Justo después de seleccionar si queremos jugar en modo calidad o modo rendimiento, y antes de arrancar nuestra hora y media con Metal Gear Solid Delta, aparece en pantalla un mensaje que avisa sobre que el remake mantiene ciertas "frases y expresiones que pueden ser anticuadas" por "respeto al creador y a la obra". Los que hemos jugado al Snake Eater original podemos intuir por dónde van los tiros, y a qué hace referencia Konami, pero creo que el mensaje va mucho más allá.
Porque una vez completé la Misión Virtuosa en esos 90 minutos, me quedó muy claro que la compañía japonesa no quiere introducir ningún cambio con su Delta a Metal Gear Solid 3. Más allá de animarse a remodelar los controles a estándares actuales, se llega a mantener incluso hasta la estructura por pantallas o los objetos flotantes. Por no hablar de la fidelidad fotograma a fotograma de las escenas cinemáticas.
A diferencia de lo que sucede con el Silent Hill 2 de Bloober Team, que se permite modernizar algo más que los controles, e introducir alguna novedad en el tramo inicial del juego (o incluso algún final nuevo), esta nueva versión de los inicios de Big Boss muestra un respeto reverencial a la obra original; uno casi enfermizo que casi nos obligaría a considerar un nuevo tipo de remake a mitad de camino entre este concepto y el de la remasterización.
Y si había dudas sobre esta nueva etapa de Konami y cómo están intentando tender puentes con su pasado (ejem, Kojima), después de seleccionar los parámetros previos a la partida, lo primero que vemos es un fundido a negro y un mensaje que dice lo siguiente: "Historia, planificación y diseño de Hideo Kojima". Un detalle que, no por obligado, no deja de ser bonito.
Un proyecto en buenas manos
No es casualidad que Delta quiera ser una versión actualizada de Metal Gear Solid 3: Snake Eater sin cambiar ni una coma del juego original, porque su productor es Noriaki Okamura. Okamura ya aparecía en los agradecimientos de Metal Gear Solid, colaboró con Kojima en Zone of the Enders y Policenauts, y ha ocupado diversos puestos de responsabilidad en varios videojuegos de la saga de Solid Snake.
Durante una entrevista con el propio Okamura en el evento de preview, me contaba que Metal Gear Solid 3 era un videojuego muy importante para él en primera persona, y que consideraba que elementos como la historia o el diseño del juego "aguantan a la perfección el paso del tiempo", que "no deben ser cambiados".
En nuestra partida hemos probado el mayor de los cambios, que es el control. No esperéis un remodelado adaptando los movimientos de Metal Gear Solid V, con aquellas animaciones que incluso hoy siguen sin ser apenas igualadas; simplemente una cámara al hombro durante la acción y todos los gestos que tenía disponibles Big Boss, pero en botones propios de los estándares actuales. Algo, que en cierta forma, también hacía la HD Collection de la generación de PS3 y Xbox 360 en lo que a esquema de control se refiere.
La virtuosa misión de Konami
Como veis, llevamos siete párrafos de preview y apenas he hablado de cosas concretas de nuestra partida a Metal Gear Solid Delta: Snake Eater, pero es que no hay demasiado que contar si jugaste al original. La Misión Virtuosa, que sirve de introducción a la historia y de tutorial sobre los sistemas de supervivencia del juego, está prácticamente calcada en este nuevo videojuego.
Ya sabéis, el telón de acero se resquebraja tras la muerte de JFK, Kruschev está perdiendo apoyos en la URSS, y es nuestro momento para acudir a la selva de Tselinoyarsk. En este lugar, emplazado en la actual Tajikistan, un grupo de soldados soviéticos rebeldes están creando una maquinaria de guerra que puede acabar con el frágil equilibrio mundial: el Shagohod. El resto, es historia.
Como digo, el título es brutalmente fiel. El puente colgante sigue teniendo el rifle bajo una de las entradas, los soldados siguen soltando objetos si se les agita el cuerpo después de incapacitarlos, así como los animales te pueden servir de alimento y se te presenta el sistema de camuflaje con el estilo rojo al salvar a Sokolov de sus captores.
"Gráficamente hay una subida importante en Delta, con una vegetación mucho más creíble"
Gráficamente hay una subida importante en Delta, con una vegetación mucho más creíble y una definición superior que se nota en momentos concretos, como es el apuntar en primera persona mientras estás tumbado en la maleza. La iluminación, que rozaba el "proyecto fan en Unreal Engine 5" por su inconsistencia en las primeras imágenes, es ahora mucho más coherente y cohesiva en esta versión del videojuego.
Pero más allá de esto, y de sistemas como el de las heridas de Big Boss que no pudimos ver en este evento al ser algo que evoluciona con la partida, no hay mucho más que comentar sobre Metal Gear Solid Delta: Snake Eater, al menos en lo que a cambios se refiere.
Hay un menú sobreimpresionado para cambiar el camuflaje sin abrir el menú principal.
Podemos hablar del valor de Metal Gear Solid 3 y de lo necesaria que era su vuelta, así como de lo huérfanos que estábamos de Metal Gear desde el divorcio entre Kojima y Konami. No soy objetivo, ni lo pretendo ser, porque MGS3 es uno de mis juegos favoritos de siempre.
Pero me bastó esa hora y media para tener claro que en 20 años de videojuegos casi nadie ha recogido el testigo de una franquicia que sufrió críticas por "querer ser más cine que juego", y aún cuesta ver tiros de cámara tan arriesgados en cinemáticas, pero que también daba lecciones jugables y mecánicas adelantadísimas a su tiempo.
Una oportunidad para volver a jugarlo... O empezar la saga
Por cierto, dado que la saga es una de las que más secretos tienen, le pregunté a Okamura sobre si al rehacer desde cero Metal Gear Solid 3 se han encontrado con algún detalle más oculto en sus archivos, o un easter egg que quizás no conocían. Me comentó que en el desarrollo hay trabajadores que estuvieron presentes en el desarrollo del original, que se conocen el código al dedillo, y que además de conocer todos los secretos que albergaba, han hecho un gran esfuerzo por no perder ni uno en el proceso de creación de Delta.
Creo que lo razonable es pensar que este título es, a partes iguales, una forma de traer de vuelta una franquicia que debería ser muy valiosa para Konami, pero también ser un homenaje para una de las obras más especiales de todos los tiempos. Lo primero tiene mucho sentido cuando te das cuenta de que Metal Gear Solid 3 es el que arranca la cronología de la franquicia, y que puede ser un buen punto de contacto para que nuevos fans conozcan la historia que cambió los videojuegos.
Por mi parte considero que siempre hay una buena razón para volver a escuchar Snake Eater, escalar esa escalera de mano interminable o luchar otra vez más contra The End. Pero pocas veces una tan excelente como un remozado gráfico del nivel que ofrece Metal Gear Solid Delta: Snake Eater.
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