Reynatis es un JRPG muy particular. Tiene a la genial compositora tras Final Fantasy XV entre otros juegazos, Yoko Shimomura, y a otro peso pesado de Final Fantasy como Kazushige Nojima escribiendo la historia, pero el juego está recibiendo tortas por todos lados. No estoy aquí para decir que no se las merece, porque Reynatis presenta muchos problemas y carencias como videojuego y como título de rol. Para empezar, el juego es muy pobre en el plano técnico. Se repiten escenarios sin parar, el diseño de los mismos es muy lineal y pobre, y aunque su dirección artística está muy chula, al juego le cuesta muchísimo defender el tipo.
Muchas veces parece un videojuego de la primera hornada de PlayStation 4, las expresiones faciales son sosas y chiclosas y, a veces, los enemigos parecen estar flotando en lugar de sobre sus dos pies ante ti. La jugabilidad tampoco es fabulosa.
Reynatis es un Action JRPG con un estilo de batalla entre Kingdom Hearts y Devil May Cry, salvando muchísimo las distancias. Hay dos modos de combate, ofensivo y defensivo. Alternamos entre los dos pulsando un botón. El segundo modo es el más particular, porque nos convierte en un dios de los parrys. El tiempo se detiene para que podamos esquivar y contraatacar a placer. Sin embargo, lo que más he hecho durante sus veinte horas de juego es aporrear un botón y spamear habilidades.
Ni gráficos ni jugabilidad son el fuerte de Reynatis
Si os dais cuenta, esto que he señalado como elementos negativos son los mismos que se le han criticado a los Drakengard de Yoko Taro y a Deadly Premonition. Ojo, todo críticas bien fundamentadas. A mí me encanta Deadly Premonition, pero tengo claro lo mucho que le cuesta defender ser más que un "4" en un análisis numerado. Lo mismo puede decirse de Drakengard, y no pasa nada. Son juegos que parecen malos, salvo si el palpitar de su corazón late al ritmo del tuyo.
Reynatis me ha transportado a esos JRPG de PlayStation 2 tan lineales
Estos videojuegos japoneses son cutrongos, pero tienen un encanto especial. Reynatis nunca llegará al nivel de obra de culto que sí han alcanzado esos dos, pero sus puntos fuertes son similares. La acción del juego arranca en Shibuya. La trama se ordena por capítulos en los que vamos alternando el control entre dos personajes. En el mundo de Reynatis, si te enfrentas a la muerte y la superas, te conviertes en un mago. Esto puede parecer bueno, pero no lo es, ya que a los que superan ese proceso se los discrimina.
Al protagonista masculino le ha pasado esto, así que se dedica a caminar por Shibuya en busca de su libertad. Se ha propuesto ser el mago más poderoso, y sabe que es un camino que se recorre solo, sin amigos ni parejas. La protagonista femenina también es maga. Ella forma parte de la policía, y su deber es perseguir a estos magos. Cuenta la leyenda urbana que si la policía te atrapa, y eres mago, te borran la memoria y te convierten en un arma. Aquí tenemos esos ingredientes que tan bien nos entran: muerte, soledad y pérdida de los recuerdos.
Ser mago en Reynatis no es buen negocio
La historia se vuelve especialmente turbia cuando descubres que estos magos pueden detectar la maldad en los seres humanos. La pueden percibir porque un aura violeta emana de ellos, y no solo se ve en gente común, también se muestra en algunos agentes y cargos públicos. Con esta receta, Reynatis construye una historia muy de los primeros 2000 con toques de The World Ends with You, con ese espíritu melancólico y odioso de Squall de Final Fantasy VIII y, en resumen, con todo ese cringe del JRPG de antes que a jugadores como a mí nos entran tan bien.
Y justo eso me ha pasado jugando a Reynatis, me ha transportado a esos JRPG de PlayStation 2 tan lineales. Ya sabéis a qué videojuegos me refiero, a aquellos que querían contar una trama super seria siendo absolutamente inocentes y adolescentes, a los que tú sabías que solo te estaban gustando a ti, y seguías jugando pese a no ser ni de lejos perfectos. Reconócelo, les acababas cogiendo cariño.
Y Reynatis tiene mucho de esto. Está cargado de momentos rarísimos. Te encontrarás con portales que te trasladan de Shibuya a un bosque misterioso con una niebla, a encuentros fatal escritos inyectados de una tensión forzada que se resuelven de manera horrible, y a momentos GTA (sí, en serio) en los que sube un medidor de búsqueda porque te han descubierto, están compartiendo fotos tuya por las redes sociales y la policía te busca.
No me extrañaría que Reynatis se reivindicara dentro de 20 años
Por todo esto que os cuento, no os puedo recomendar el juego. En lo jugable, en su ritmo, en su escritura o en su diseño de escenarios, tiene un montón de inconsistencias. Se hace repetitivo, tanto como aquellos JRPG antiguos que nunca aparecen en los tops de los mejores de la historia, pero hay momentos que parece reivindicar justamente ese espíritu, ese tipo tan concreto de JRPG regulero, chungo y edgy hasta morir. Y a mí me ha enternecido por esos instantes, tanto que hasta me parece que los reivindica honestamente.
Caminar por Shibuya, encontrarse a magos que comparten tu camino, vestir unos diseños de ropa tan de Nomura, pelear a espadazos, parecerse a veces a Yakuza 0 y otras a GTA, y contar con líneas de diálogo tan manoseadas por el anime le dan eso, un encanto que solo entendemos los muy enfermos de este género. Por todo esto, no te puedo recomendar Reynatis, es imposible. Pero si lo que he contado en este artículo te ha recordado cositas buenas que viviste en otros tiempos, puede que te interese guardarlo en favoritos para cuando se ponga en oferta.
Reynatis es un JRPG de acción muy normalito, pero se nota que tiene detrás a gente que ama el género. Por eso, aunque falle en lo mecánico, en su diseño de niveles o su combate no sea perfecto, el juego tiene un aura, un tono o un no sé qué que consigue atraerte y resultar encantador. Reynatis no es un juego que se pueda recomendar, pero dudo que me olvide pronto de él.
Comprar Reynatis- El diseño de los personajes está muy conseguido.
- El enfoque que le dan a la magia y a la policia engancha.
- Es un JRPG de combates muy directos, que premia hacer las cosas bien.
- Sus líneas de diálogo son muy exageradas, y eso les da mucho encanto.
- Tiene mucho sabor de JRPG de PS2. A algunos esto les parecerá malo, a otros bueno.
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