Quién es Lavos y por qué los fans de Pokémon llevan años recordando la peor partida de su carrera, que desató una picada histórica

En el mundillo competitivo de Pokémon, existe una copypasta —esto es, un bloque de texto que se copia en redes y foros a modo de meme— referenciando las últimas palabras de un jugador legendario que se hacía llamar Lavos (o Lavos7086) antes de que este desapareciese por completo de internet en lo que podríamos definir como una "picada histórica" al perder una partida clave de la manera más dolorosa imaginable: en una insufrible racha de mala suerte.

Lavos fue uno de los jugadores más brillantes que jamás se ha visto en los simuladores en línea de Pokémon, conquistando las tablas de clasificación de los combates individuales de múltiples generaciones; y su historial allá por 2019 no podía lucir mejor. Prácticamente todos los que competían en el metajuego de OU reconocían sus habilidades, hasta que tomó la catastrófica decisión de apuntarse a Smogon Classic, un torneo que solo abarca juegos hasta Blanco y Negro.

Como era de esperar, logró clasificarse para las finales con un 87,50% de victorias en el torneo y unos resultados impecables durante los combates de segunda generación; pero cuando tuvo que enfrentarse al belga McMeghan al mejor de cinco, las cosas empezaron a descontrolarse. Dos victorias por dos derrotas: ambos jugadores están empatados, y la última partida se juega en la cuarta generación, con una tensión máxima en el ambiente.

El enfrentamiento final entre Lavos y McMeghan se saldó en apenas 12 turnos, pues el primero se retiró de pura impotencia y frustración al no poder siquiera hacerle un rasguño a su rival. ¿Qué pasó exactamente? Podríamos resumirlo de la siguiente manera: la partida arrancó de la peor manera posible para Lavos, y aunque este hizo las jugadas correctas para darle la vuelta a la situación, el Gyarados que tenía delante tuvo suerte en turnos clave.

La partida de Lavos contra McMeghan, vía el reproductor de Smogon.

De manera ilustrativa, el Gyarados de McMeghan es un disruptor que está diseñado para hacer un efecto de bola de nieve (más grande y difícil de parar) ante los Pokémon que suelen liderar los equipos de DPPt. Lavos tenía varios recursos para lidiar con esta grave amenaza, incluyendo un Breloom con Espora (Spore) un Jirachi con Puño Trueno (Thunder Punch) un Heatran con Explosión (Explosion) e incluso otro Gyarados similar al de su rival.

Pero McMeghan tuvo mucha, mucha suerte; y un set de movimientos perfecto para esa situación específica. Verás, Gyarados tiene una pequeña probabilidad (20%) de hacer retroceder al Pokémon del contrario si ataca primero, gracias a Cascada (Waterfall). Este efecto secundario de retroceso se activó justamente contra el Jirachi que podría haberle golpeado con x4 veces la potencia habitual, y lo creas o no, también contra Breloom y Heatran.

Un espectáculo bochornoso, si tenemos en cuenta que Lavos había organizado sus turnos estratégicamente para poder habilitar el sacrificio de Heatran como última opción, y esta última también se fue al traste con un único efecto de retroceso. ¿Y qué pasó con su Gyarados? Trató de competir en la carrera armamentística de Danza Dragón (Dragon Dance) con su imitador, pero este último logró derrotarlo de un solo toque con Roca Afilada (Stone Edge), un movimiento poco común que solo tiene un 80% de precisión.

Este post se convirtió en objeto de burla (y reflexión) durante años.

El mensaje final de Lavos

Aún puedes ver una grabación replicando el combate entre Lavos y McMeghan en internet, que concluye con unos comentarios algo encendidos por parte del primero antes de retirarse y anotarse una derrota. "Disfruta de tu puñetero trofeo tío, yo me voy" lamentaba el americano. Después de esto, acudió a los foros de Smogon para escribir el comentario más repetido de la franquicia desde entonces, y que ha inspirado infinidad de memes en los últimos cinco años.

Traducción del comentario de Lavos al español:

"Mala suerte" no basta para empezar a describir mi torneo, este juego recompensa solo la suerte ciega y nada más, estoy más que convencido llegados a este punto. Después de que mi oponente me mangonease cambiando horarios hasta el último minuto y no confirmase la hora de la partida el día anterior, perder de esta manera me hace sentir aún peor de lo que pensaba que sería posible. Mi preparación era superior, mis jugadas eran superiores y aún así perdí, así que no veo razón para continuar enfrascado en una actividad en la que mi control se ve más que superado por cosas externas.

Y aquí continúa lo que desde entonces se considera el equivalente a uno de los diálogos de villano más imponentes en la historia de Pokémon, en lugar de lo que podría haber sido sencillamente un "has tenido suerte, pero GG".

He terminado con el competitivo de Pokémon, y no vais a recibir una cálida despedida por mi parte. Esta comunidad está infectada hasta las raíces por una enfermedad degenerativa que se hace más fuerte con el tiempo pero frena antes de matar al huésped. Los torneos solían tener un espíritu competitivo, pero este ha sido trasplantado y reemplazado por un órgano artificial que se alimenta de vitriolo y bromitas de niños inseguros que se dedican a molestar y se dañan unos a otros por unas muestras de atención. El entorno que hemos creado nos ha atrapado en este círculo vicioso, y escapar de él requiere que aceptemos la verdad que tanto nos esforzamos por ignorar, que ninguno de los incontables esfuerzos a los que nos sometemos importará en lo más mínimo. Terminaría aquí, pero la World Cup continúa y nunca abandonaría a tantos grandes amigos, así que sufriré unas partidas más por ellos.

Entiendo que este fragmento central habla acerca de cómo el RNG condiciona en buena medida el desarrollo de los combates, y en algunas ocasiones puede separar la victoria de la derrota. Claramente, este fue su caso contra McMeghan.

Una última cosa antes de dejaros reaccionar con desdén, fervor y ridiculizándome, antes de que hagáis todo en vuestras manos para minimizar mis palabras y pensamientos, meterlos en una caja y guardarlos en algún rincón de vuestros recuerdos y esperar a que desaparezcan como una mancha en vuestro tiempo finito. Desde ahora, nada de lo que digáis me importa. Los peores insultos que me lancéis se asentarán gentilmente en la tierra bajo mis pies, y el ácido que me vomitéis me traerá el mismo dolor que el soplido del viento del verano. Sois menos que cualquier cosa que podáis concebir, mientras yo avanzo, brillando con la felicidad que me trae el desapego.

Ni que decir tiene que Lavos fue expulsado de Smogon a raíz de esto, y desde entonces no se le ha vuelto a ver. Dicen que después de esto se dedicó a Tekken, pero no he encontrado evidencias al respecto. La comunidad de Pokémon revisita a menudo la situación, y no son pocos los que creen que su enfado estaba justificado: más bien, el problema estaba en la manera específica de reaccionar y verbalizar este sentimiento. La aleatoriedad siempre será un debate difícil.

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