Tengo que confesar que disfruto mucho con los juegos plataformeros. Y hay uno en concreto que llegó sin hacer demasiado ruido hace un par de años, pero que ineludiblemente recuerda a los mejores tiempos de los saltos 2D de los 8 y 16 bits con Konami, Capcom, Sega, Treasure o por supuesto Nintendo como grandes referentes. Este juego en cuestión responde al nombre de Grapple Dog, y hoy os vengo a hablar de su secuela, Grapple Dogs: Cosmic Canines, que lo supera en todos los aspectos a la citada (y muy notable) primera parte. ¿El resultado? Una obra muy divertida que os animo a que probéis a poco que os guste este género porque seguro que os va a proporcionar unos ratos muy amenos.
Dos perretes mejor que uno
El protagonista de la anterior aventura, Pablo, repite protagonismo en esta segunda parte… pero no en solitario. Y es que a su grupete de amigos NPCs se une uno nuevo que, en cambio, sí que es totalmente manejable: Luna. Una especie de mercenaria perruna que se suma a nuestro querido perro para poner fin a los planes del malvado Vyr, un ser que pretende acabar con la galaxia. Un argumento tan poco original como prescindible siendo honestos, pero que da pie a una aventura muy atractiva.
A través de un mundo central en el que podemos movernos libremente, podemos ir accediendo a los distintos niveles que se van habilitando siempre y cuando hayamos conseguido recaudar la cantidad determinada del coleccionable de turno. Unas fases que me han parecido fantásticas en general debido a su inmejorable diseño.
El desarrollo de los niveles es bastante lineal y debemos ir desde un punto A hasta otro B tratando de superar los diferentes obstáculos y enemigos que se dan cita en ellos. Y para tal fin contamos con las habilidades de Pablo y Luna, las cuales poseen numerosos elementos en común (como poder engancharse a ciertos objetos de los fondos con sus respectivos ganchos) pero, también, diferencias importantes.
El perrete puede dar puñetazos a los rivales, así como efectuar un ataque aire-tierra que es capaz de aplastar a los enemigos así como rebotar contra el suelo para alcanzar una gran altura. Y, por su parte, Luna tiene la capacidad de realizar el ya casi inevitable dash aéreo y, más importante si cabe, siempre empuña un arma de fuego.
La gracia de esto es que, debido a las aptitudes únicas de los dos protagonistas, cada nivel varía bastante en función de quién lo protagoniza. Pero no sólo eso, ya que a medida que avanzamos, vamos descubriendo nuevas mecánicas que van dando forma a una jugabilidad muy rica en matices y tremendamente disfrutable. Y el mayor culpable de esto último es su manejo, el cual no puede ser más preciso, pudiendo calcular al milímetro cada salto o cualquier otra acción que es posible realizar a lo largo de la aventura.
A través de un mundo central en el que podemos movernos libremente, podemos ir accediendo a los distintos niveles
Todos los niveles esconden varios coleccionables que también podemos ir recogiendo, los cuales son la llave para acceder a nuevas fases y superar al 100% la aventura. Unos objetos que, en muchas ocasiones, están bastante bien camuflados en los escenarios, añadiendo un aliciente extra que siempre es bienvenido en este tipo de propuestas plataformeras. A todo esto se suman enfrentamientos contra jefes finales que, sin ser los mejores que he podido disfrutar en un título de este estilo, añaden variedad al asunto. Y a este propósito también se une el hecho de poder adquirir nuevos objetos en la tienda correspondiente, así como participar en varias fases de bonus.
Cada uno de estos elementos dan forma a una aventura plataformera muy bien diseñada y realizada con mucho gusto, la cual además posee un nivel de dificultad bastante ajustado (aprieta pero no ahoga) y una duración estimable (unas 8-9 horas) teniendo en cuenta la índole del juego.
Para terminar, técnicamente no es que sea el título más bonito ni detallista del mundo, eso está claro. Pero eso no quiere decir que no tenga su encanto, dado que el diseño de los personajes y, especialmente, sus animaciones me han parecido verdaderamente buenas. Aun así, un peldaño por encima se sitúa su acabado sonoro, principalmente por las melodías que se dejan escuchar durante los niveles, que en algunos casos son muy pegadizas.
Es difícil no pasárselo realmente bien con este juego de plataformas de corte retro que lleva por nombre Grapple Dogs: Cosmic Canines. Un título que posee numerosas virtudes en aspectos tan importantes en una obra de este tipo como pueden ser su magnífico control o el extraordinario diseño que poseen los niveles. Además, también incorpora un nivel de dificultad muy bien ajustado, mecánicas que funcionan a las mil maravillas y que se van sumando poco a poco a la acción y un acabado visual y sonoro notable. Un título indie que, espero, no pase igual de desapercibido que su primera parte, Grapple Dog.
Comprar Grapple Dogs: Cosmic Canines- Podemos jugar con dos protagonistas diferentes: Pablo y Luna.
- Existe un mundo central que da acceso a todos los niveles.
- El control es perfecto, muy preciso.
- Los escenarios gozan de un gran diseño y poseen bastantes secretos.
- La banda sonora es muy pegadiza en global.
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