No podían faltar ellos. G.I. Joe: Wrath of Cobra se suma a la corriente de videojuegos que rinden homenaje a la nostalgia de los años 80. Este título está dirigido a los amantes de los dibujos animados de esa época, los coleccionistas de juguetes y los aficionados al scroll lateral y machacar botones Sin embargo, a diferencia de otros títulos que han sabido capturar la esencia del pasado y darle un poco de nueva vidilla, como Teenage Mutant Ninja Turtles: Shredder's Revenge, a los JOE les ha faltado cariño y pulido.
G.I. Joe: Wrath of Cobra es un juego de acción que se adentra en el universo de la icónica franquicia de juguetes y dibujos animados. Desarrollado por Maple Powered Games, decididos a recuperar esta marca de la mano de Hasbro, el título nos invita a encarnar a algunos de los héroes más famosos de la franquicia, enfrentándonos a la temible organización terrorista Cobra. A pesar del potencial del material de origen, el juego falla en los más importante: ser divertido. Mientras que el concepto es atractivo, la ejecución deja mucho que desear.
La premisa del juego es simple: debemos enfrentarnos a las fuerzas de Cobra a través de niveles repletos de enemigos, jefes de nivel y la típica mecánica de golpes y combos. Sin embargo, al sumergirse en el juego, se nota que la propuesta se ha quedado en una idea que necesitaba más desarrollo y atención al detalle. En el fondo, G.I. Joe: Wrath of Cobra busca capturar la esencia de los videojuegos retro de los últimos años, pero su pobre acabado técnico lo lastra una experiencia de juego que se mueve entre el sopor y la desesperación.
Un acabado pobre
Desde el primer momento en que comenzamos a jugar, se hace evidente que el acabado técnico acumula una buena serie de puntos débiles. Visualmente, el juego puede parecer atractivo a primera vista, con sprites grandes que representan a nuestros héroes y a los villanos de Cobra. Sin embargo, al mirar más de cerca, los personajes carecen de detalle, lo que les resta personalidad y encanto, con unas animaciones muy poco inspiradas y un acabado pobretón.
El juego muestra una dificultad irregular incluso en sus modos más sencillos
Los escenarios, que deberían ser vibrantes y llenos de vida, parecen estar a medio cocer. Se percibe una falta de creatividad en el diseño de los entornos, sosos y con la personalidad justa para no confundir este título de G.I. Joe con otro completamente genérico. Es una pena que un juego que debería entrar por los ojos parezca realizado para salir al paso. Y eso que hay algún destello de buen hacer, en concreto, la recreación de muchos de los soldados de Cobra, como los Crimson Guard, o el detalle que algunos de estos enemigos muestren daños paulatinamente, según son castigados por nuestras acciones.
Lo peor está por venir
El verdadero suplicio para el jugador viene en dos frentes diferentes, el primero es la banda sonora, por momentos insufrible y machacona como una revisión dental. Sin mucho más que decir ahí, me quiero centrar en el segundo aspecto, mucho más técnico y que tiene que ver con las sensaciones que deja el juego con el mando en las manos. Este título muestra una dificultad irregular incluso en sus modos más sencillos. Da igual jugar con amigos o en red, el mismo nivel pasa de una dificultad más que asumible a una fase que se convierte en un auténtico infierno de buenas a primeras.
La mayoría de las veces acertarás con tus golpes a los enemigos, pero en otras no. De manera aleatoria y frustrante
Gran parte de la culpa la tienen las hitbox de los sprites, llamativamente mal implementadas. En ocasiones golpear a los enemigos es mera cuestión de suerte. La mayoría de las veces acertarás con tus golpes a los enemigos, pero en otras no. De manera aleatoria y frustrante. Eso se hace notorio al seleccionar a Scarlet como personaje para jugar, como si el equipo de desarrollo hubiera decidido que nadie iba a elegir a este personaje y solo lo hubieran incluido por aprovechar la licencia. Es terrible: su rango de ataque es limitadísimo y para golpear a los enemigos hay que situarse un poco por encima de su línea horizontal en la pantalla. Vamos, que hay que golpear a ojo y al aire. Una falta de precisión que resulta insufrible, especialmente con los enemigos motorizados. Os garantizo que no he estampado el mando contra la pared porque cuestan sus buenos 50 lereles y no crecen del mítico árbol de los mandos.
Los enemigos se presentan en oleadas muy numerosas, pero con unos patrones de ataque tan poco cuidados que en general acuden a tus puños en manada. Todo consiste en pegar al bulto y ver cómo van cayendo. Es un poco diferente con los enemigos que atacan a distancia y que sí que suponen un reto. En ocasiones algo exasperante incluso, porque si te pillan en fuego cruzado en un momento en el que andas despachando a alguno de sus compañeros, estás frito. En general la inteligencia de los enemigos es bajísima, os garantizo que la encontrarás mejor en algunos tomates, pero en ocasiones habrá tantos elementos de peligro a la vez en pantalla, que se hará difícil poder seguir avanzando.
Pegar a bulto presenta otro problema: a veces arrinconas a un grupo de enemigos contra el borde la imagen y por algún motivo comienzan a recibir daño de manera automática. Se "golpean a sí mismos" que diría Nelson. Y por cierto, si reconoces el homenaje que se hace en el juego al The Simpsons: Bart vs. the Space Mutants es que tienes más años que un bosque.
Los peores villanos
Es buen momento para hablar de los jefes de final de nivel, algunos de los miembros más infames de Cobra, que en general caen con una facilidad pasmosa. Ha habido combates en los que me han preocupado más sus machacas de apoyo que ellos mismos. Si ha habido alguna dificultad ha sido porque a la hora de plantear su patrón de comportamiento los desarrolladores tampoco han estado muy finos. Se hace difícil reconocer un patrón de ataque, por lo que de nuevo, la pelea se reducía otra vez a tener un poco de suerte al golpear y tratar de no recibir daño o quedar encajonado entre dos grupos de rivales.
En ocasiones mi personaje se quedaba completamente helado en la pantalla mientras mis enemigos se movían libremente y con fluidez por ella
Tanta aleatoriedad (no buscada, creo) hace que la experiencia de juego avance a trompicones. No es extraño llegar al final de nivel con un buen número de vidas extra acumuladas y, de buenas a primeras, de la manera más fortuita, encontrarte reiniciando el nivel por culpa un enemigo de lo más ramplón te hace morder el polvo. Simplemente, porque no eres capaz de encajar tus puños contra él. Y os aseguro que en los modos de dificultad más elevados me ha resultado imposible jugar sin acordarme de Alberto Pastor por pasarme este juego para hacer su análisis.
Para terminar de vapulear este juego, tengo que señalar un par de fallos técnicos graves, especialmente manejando a Ojos de Serpiente. No sé si es algo que depende de la elección de personaje, no puedo asegurarlo, porque ha sido con Ojos de Serpiente con quien más he jugado, pero no el único y por lo tanto, el que más episodios de este tipo ha sufrido. En ocasiones mi personaje se quedaba completamente helado en la pantalla mientras mis enemigos se movían libremente y con fluidez por la ella. Aclaro que no es cuestión de rendimiento de mi equipo, ni porque el juego sea muy exigente con sus requisitos técnicos. Simplemente, buggeaba. Because yes. No solo parecía que mi personaje seguía recibiendo daño, si no que al descongelarse mi personaje los enemigos caían abatidos de manera automática, como si hubiera utilizado un ataque especial.
Los ataques especiales de estos héroes de acción son seguramente de los más flojos e inútiles que he visto
Por cierto, y para terminar de darle cera a este pobre G.I. Joe: Wrath of Cobra, los ataques especiales de estos héroes de acción son seguramente de los más flojos e inútiles que he visto: te pasas un buen rato tratando de llenar la barra de la que dependen estos movimientos especiales, y luego resulta que o bien no aciertan a casi ningún contrincante o bien les hacen un daño ridículo en comparación con las manos y puños de los ataques normales.
Os aseguro que he tratado de terminar el juego por completo, pero entre los problemas técnicos y los frustrante de su diseño, he tirado la toalla antes de llegar al final. Lo siento, mi cordura estaba en juego, y no quiero que mis buenos recuerdos con G.I. Joe queden ligados a esta mala experiencia. He visto lo suficiente: el juego está crudo. Los Joe merecen un poco mas de cariño. Y si bien los adictos al plástico y coleccionistas más metidos en la franquicia disfrutarán de ver algunos de sus juguetes preferidos en pantalla (yo me he emocionado al ver un Tiger Paw aparcado en el fondo de un escenario), la experiencia de juego es tan poco recomendable que no creo que eso justifique el mal trago de meterle tantas horas y esfuerzo a un juego que no pone de su parte.
G.I. Joe: Wrath of Cobra llega como un guiño a los amantes de la nostalgia ochentera y a los fans de los beat'em up clásicos, pero su ejecución técnica no está a la altura. Aunque visualmente ofrece una presentación ramplona, pero aceptable, la jugabilidad se ve empañada por hitboxes inexactas, patrones de ataque imprecisos y una dificultad frustrante que varía sin lógica. El juego presenta además problemas técnicos graves graves que se mezclan con decisiones de diseño más que cuestionables. Los coleccionistas y entusiastas de los G.I. Joe reconocerán algunas referencias entrañables, pero el resto de los jugadores encontrará una experiencia llena de frustraciones. A pesar de las buenas intenciones, este título es un ejemplo de cómo la nostalgia no siempre basta para crear un juego satisfactorio.
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- Los fallos técnicos lastran la experiencia de juego.
- El juego parece llegar a manos de los jugadores a medio cocinar, con una evidente falta de pulido.
- El gameplay en ocasiones se reduce a tener más suerte que habilidad.
- Los fans y coleccionistas más entusiastas disfrutarán de su fan service.
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