Sinceramente, no sé si tendría que haber consultado a los servicios jurídicos de Webedia antes de hacer este artículo, pero aquí hemos venido a jugar (nunca mejor dicho). Que quede claro ante las autoridades competentes que no defiendo la actividad que he practicado virtualmente durante todo el fin de semana en Schedule I, pero me lo he pasado tan bien que he rememorado la extraña admiración por el crimen que sentí al ver Breaking Bad. Te lo explico rápidamente: en Schedule I eres un traficante de drogas y debes levantar tu imperio desde cero. Empecé en una habitación alquilada de un motel plantando algo de marihuana, pero me tomé tan en serio el negocio que, en cuestión de unas horas, había comprado un bungaló (muy barato, esto sí que no es realista, viendo los precios de la vivienda) para aumentar la producción de maría y comenzar a crear otras sustancias.
Sí, puede que no sea el videojuego más educativo del mundo, pero su loop jugable es tan adictivo como los productos que he distribuido por las calles de Hyland Point. Parte de su encanto está en que la sensación de progresión es constante y que todo depende de tu empeño. Además, para ser un acceso anticipado, tiene una gran cantidad de contenido y ya te asegura muchas horas de diversión. Llevo una viciada muy importante, no es broma.
Y ya, ya sé que igual estás viendo las capturas, o estás leyendo de qué va el juego, y piensas que cómo puede ser que esté tan entusiasmado con una obra que parece más un meme o una broma que algo serio. Conocí el título cuando salió su demo y también me extrañó ver a la gente tan emocionada, pero cuando vi cómo estaba petándolo en Steam me dije que tenía que probarlo. Ahora entiendo totalmente su éxito.

La libertad de hacer el mal
No deja de ser un juego de gestión y simulación, pero es curioso que, sin innovar o revolucionar el género, Schedule I consigue enganchar con una premisa tabú, un desarrollo muy dinámico, total libertad y un humor que equilibra perfectamente la experiencia. Se toma en serio a sí mismo lo justo para que entiendas que no es de coña, pero se da el margen para ser completamente irreverente y sorprenderte de forma constante.
Y lo mejor de todo es que te permite jugar como te dé la gana. ¿Quieres ser un narco pulcro y no levantar sospechas? Puedes hacerlo, siempre que hagas el menudeo por las mañanas y con total discreción. ¿Te va la marcha y no te da miedo que la policía te detenga? Trafica por las noches, ataca directamente a la pasma al más puro estilo GTA y dale a tus clientes mezclas de droga que matan sólo de verlas.

Pero, fíjate, no sé si será por mi bondad natural, pero lo he disfrutado más porque te deja intervenir en toda la fabricación y gestión. Compras tus semillas, objetos para cultivar o realizar mezclas, máquinas… decoras tu espacio como te da la gana, trabajas cuando quieres y, cuando mejoras, automatizas procesos. Es una evolución constante y natural, y me parece que TVGS, creador de esta obra, ha hecho un trabajo fantástico en este sentido.
Su loop jugable es tan adictivo como los productos que he distribuido por las calles de Hyland Point
Por ejemplo, al principio debes hacerlo todo manualmente: llenas de tierra una maceta, la riegas, pones la semilla de maría, la tapas, esperas, cortas los cogollos y los embolsas para su reparto. Cuando tienes varias plantas en danza, hacer frente a la demanda es estresante pero, al subir de nivel, es posible automatizar el riego y el rellenado de tierra, e incluso empaquetar la mercancía mucho más rápido con una máquina.
Esa es sólo una prueba de los avances que puedes experimentar. Es más, cuando el negocio crece, necesitas más manos: puedes contratar dealers que mueven el producto por ti, personas que limpian, que plantan o que hacen otras tareas. Lo que empieza como una forma de sacar algo de pasta se convierte en todo un sistema económico que te permite comprar empresas para lavar dinero, propiedades y hasta coches.

Schedule I te engancha y no te suelta
Te digo de verdad que el juego funciona también como una droga, aunque esta no es nociva. He experimentado eso de "venga, un día más y lo dejo". Pero no lo dejaba. Cuando consigues varios clientes, quieres más. Y luego un sitio más grande. Y un coche. Y nuevos productos. Armas incluso. Siempre más y más para ver cómo la cuenta corriente no para de aumentar. Es un no parar. Me ha enganchado tanto que me he cuestionado si está bien.
He experimentado eso de "venga, un día más y lo dejo". Pero no lo dejaba
Como pasó con la serie de Breaking Bad (hay un guiño claro, porque empiezas en una caravana en el desierto) o con Narcos, me crea una cierta contradicción que me atraiga un acto delictivo. De hecho, Schedule I no funcionaría igual de bien si tuviera detrás otro contexto. Supongo que nos pasa lo mismo con GTA: no pasa nada por ser malo una vez y delinquir virtualmente, ¿no? Álvaro, prepara los abogados, porque me van a empapelar…
Es un éxito tan brutal en Steam que, cuando escribo este texto, tiene más de 30.000 reseñas y la valoración es "Extremadamente positivas". Está más que justificado. Schedule I es un buen videojuego y no sólo una especie de meme-game para llamar la atención del personal con una premisa llamativa y unos gráficos graciosos. Acaba de salir en acceso anticipado, así que esperamos que siga mejorando… Juégalo, pero no hagas esto en casa.
En 3DJuegos | Guía Completa de Schedule 1, todos los productos, casas y negocios, misiones, trucos y consejos para completar el juego
Ver 1 comentario
1 comentario
Onironautagamer
Bueno Gta, su guión es atracar, robar, drogas, atropellar, asesinar, robar un avión, un alijo de drogas, irte de putis... Con ese juego si has de sentirte mal, un simulador de delincuencia