace tiempo. FragPunk no reinventa la rueda, pero sí logra que cada minuto que pases en el juego te entretengas. Y, para ello, entran en juego las cartas.

El juego viene traducido al español, pero no en audio

Porque sí, la base jugable de dos equipos de seis jugadores enfrentados en combates por rondas hasta que uno salga vencedor la hemos visto en innumerables ocasiones. Sin embargo, que un grupo de naipes aleatorios marque la diferencia en una partida, pocas veces. Inspirándose en un shooter español como Friends vs Friends, FragPunk incluye una serie de cartas que aplican hándicaps y ayudas tanto a tu equipo como al contrario. Por ejemplo, tenemos la posibilidad de que nos acompañe una mascota lanzafuego o de hacer que los enemigos tengan la cabeza enorme para facilitar los headshots; incluso podemos mermar su situación enormemente impidiendo que sanen.

Hablamos de un sistema que no voy a decir que es innovador, porque no es el primero en el mercado, pero sí es tremendamente divertido hasta el punto de querer echar una partida más para ver cómo se desenvuelve la siguiente. Y es que algo que hace bien Bad Guitar es no poner filtro alguno a los naipes, lo que convierte las habilidades de los héroes en meros elementos anecdóticos. Además, los naipes no se activan de forma automática y dependen enteramente de la experiencia del equipo. Esto significa que tú, como jugador independiente, recibirás nuevas cartas conforme subas de nivel, y esos mismos naipes te acompañarán en las partidas. Una vez en ellas, el juego elegirá un trío de cartas por ronda de entre todas las del equipo, y aquí deberéis poneros de acuerdo en cuál elegir.

Las cartas se seleccionan en base a los puntos que los jugadores invierten

Esto se basa en los puntos que consigamos durante la partida. Bad Guitar sabe que necesita que la iteración del jugador con el juego, partida tras partida, tenga peso, y es, al final del día, lo que incita a jugar una más. Cada ronda podremos colocar un máximo de tres puntos para desbloquear las cartas que usaremos todo el equipo, lo que nos obliga a ser el mejor de la partida para aprovechar las ayudas. Lo mejor es que FragPunk deja cierto margen al mal juego, siempre intentando ser lo más parcial posible, creando sinergias rarísimas con hándicaps como usar solo armas cuerpo a cuerpo para fastidiar a los que han gastado dinero en comprar un subfusil en el menú antes de la nueva ronda.

Eso sí, FragPunk celebra las comparaciones con Valorant, aunque sean "malas", al menos por parte de los fans del shooter de Riot Games. El juego de Bad Guitar Studio deja claro desde el primer segundo que no es un nuevo Valorant, sino algo más cercano a CoD —incluso incluye un modo Duelo por Equipos con rotación diaria para jugar con reapariciones y un mazo de cartas personal basado en cooldowns— de lo que podrías pensar. Y esto se nota en dos cosas: puedes correr, lo que cambia por completo la movilidad por el mapa, y los jugadores tienen más vida de lo normal, haciendo que aguantar una ronda sea mucho más fácil.

Se acabó asomar la cabeza con miedo esperando no recibir un disparo de un enemigo. FragPunk es tan táctico como sus jugadores quieran hacerlo y tan alocado y arcade como necesites. He encontrado partidas donde el movimiento lento —algo necesario si no quieres que tus pisadas las oigan hasta en otra partida—, los peekeos (asomar la cabeza para ganar algo de visión) y los despliegues de habilidades tácticas enfatizan el juego pausado; pero también he presenciado el caos estilo CoD, con una plétora de habilidades en pantalla, algo que, mezclado con las cartas y la posibilidad de correr, genera imágenes no aptas para quienes buscan experiencias tranquilas —algo que se acentúa con la marabunta de estímulos del juego—.

Estímulos y "streetpunk"

Lo cierto es que FragPunk no es el primer juego que buscará apelar a un segmento de jugadores o de población particular. Hablamos de juegos tremendamente focalizados en un grupo de usuarios para que se sientan atraídos por lo que ven y oyen, por lo que juegan y consiguen y, en última instancia, por lo que invierten dinero. Y no, Fortnite no es un juego de este estilo. Aunque haya marcado una generación como a nosotros lo hicieron los primeros Halo y a otros las recreativas, el battle royale no es tan definitorio en su estética como sí lo es FragPunk.

Os aseguro que, lejos de ser una mera mención, es algo que choca de frente. El estudio ha trabajado para que este primer desarrollo propio apele fuertemente a los jugadores más jóvenes y lo hace con una plétora de efectos, sonidos, música, animaciones y menús que, os aseguro, abruman durante las primeras horas. Todo en FragPunk está diseñado para que el jugador no pare de sentir cosas y, aunque pueda marear a más de uno, las nuevas generaciones están muy acostumbradas a la sobreestimulación constante. Bromeaba con que al juego le haría falta una ventana con Subway Surfers en el menú, pero casi que no la necesita; le basta y le sobra con lo que tiene.

FragPunk no busca atraer con un diseño de personajes puntero e imaginativo, sino con la sensación de que lo que haces, lo que tocas, tiene un premio para ti, sea cual sea. Ganar una partida trae consigo música hip-hop fácilmente reconocible para los que pasarán horas jugando, mientras que activar una carta viene acompañado de una plétora de efectos propios de un estilo cómic-streetpunk similar al de Spider-Verse. Todo está pensado para hacerte sentir algo. FragPunk no deja espacio para la meditación, el desasosiego o la calma.

Incluso su interfaz es tremendamente agresiva a los ojos, y así le gusta serlo. Sin embargo, esta sobrecarga, sumada a la falta de explicaciones sobre ciertos héroes, habilidades o elementos, puede resultar abrumadora. No tengo alma de señor mayor —o sí, un poco—, pero FragPunk difícilmente te atrapará si no pones mucho de tu parte. Si logras entrar, enhorabuena: el juego es consecuente y divertido para pasar el rato. ¿Su pervivencia futura? Dependerá de su cadencia de contenido.

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