Cuando hablamos de la faceta competitiva de Pokémon, a menudo salen voces discordantes que apuntan con el dedo a los elementos de aleatoriedad (RNG) asociados a muchos ataques o habilidades y dicen "esto está mal". Ese es un tema difícil en el que cada cual tendrá su opinión, pero quisiera darte algo más de perspectiva acerca de cómo los diseñadores trabajan para hacer un juego lo más justo posible alrededor de las probabilidades, con un ejemplo: Escaldar.
Escaldar (Scald) es un ataque especial de tipo agua que se introdujo en la era de Blanco y Negro, 2011. Básicamente, es un chorro de agua hirviendo con 80 de potencia, 100% de precisión y dos efectos secundarios: uno de ellos es curar el estado adverso "congelado" de los oponentes que lo sufriesen, mientras que el segundo —culpable directo de que esto sembrase el caos en la escena PvP— es que tenía un 30% de probabilidades de causar quemaduras al impactar.
El balance en los ataques Pokémon
Buena parte de los movimientos ofensivos en Pokémon siguen una misma regla: están balanceados alrededor de la potencia 100. Eso significa que los ataques con un valor inferior tienen alguna clase de bonus, mientras que a los más potentes les pasa justo lo contrario, tienen penalizaciones. Piensa en cómo Hidrobomba (Hydro Pump) te da 110 de potencia a cambio de una precisión reducida, o cómo Hiperrayo (Hyper Beam) te da 150 pero te quita un turno completo. Riesgos altos, recompensas grandes.

Eso explica también por qué Terremoto (Earthquake) se siente tan consistente con sus 100 de potencia por 100 de precisión. No tiene igual, literalmente. Volviendo al ejemplo que nos atañe, eso sí, "Escaldar" fue otro ataque diseñado con esa inocente regla en mente que había funcionado a las mil maravillas durante cuatro generaciones de juegos. No pega tan duro como Surf (Surf), pero al menos te da una probabilidad de infligir un efecto de estado.
Los crímenes de Escaldar
¿Qué fue mal, entonces? Bueno, Escaldar infligía quemaduras, un efecto que en Pokémon reduce a la mitad la estadística de ataque físico de la criatura afectada y por aquel entonces le quitaba 1/8 parte de sus PS máximos al final de cada turno. El problema real que hubo con este ataque fue que Game Freak, sin darse cuenta de lo que hacía, se lo dio alegremente a muchísimas criaturas nuevas; de las cuales unas cuantas tenían buena defensa física.
Gastrodon, Slowbro, Milotic... todos estos Pokémon asentados en distintos nichos del metajuego encontraron en Escaldar una herramienta clave para asustar a los atacantes físicos. Nadie quería exponer a su Garchomp o Landorus-T delante de cualquier cosa que aprendiese este ataque, a sabiendas de que una de cada tres veces incapacitaría al MVP del equipo. A la larga, aquello complicó mucho toda la escena competitiva porque había instancias en las que uno no podía hacer nada.

Escaldar acierta por defecto: no entraña ningún riesgo, y sí aporta beneficios grandes
Imagina la siguiente situación: tu Metagross acaba de derrotar al Blissey enemigo. El rival responde sacando al campo a Gastrodon, uno de los mejores usuarios de Escaldar. Ahí solo pueden ocurrir varias cosas.
- Dejando a Metagross, estadísticamente uno de tres ataques lo quemará, neutralizando por completo su valor. Casi como si estuviera debilitado.
- Cambiándolo por un Pokémon defensivo que absorba Escaldar, este último también puede perder su valor si se quema y pierde 1/8 de sus PS cada turno.
Escaldar no hacía mucho daño directo, pero indirectamente desequilibraba por completo la partida porque no existía ninguna razón para no seleccionarlo si la opción estaba ahí: un 100% de precisión implica que el oponente se va a tener que enfrentar a las consecuencias sí o sí, y en sus manos está hacer gimnasia mental para evaluar cómo encaja la quemadura.
De haber tenido poca precisión o una probabilidad menor de quemar, Escaldar no habría sido tan problemático: de manera ilustrativa, Fuego Fatuo (Will-O-Wisp) solo quemaba sin hacer daño y solo tenía un 75% de probabilidades de impactar. Pero estaba hecho de tal manera que la amenaza era clara, y tanto si el oponente deja a su Pokémon como si lo cambia por otro en respuesta, el atacante es el que tiene la ventaja. Si quema, neutraliza algo; y si no, es algo de daño gratis —lo que en competitivo llamamos chip damage—.
Las consecuencias de Escaldar

En Pokémon, la aleatoriedad es un elemento indivisible de la competición. Los buenos jugadores buscan la consistencia por encima de todo, pero también miden con lupa las situaciones en las que apostar por un ataque menos preciso o con la probabilidad de disparar un efecto secundario reporta grandes beneficios. Escaldar chirriaba con aquel sentimiento: no había riesgos porque en el peor de los casos sacudía la partida y hacía daño, pero las recompensas eran enormes.
Game Freak respondió a aquello de manera radical, y en varias generaciones posteriores Escaldar se volvió un ataque increíblemente raro de ver: poquísimos Pokémon tenían acceso a él. Y cuando uno lo hacía, era un caso excepcional más o menos justificable. No solo eso, sino que además a nivel de diseño se produjeron cambios grandes en el movimiento e incluso en la mecánica de quemadura.
- La quemadura pasó a quitar solo 1/16 de PS en lugar de 1/8.
- Se transformó en el movimiento estrella de Volcanion, un Pokémon singular.
- Muchos Pokémon perdieron acceso a Escaldar.
- Fue sustituido por Agua Fría (Chilling Water) una versión mucho más débil.
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nrianvega
Uno pensaría que mil cosas fueron la que sembró el caos. En un juego tan abandonado como Pokémon. Más que una skill genérica. De un juego por turnos... :v (yo pensando mil millones de problemas que tiene el juego que tiene que denunciar a un indie) sigo diciendo que la desgracia más grande de Pokémon es lo ciego de su comunidad. Que piensa que black and White el juego que no agrego absolutamente nada es lo mejor que tiene :v